Después del sangriento congreso del PP en Sevilla, que a punto estuvo de acabar en los tribunales, y que produjo un espectáculo nada edificante y del toque de atención de Ana Beltrán, la vicesecretaria de Organización, del partido a Juanma Moreno, los conservadores han logrado encauzar las aguas y firmar la paz.

Han cerrado un acuerdo en las cuatro provincias –Almería, Cádiz, Huelva y Jaén– que faltaban por cerrar sus congresos y han evitado de este modo nuevos conflictos. El saldo final de la batalla, según las fuentes consultadas, beneficia a los intereses del presidente del PP, Pablo Casado, más que a los de Moreno, que salió perdedor de la batalla de Sevilla.

"Con estos congresos, se refuerza el partido, se renuevan las direcciones provinciales y se pone a punto el tándem ganador Pablo Casado-Juanma Moreno", manifestó Beltrán en un comunicado.

En el origen del conflicto, ha estado el interés de Casado por controlar el partido desde las provincias, lo que no gustó nada a Juanma Moreno, quien defendió el papel de la estructura regional.

Para el PP andaluz, la pelea, de no haberse frenado, podría haber tenido consecuencias, al erosionar la figura del presidente andaluz en un momento decisivo de la legislatura, cuando Moreno sale muy bien parado en las encuestas y sondeos.

La pipa de la paz

La pipa de la paz la fumaron este viernes Casado y Moreno en Granada, en un consejo de alcaldes, donde se cruzaron mensajes de concordia. Así, Casado puso de ejemplo al Gobierno andaluz de las políticas que quiere llevar a cabo el PP, como las bajadas de impuestos. "Volverás a ganar y ganarás además con una mayoría abrumadora", le dio a Moreno. Este, a su vez, le auguró que será el "presidente que sea capaz de sacar" a España del "agujero" por la gestión socialista.

Ambos destacaron el valor de la "unidad". "Tiene que ir en nuestro ADN" y "mucho más en estos momentos de enorme debilidad", manifestó Moreno. "El PP unido" es un "instrumento al servicio de los españoles", dijo Casado, según recoge Europa Press.