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Cordon sanitario Casado permitirá que la ultraderecha entre en la Mesa del Congreso

El líder del PP adelanta el voto negativo de su partido en la investidura de Pedro Sánchez, tras una semana de especulación ante una posible abstención: “El PP no puede facilitar la investidura al candidato del partido más corrupto de Europa"

El presidente del PP, Pablo Casado, habla ante los medios, acompañado por el secretario general del Partido Popular Europeo, Antonio Lopez-Isturiz, y la eurodiputada Dolores Montserrat, en Zagreb (Croacia). EFE/EPA/ANTONIO BAT

MARTA MONFORTE

Pablo Casado ha comparecido este miércoles desde Croacia, donde se celebra la cumbre del Partido Popular Europeo, para dejar claro que permitirá que Vox tenga sitio en la Mesa del Congreso, lo que no sucedió en la anterior legislatura. En los últimos días PSOE y Unidas Podemos habían iniciado contactos informales con los populares para aislar a la extrema derecha de la Mesa del Congreso, el órgano que ordena los debates, clasifica e incluso agiliza y frena iniciativas en la Cámara Baja.

"Puedo decir que el PP nunca participará en cordones sanitarios frente a partidos constitucionalistas" ha asegurado el líder del PP al ser cuestionado por la prensa. "Lo que no podemos es hacer lo que criticamos, que es poner cordones sanitarios", aunque sí ha pedido que no se reconozca a los partidos independentistas como interlocutores válidos: "No se puede negociar nada con partidos que están en la legalidad y la inconstitucionalidad".

Un discurso que contrasta, precisamente, con el del Partido Popular Europeo -el grupo mayoritario en la Eurocámara- que junto a los socialistas, liberales y verdes, ha aplicado este cordón sanitario con el fin de aislar a la extrema derecha e impedir que se hiciera con el control de los órganos legislativos. Actualmente Vox se no encuentra en el grupo de Europa de las Naciones y las Libertades (ENF), en el que sí están los partidos de  los ultraderechistas Marine Le Pen y Matteo Salvini, pero ha recibido el apoyo de ambos dirigentes de manera pública y comparten posicionamientos similares a propósito de la migración irregular, la violencia de género, los derechos LGTBI y el euroescepticismo, entre otras cuestiones.

La Mesa del Congreso, órgano de gobierno y disciplina de la Cámara, se compone de nueve miembros: un presidente, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios. En la elección del presidente, cada diputado escribe un nombre en una papeleta. Resulta elegido el que obtenga el voto de la mayoría absoluta de los miembros de la Cámara. Si ninguno obtuviera en primera votación dicha mayoría, se repite la votación entre los dos candidatos con más apoyos y resulta elegido el que obtenga más votos.

La correlación de fuerzas salida de las elecciones del 10-N ha favorecido a la derecha, pero la ventaja que conserva la izquierda hace imposible una mayoría de PP y Vox en la Mesa

Tanto los vicepresidentes como los secretarios del órgano se eligen en una única votación directa y secreta en la que los diputados deben escribir el nombre del candidato al que apoyan; se reparten los asientos en sentido decreciente y en función de los votos obtenidos (de mayor a menor, del vicepresidente y el secretario primeros hasta los cuartos puestos). La correlación de fuerzas salida de las elecciones del 10-N ha favorecido a la derecha, pero la ventaja que conserva la izquierda hace imposible una mayoría de PP y Vox en la Mesa, si PSOE y Unidas Podemos llegan a un acuerdo, como sucedió en la pasada legislatura fallida.

Con la aritmética parlamentaria actual, un acuerdo entre los de Sánchez y los de Iglesias volvería a dar a los socialistas tres puestos en el órgano; Unidas Podemos, con el apoyo del Grupo Socialista en las votaciones de los secretarios y los vicepresidentes, podría hacerse hasta con dos puestos. Si finalmente el PP y Vox tiran de sus propios parlamentarios, les correspondería dos asientos en la Mesa a cada uno. El PSOE volvería a tener el control de la Mesa, ya que sus tres puestos podrían sumar una mayoría en el órgano con cada par de diputados (los de Unidas Podemos o los del PP).

En la pasada legislatura, los de Sánchez tenían también la opción de sumar con Ciudadanos (que tenía a dos diputados en el órgano), una situación que no parece probable con el concurso de la extrema derecha en esta legislatura.

Casado confirma su 'no' a la investidura de Sánchez

Casado también ha adelantado el voto negativo e su partido en la investidura de Pedro Sánchez, tras una semana de especulación ante una posible abstención: "El PP no puede facilitar la investidura al candidato del partido más corrupto de Europa pero si se sigue con la puerta abierta para garantizar la gobernabilidad a través de Pactos de Estado y los Presupuestos Generales".

A su vez, ha cuestionado que el fallo de la sentencia de los ERE, que se ha conocido este martes, no se haya hecho pública antes de las elecciones del pasado día 10: "¿Por qué no se ha conocido antes de que lo españoles volvamos a votar? Creo que esto es una responsabilidad que habría que dilucidar", ha inquirido el avilés, que ha animado a la militancia del PSOE a "aplicar esas responsabilidades" en la consulta del próximo sábado del acuerdo con Unidas Podemos. 

El conservador ha censurado que el socialista, al que se ha referido como "Sánchez el autoinvestido" no haya devuelto la llamada que él le hizo en la noche electoral. "No solo no ha contactado con el PP sino que no ha respondido mi llamada". Por último, ha planteado la posibilidad de que otros partidos "que plantearon facilitar la investidura"- en una referencia velada a Ciudadanos"- se sumen al PSOE y Unidas Podemos para que el secretario general del PSOE no dependa de los partidos independentistas: "Con ellos suman".


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