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Congreso del PSOE El PSOE convierte su Congreso en un 'chill out' en torno a Sánchez y su unidad

El líder del PSOE dice que hasta en las negociaciones para formar la Ejecutiva detecta que "hay una unidad real".

Sánchez se fotografió con todos los dirigentes territoriales del PSOE antes de empezar el Congreso.
Sánchez se fotografió con todos los dirigentes territoriales del PSOE antes de empezar el Congreso. Biel Aliño / EFE

El Congreso del PSOE fue una fiesta en torno a Pedro Sánchez. Nunca se habían visto tantas sonrisas, tanta afabilidad, tanto compañerismo. El arranque del cónclave socialista consistió en unas cañas y unas fotos por la mañana y unos debates temáticos por la tarde para afianzar sus propias ideas, buscando un sólo mensaje: el PSOE está unido.

Tras el paseo matinal por el parque temático que ha creado el PSOE dentro del recinto de la Feria de València, protagonizado por Adriana Lastra, Santos Cerdán y Ximo Puig, la jornada acabó al mediodía en torno a un chill out, donde políticos, delegados y periodistas hablaban de lo felices que eran.

En el entorno de una gran terraza apareció todo el Gobierno. La ministra Portavoz, Isabel Rodríguez, que concitó el mayor corrillo. La ministra de Educación, Pilar Alegría, que sigue diciendo que no sabe si irá a la Ejecutiva. La ministra de Justicia, Pilar Llop, sufriendo con cuándo acabará la renovación del CGPJ. La ministra de Turismo, Reyes Maroto, reforzada tras salvar la última crisis de Gobierno

Hasta se acercó a una mesa alta a compartir con delegados la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, que cuentan que hasta se emocionó por el cariño recibido por la militancia. Estuvo hasta José Luis Escrivá, que hasta fue bien recibido. Y no faltaron ni María Jesús Montero, ni Fernando Grande Marlaska. Ni tampoco Miquel Iceta, que junto a Salvador Illa también formaron un numeroso corrillo de periodistas y delegados del PSOE. Ahora, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, fue el que mas expectación concitó y hubo colas de delegados para saludarle.

A ellos se le unieron otros presidentes autonómicos, como la presidenta navarra, María Chivite; así como numerosos secretarios generales del partido, como Juan Espadas, uno de los más demandados por la militancia para fotos y abrazos.

Tras el improvisado ágape, esperaba la foto de la unidad. Todos los secretarios generales del PSOE se fotografiaban con Pedro Sánchez. Y un aplauso final coronó la pose, cuando cámaras y fotógrafos ya se habían aburrido de inmortalizar el momento.

Y, para que no faltara de nada, cuando todo parecía que decaía, Pedro Sánchez volvió al chill out con la alcaldesa de París y candidata del Partido Socialista Francés a las próximas presidenciales, Anne Hidalgo. En una mesa alta, en taburetes, Sanchez e Hidalgo compartieron conversación rodeados de cámaras durante cerca de diez minutos. Era el colofón de una mañana plácida.

Por si no quedaba claro, Sánchez hizo una entrevista a su propio gabinete de comunicación para asegurar que en el PSOE había una unidad real, que hasta la detectaba en las conversaciones que estaba manteniendo para formar la Ejecutiva. No hay otro mensaje que salga del cónclave del PSOE... de momento.

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