En el segundo y decisivo debate electoral de cara a los comicios del próximo 13 de febrero, el presidente y candidato del PP Alfonso Fernández Mañueco evitó hablar de pactos con Vox, después de que Isabel Díaz Ayuso, a quien se encomendó para levantar una campaña que va hacia abajo, abriera esa puerta esta semana, mientras Luis Tudanca, candidato del PSOE, afirmó que lo que se elegía el domingo era confirmar un régimen de 35 años o apostar por un cambio.

Tanto Tudanca como Francisco Igea, candidato de Ciudadanos y exvicepresidente, cargaron contra la credibilidad de Mañueco –"no dice la verdad ni al médico", "no podemos aceptar la mentira"– y, aunque mostraron sintonía en algunos momentos –por ejemplo a cuenta de la gestión autonómica del Ingreso Mínimo Vital–, también tuvieron sus momentos tensos.

Tudanca, que afirmó que está dispuesto después del 13 de febrero a hablar y sentarse con todo aquel que quiera un cambio, salvo con Vox, le reprochó a Igea que no apostase por sacar al PP hace dos años y medio, cuando el PSOE ganó las elecciones, a pesar de haber dicho que lo iba a hacer: "Solo se ha indignado cuando se ha quedado sin la vicepresidencia".

Mañueco insistió en su eslogan de campaña. Evitó comprometerse a pactos con Vox –tampoco negó que los fuera a hacer– y manifestó que el pacto que busca es "con los ciudadanos de Castilla y León".

Tanto Igea –que apostó por un gobierno centrado, alejado de los extremismos– como Tudanca dieron por hecho que, si es necesario, Mañueco pactará con la extrema derecha y lo acusaron de ser capaz de poner en peligro los derechos de las mujeres con tal de mantenerse en el poder. "Están dispuestos a cualquier cosa para conseguir el gobierno", le espetó Tudanca. "Quieren sumar mayoría con la intolerancia", dijo Igea. Mañueco se defendió mentando a las mujeres de su familia y dijo que no iba a dar ni un paso atrás.

Perfil presidencial

Más allá de los pactos, que dieron juego en el cierre, el segundo debate electoral en Castilla y León se saldó con una competición entre Mañueco y Tudanca por presentar a los electores un perfil presidencial.

El formato del debate favoreció la discusión y el intercambio de planteamientos sobre los problemas de Castilla y León, los servicios públicos, impuestos e infraestructuras, salvo uno: no hubo en esta ocasión bloque de regeneración democrática, lo que causó que la corrupción y la decencia, uno de los ejes de la campaña hasta ahora quedaran fuera de la discusión, más allá de genéricas referencias. De nuevo, la despoblación planeó sobre todo el debate.

El tercero en discordia en el debate fue Igea, quien apretó al presidente a lo largo de todo el debate con diversos temas, también con la relación con los sindicatos –Ciudadanos votó a favor de la reforma laboral–: "¿Por qué no apoya el diálogo social? ¿Solo por sectarismo? ¿Se olvida de los trabajadores solo por eso?".

¿Por qué participaron solo PSOE, PP y Ciudadanos en el debate? En el Parlamento de Castilla y León hay siete partidos. Cuatro de ellos tienen un solo procurador –Vox, Podemos, UPL y Por Ávila– y no tienen grupo propio. Los otros tres, sí, Ciudadanos, PSOE y PP. Según la ley electoral de Castilla y León, solo los partidos con grupo propio pueden participar en los debates, dos, que se celebran durante la campaña.

El que se la juega soy yo

Mañueco, presidente y candidato del PP, cambió este viernes el registro respecto al anterior debate y, favorecido por el formato y los bloques, buscó, además de arremeter contra Sánchez, hablar del proyecto del PP para Castilla y León.

Además, trató de quitar presión a Pablo Casado, a quien la oposición pinta como el muñidor de el adelanto electoral, debido a sus urgencias internas y a su necesidad de reforzar su liderazgo frente a Ayuso, cuando, avanzado ya el debate, manifestó: "El que se la juega soy yo, no Pablo Casado". Mañueco se ha pasado la campaña hablando de que quiere un gobierno fuerte que refuerce también el proyecto del PP.

Mañueco dibujó una Comunidad cercana a la perfección –"35 años, será por algo. Hay sintonía del PP con esta tierra"–, en la que se van a bajar impuestos y al mismo tiempo unos servicios públicos de calidad, –propuso blindar la sanidad como se blindan las pensiones, con un pacto entre todos– hasta que no lo pudo resistir más y, en el tramo en el que se debatió sobre economía cargó con dureza contra el presidente Pedro Sánchez, hasta ahora uno de los ejes de su campaña.

Luis Tudanca quiso competir en el terreno presidencial con Mañueco, habló de aprovechar los fondos europeos, de servicios públicos y de las promesas incumplidas del PP en 35 años. Tudanca quiso apoyar su proyecto en los agentes sociales, sindicatos, empresarios, asociaciones, para aprovechar los fondos europeos. Tudanca, que bajó en muchas ocasiones al detalle, no se olvidó de hablar de la subida de las pensiones del Gobierno de Sánchez, en una Comunidad en la que un cuarto del censo, las cobra.

Sánchez

La relación del Gobierno de España con Castilla y León, desde que Mañueco habló de Sánchez –"usted, señor Tudanca y el señor Sánchez están inhabilitados para hablar de economía. Sánchez ningunea a esta tierra y usted la traiciona"– también se coló en el debate y provocó rifirrafes del candidato del PP no solo con Tudana, sino también con Igea, por ejemplo, a cuenta del precio de la gasolina, de la luz y de la cesta de la compra, que andan disparados.

"¿Y si todo esto iba tan bien, por qué convocó elecciones? Salió Sánchez, ya tardaba en salir Sánchez. ¿Qué va a hacer usted para bajar la luz, la gasolina? Si no es un tema de esta campaña, mejor dediquémonos a esta campaña", le espetó Igea a Mañueco.

-Lamento que les parezca irrelevante, replicó el presidente.

-No, pero ¿Cómo lo bajamos desde aquí?, remachó Igea.