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La derecha navarra busca un acuerdo con el PSN para volver al Gobierno foral

La coalición integrada por UPN, PP y Ciudadanos necesita a los socialistas para convertir a Javier Esparza en presidente. Este miércoles se conocerá el resultado del escrutinio definitivo, que podría dar otro escaño a los conservadores.

El candidato de Navarra Suma a la Presidencia del Gobierno, Javier Esparza. EFE/Jesús Diges

El pamplonés Javier Esparza, ex profesor de Primaria, tiene ante sí el reto más difícil de su vida. Durante las próximas semanas deberá convencer al Partido Socialista de Navarra (PSN, el mismo al que hace unas semanas acusó de querer pactar con “populistas y nacionalistas”) que le permita ser el próximo presidente de la comunidad foral. Dicho de otra forma, tendrá que persuadir al socialismo para que facilite un gobierno de Navarra Suma (UPN, PP y Ciudadanos). La operación ya está en marcha.

La misión de Esparza se divide en capítulos. El primero llegó el domingo por la noche, cuando las urnas confirmaron que la lista conservadora se convertía en la más votada por la ciudadanía navarra: 124.336 votos (36,5%), lo que se traduce en 19 representantes en el Parlamento foral. Detrás quedó el PSN de María Chivite –la gran protagonista de la noche-, que pasó de siete a once escaños y cosechó un 20,6% de respaldos.

Esa misma noche, el candidato de Navarra Suma adelantó que tenía previsto telefonear a Chivite para hablarle de las ventajas de un gobierno “constitucionalista” tras cuatro años de cuatripartito, nombre por el que se conoce al Ejecutivo presidido por Uxue Barkos (Geroa Bai) con el apoyo de EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra.

Esparza marcó el número de la candidata socialista al día siguiente. Según la versión del candidato conservador, hablaron de los resultados y poco más. Fue la primera, pero no la última llamada. Fuentes de Navarra Suma señalaron a Público que en esa coalición todos sus miembros son conscientes de que únicamente podrán volver al Gobierno autonómico –del que UPN salió en 2015- si logra atraer al PSN. “Los necesitamos”, remarcaron.

Aún están bailando dos escaños: uno que podría añadirse a Navarra Suma y otro que podrían perder Izquierda-Ezkerra o EH Bildu

La historia tendrá un punto de inflexión a lo largo de este miércoles. A partir de las ocho de la mañana, la Junta Electoral Provincial de Navarra emprenderá el recuento del 1,86% de los votos emitidos el domingo. Se trata de los sufragios emitidos en el exterior, así como de los provenientes de 17 mesas donde se produjeron incidencias. Gracias a esos votos, aún están bailando dos escaños: uno que podría añadirse a Navarra Suma (que pasaría de 19 a 20) y otro que podrían perder Izquierda-Ezkerra o EH Bildu (en ese orden de probabilidades).

Prudencia generalizada

Así las cosas, en todas las sedes políticas reinaba este martes la cautela. “Prudencia. De momento no vamos a adelantar escenarios”, señalaron fuentes socialistas. Lo mismo decían en el entorno de la candidatura de Esparza, quien aguardará a conocer el escrutinio definitivo para continuar con su plan de acercamiento al PSN. En cualquier caso, admitían que “en un caso u otro” –con los 19 escaños actuales o con los 20 que podrían reunir finalmente- necesitarán el apoyo de la formación liderada por Chivite.

El artículo 173 del Reglamento del Parlamento de Navarra lo deja bien claro: si un candidato o candidata no consigue la mayoría absoluta –fijada en 26 escaños- en la sesión de investidura, 24 horas después habrá un nuevo pleno en el que bastará con la mayoría simple, que será alcanzada “siempre que el número de votos a favor sea superior al de votos en contra, no computándose a estos efectos las abstenciones, los votos en blanco o los votos nulos”. Si nadie resulta elegido en el plazo de tres meses desde la celebración de las elecciones autonómicas, “el Parlamento quedará disuelto, convocándose de inmediato nuevas elecciones”.

En ese contexto, fuentes del PSN remarcaron que “de ninguna manera” apoyarán a Esparza. Así las cosas, si Navarra Suma logra sumar este miércoles otro escaño e Izquierda-Ezkerra o EH Bildu pierden uno, el bloque de la derecha se pondría con 20 y el cuatripartito de izquierdas tendría 19. La pelota estaría entonces en el tejado del PSN, que podría impedir el gobierno de la derecha o, por el contrario, abrirle la puerta.

La advertencia del PNV

Fuentes socialistas descartaron por completo que vayan a cambiar de postura respecto a su negativa a respaldar a Esparza, por lo que la elección del candidato de Navarra Suma como presidente podría verse seriamente dificultada. 

Egibar dejó claroque la posición del PNV ante la investidura de  Sánchez puede verse influida por lo que haga el PSN

Por si acaso, el dirigente del PNV Joseba Egibar dejó claro este martes que la posición de los nacionalistas -integrados en Navarra en Geroa Bai- ante la investidura de Pedro Sánchez puede verse influida por lo que hagan sus compañeros de partido en Navarra. “Si no hay acuerdo en Madrid y si, por ejemplo, el PSN se alinea en Navarra con la derecha, ¿de qué diantres vamos a hablar con los socialistas en la Comunidad Autónoma Vasca? Navarra tiene una gran importancia. Para mí condiciona a la hora de tomar nuestra decisión”, afirmó en Euskadi Irratia.

La otra posible investidura lleva el nombre de María Chivite, quien buscará llegar a algún tipo de acuerdo con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra. Sin embargo, la candidata socialista necesitaría que Navarra Suma o EH Bildu -formación a la que el PSN prometió excluir de cualquier acuerdo- no votasen en contra. Ambas cosas parecen complicadas, sobre todo en lo que concierne a la coalición abertzale. Así lo dejó claro el lunes en Cadena Ser el secretario de Organzación del PSOE, José Luis Ábalos, quien afirmó que su partido no tiene "ninguna voluntad de formar ninguna fórmula de gobierno que contenga a EH Bildu". 

El caso de Pamplona

Por su parte, fuentes abertzales señalaron que aún no está tomada una decisión sobre si habría alguna posibilidad de facilitar un gobierno socialista, aunque subrayaron que habrá un punto importante el 15 de junio, día en el que se constituirán los nuevos ayuntamientos. “Hay lugares donde un acuerdo entre Navarra Suma y PSN podría impedirnos gobernar. ¿Luego (el PSN) va a pretender acuerdos con aquellos a los que ha quitado alcaldías?”, se preguntaban.

Del mismo modo, existe especial interés en torno a lo que podría ocurrir el día 15 en el ayuntamiento de Pamplona, donde EH Bildu –que obtuvo el segundo puesto con siete concejales- sólo podría mantener la alcaldía si consigue el apoyo de PSN y Geroa Bai. Entre los tres alcanzarían los 14 concejales, suficientes para impedir que Navarra Suma, primera fuerza con 13 ediles, se haga con el ayuntamiento pamplonés.

En cualquier caso, parece difícil que el PSN se vaya a sumar a algún tipo de acuerdo con EH Bildu en la capital navarra, sobre todo si se tienen en cuenta las palabras de la candidata socialista en esta ciudad, Maite Esporrín, nada más conocer los resultados de las urnas. “¡Agur Asiron!”, exclamó ante las cámaras. Su adiós al alcalde actual podría significar la bienvenida al próximo regidor, el conservador Enrique Maya, quien ya se ve al frente del ayuntamiento.

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