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Las elecciones en Euskadi amenazan con frustrar la euforia de Feijóo

Los populares vascos creen que están en condiciones de llegar a los 9, o incluso a los 10 asientos, mientras fuentes de Génova apuntan que mantenerse como están ya sería "un éxito".

Alberto Núñez Feijóo y Javier de Andrés.
El presidente de Consejo General del Poder Judicial, Vicente Guilarte; el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo y el presidente del Partido Popular del País Vasco, Javier de Andrés Guerra. Eduardo Parra / Europa Press

Aunque Alberto Núñez Feijóo intente estirar tanto como puede la victoria en Galicia del pasado domingo, la política va rápido y mira ya a la siguiente cita electoral: la del País Vasco. Todo apunta a que serán el próximo 21 de abril, para lo cual el lehendakari, Iñigo Urkullu, tendría que convocarlas como tarde la semana que viene. En el PP están preparados para que así sea, pero sus expectativas son pequeñas. Han asumido que de la euforia tras las gallegas pasarán al conformismo en las vascas. El medidor del éxito, en ningún caso será el mismo.

En 2020, PP y Ciudadanos, que se presentaron juntos a las elecciones, lograron seis escaños. Cuatro años después y con un nuevo candidato, Javier de Andrés, los populares vascos creen que están en condiciones de llegar a los nueve o incluso diez asientos. Fuentes de Génova, sin embargo, apuntan que mantenerse como están ya sería "un éxito". Más allá de esta notable diferencia de expectativas, teniendo en cuenta que el Parlamento vasco tiene 75 diputados, ni el mejor de los escenarios para el PP es motivo de entusiasmo.

"En las vascas no tenemos partido que jugar", resume un importante dirigente del PP. Es una sensación ampliamente compartida: fuentes del Comité de Dirección creen que la clave de lo que pase en Euskadi no está en el PP.

Desde Génova empujaron a Alfonso Rueda a adelantar las elecciones a febrero para iniciar el ciclo electoral que marcará la primera mitad del año con una victoria en Galicia que daban por descontada. Siguiendo este guion, Feijóo ha colocado las gallegas como un punto de inflexión de la legislatura por el "castigo" que ha supuesto para el PSOE. Y en el partido le piden templar la euforia para que un posible mal resultado en las elecciones vascas no sea más ruidoso. De nuevo, el PP frente a las expectativas.

El "efecto contagio" de las gallegas, una quimera

Fuentes de los populares vascos aseguran que el impulso de Galicia condicionará en positivo su campaña porque, creen, es fundamental el clima que se genera tras un resultado como el del pasado 18 de febrero en el que el PP consiguió su quinta mayoría absoluta consecutiva y el PSOE se desplomó.

Pero los presidentes autonómicos del PP rebajan ese suflé. Si hay "efecto contagio", coinciden en la reflexión hasta tres barones, se notará sobre todo en las europeas. Como en Catalunya, dicen, el reto en Euskadi es construir un proyecto político a largo plazo.

Y en este punto parece mayoritaria la opinión de que, sobre el territorio, deben aparcar los mensajes en torno a ETA y "ser capaces de hablar de otras cosas y que se nos escuche", razona un dirigente vasco. Apunta esta fuente del partido que "el modelo ideal" sería el que ha conseguido el PSC (Partido Socialista de Catalunya) dentro del PSOE: autonomismo en el discurso.

¿Y la amnistía? ¿Jugará un papel importante en la campaña? Desde el PP vasco transmiten que los mensajes estatales como el de la amnistía no arrastran voto en Euskadi y que el discurso será regional y centrado en cuestiones como la sanidad, la educación o el empleo. Lo mismo decía el equipo de Rueda sobre la campaña para las elecciones gallegas y terminó coprotagonizando junto a Núñez Feijóo quince días de campaña en clave estatal.

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