A Reyes Maroto le costó afiliarse al PSOE, donde fue por primera vez en sus listas como independiente. Le cuesta entrar en disputas y rehúye la polémica y el enfrentamiento. Se ponía nerviosa cuando se le preguntaba si iba a ser candidata a la Alcaldía o la Comunidad de Madrid. Y no entra en su registro insultar o arremeter contra  nadie. Maroto sólo entró en política para "gestionar",  "trabajar" y, en la medida de lo posible "consensuar", afirman quienes la conocen bien.

De hecho, al ser preguntada por cualquier tema orgánico o electoral lo suele despachar en dos frases de argumentario político, pero cuando se le pregunta por su materia, en este caso como ministra de Industria y Turismo, cuesta interrumpirla por la avalancha de datos y propuestas con la que responde interminablemente.

Y la ministra que sólo quería trabajar, gestionar y pasar razonablemente inadvertida, se encontró este lunes con una navaja amenazante dentro de un sobre en la sede de su propio Ministerio. Dicen, los que están cerca de ella, que se mostró "sorprendentemente tranquila" cuando supo la noticia, y que sólo tuvo una urgencia: llamar a su familia.

Primero telefoneó a "Manolo", su marido; también habló directamente con su hija y con sus padres, y al no poder localizar a su otro hijo, llamó directamente al profesor para que le transmitiera que estaba todo bien. También habló con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

A partir de ahí, se recompuso y tomó la decisión de explicarlo todo a los medios de comunicación e, incluso, aceptó participar en un mitin improvisado en la misma tarde del lunes en Fuenlabrada, junto al candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo.

Maroto siempre estuvo en todas las quinielas de las crisis puntuales de Gobierno que se han producido, pero Pedro Sánchez siempre ha mostrado su aprecio a la labor realizada por la ministra. Ahora, el presidente y líder del PSOE decidió prescindir de su tarea para que pudiera reforzar la candidatura de Ángel Gabilondo, anunciando que será su vicepresidenta económica si gana las elecciones de Madrid. Y la ministra no dudó en aceptar el encargo e implicarse en la campaña electoral.

Si hubo un antes y un después en la campaña electoral tras las cartas amenazantes a tres dirigentes políticos y el fallido debate de La Ser, habrá un antes y un después en la vida personal y en la carrera política de Reyes Maroto. Pero no quiere hablar de ello. Lo que ahora más le preocupa es llevar la tranquilidad a su familia.