Entrevista a Esther Gil de Reboleño, diputada de Sumar"La ley de paridad ataca los techos de cristal, pero no los suelos pegajosos"
Madrid-
Esther Gil de Reboleño (Cádiz, 1973) ha debutado en el Congreso en esta XV legislatura y no de cualquier modo. Diputada independiente en el Grupo Plurinacional Sumar, Yolanda Díaz confió en ella para que fuera una de las voces del espacio en la Mesa de la Cámara Baja. En concreto, viste las ropas de vicepresidenta tercera de la institución. Sin embargo, todavía es una desconocida de la política nacional.
Su trayectoria tiene dos firmes columnas vertebrales. Por un lado, se ha desarrollado como una preponderante activista por los derechos de las mujeres en Andalucía. Por otro, es empresaria ―"¡De una pyme!", insiste―, tarea por la cual ha llegado a recibir algún que otro galardón. De este primer año como diputada destaca varias cosas, pero celebra profundamente haber aprobado, en la Mesa del Congreso, que cada vez que se produzca un asesinato por violencia de género, la Cámara guarde un minuto de silencio.
La pasada semana vimos a Pedro Sánchez presentar una serie de iniciativas sobre regeneración democrática. El Gobierno se reunirá con los grupos parlamentarios para negociar el calado definitivo de ellas a partir de este lunes. ¿Esperaba más del presidente del Ejecutivo? ¿Se quedó corto?
Lograr la democratización del Estado no pasa por llegar a acuerdos con el Partido Popular (PP), sino con la mayoría de la investidura. Realmente, en mi opinión personal, si hablamos de la necesidad de ir más allá y de, de verdad, democratizar el Estado, nos hemos quedado cortos. Yo esperaba medidas más contundentes.
Nosotros hemos abogado por la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana ―la Ley mordaza― o por la eliminación de delitos de opinión, injurias a la Corona, ofensa los sentimientos religiosos, ultrajes a los símbolos o instituciones nacionales... Y creemos que también es importante avanzar, por ejemplo, en el acceso a la carrera judicial.
Se refiere a medidas como el 'MIR judicial' que han llevado al Congreso de los Diputados.
Exactamente. Para que quienes tienen que impartir justicia se parezcan más a la España real y no a la de las élites. Lo contrario no tiene mucho sentido.
También es importante, evidentemente, la reforma de las competencias del Consejo General del Poder Judicial para que se ajusten al marco constitucional de la plurinacional del Estado y destinar muchos más recursos a incrementar la eficiencia del sistema judicial. Y, desde luego, lo que no puede ser es que, en un Estado como el nuestro, con una democracia consolidada, ocurran cosas como lo que está pasando lo de los seis de Zaragoza, que se sigan denunciando artistas o que tengamos casos como el de las seis de Suiza...
Así que, sí, esperaba más. Hay que tener en cuenta, eso sí, que en Sumar somos 26 diputados. Nosotros, en el Grupo Plurinacional Sumar, lo tenemos claro y hubiéramos empujado a compromisos más fuertes y reales. La ciudadanía lo hubiera agradecido.
Claro, ahí alguien podría decirle que Sumar está en el Gobierno.
Sumar ha empujado, pero las matemáticas son las que son. Nosotros el trabajo lo hacemos, lo presentamos, lo planteamos y empujamos. También te digo que en las negociaciones de altos vuelos no estoy, pero me consta que es así; que eso se hace. El Grupo Plurinacional Sumar, que cobija, como bien sabes, distintos espacios políticos, va a una.
¿Considera necesario que una eventual reforma de la 'ley mordaza' incluya la prohibición de las pelotas de goma o las devoluciones en caliente? La ausencia de esos puntos hizo decaer su reforma la legislatura pasada y, por el momento, no se encuentran en el esbozo que hizo Sánchez en su comparecencia el miércoles día 17 de julio.
Sí, tenemos que llegar ahí, totalmente. Vamos a negociar, a pelear y a luchar por ello. Es de justicia social.
¿Qué lectura hace del pacto para la renovación del Poder Judicial? ¿Es un necesario pacto de Estado o una prueba del bipartidismo que consolida el poder de los grandes partidos?
"El pacto entre PP y PSOE por el Poder Judicial es bipartidismo puro y duro"
La segunda de las lecturas que dices. Te lo iba a decir yo antes de que tú lo apuntaras. Esto es como una boda. O te sientan donde se pone la novia o tú eliges dónde sentarte. Es bipartidismo puro y duro: "Vamos a repartirnos el pastel, vamos a asegurarnos nuestra presencia, nuestros jueces, etc". Blanco y en botella, que dicen en mi tierra.
Le pregunto, ahora, sobre la ley de paridad, que también viene al Congreso esta semana para su aprobación definitiva. Uno de los puntos que puede llegar a ser más conflictivos es que obliga a los consejos de administración a respetar esa paridad. Incluso se contemplan amonestaciones. Usted es empresaria. ¿Prevé una resistencia en ese sentido?
Yo creo que el problema, aquí, se presenta para para otro tipo de mujeres. Te voy a dar mi opinión. Esta es una ley elitista, es una ley para mujeres privilegiadas. El feminismo que nosotros proponemos, el del 99%, impugna una sociedad ya de por sí desigual, pero donde esa desigualdad golpea con mayor fuerza a las de más abajo.
Entonces, esta ley no contempla a mujeres de otro estrato social [inferior]. Ataca los techos de cristal, pero no los suelos pegajosos.
"Para nosotros, forma parte de las políticas feministas revertir la precariedad laboral"
Para nosotros, forma parte del corazón de las políticas feministas revertir la precariedad laboral, la falta de derecho de las trabajadoras, las pensiones de miseria que cobramos las mujeres y las viudas, la falta de política de servicios públicos universales... Estos problemas, lamentablemente, golpean fuertemente a las mujeres.
Es totalmente cierto que en ámbitos como los consejos de administración, los colegios profesionales o las instituciones es necesario establecer la paridad, pero nos hemos olvidado de las mujeres que más lo necesitan.
Además, date cuenta de que yo, por ejemplo, soy empresaria. ¡Pero pyme! ¿Dónde están las pequeñas y medianas empresas? No nos hemos referido [la ley] a ellas. En España, el mayor número de empresas son pyme. Y de esas empresas, muchas son mujeres autónomas ―empresas unipersonales― que se han quedado igual. Esta es una ley que no les toca a ellas; a las mujeres que no están en una situación de privilegio.
De todas formas, no vamos a ponerlo todo negativo. La ley de paridad es un paso en un sector que está muy masculinizado, el de las empresas de las altas esferas. En la otra cara de la moneda, sin embargo, hay mucho trabajo por hacer.
Ve la ley incompleta. Una vez se apruebe, teniendo en cuenta que ya terminó el periodo de enmiendas en el Congreso, ¿cuáles serán los siguientes pasos?
Te pongo un ejemplo. En esta ley, nosotras propusimos una enmienda ―la enmienda 27― que trataba de dar becas a las familias monomarentales para que pudieran estudiar oposiciones. Creíamos que se podía introducir algo en esa línea. Para conseguir ese tipo de cosas, no sé si va a haber que hacer otra ley, pero lo que está claro es que vamos a tener que hacer una cosa muy importante y que creo que solucionaría muchos problemas: trabajar de forma transversal.
Nosotras, con nuestros ministerios, trabajamos la igualdad y el feminismo de forma transversal. Sin ir más lejos, la ley del cine va a llevar acciones positivas con respecto a directoras, productoras, etc. El Ministerio de Trabajo, como he dicho antes, está proponiendo medidas feministas con respecto a trabajadoras domésticas, a las personas LGTBI... Qué decir del ministro Bustinduy o de la ministra Sira Rego, que llevan siempre a buen fin la transversalidad. Es muy importante.
"El feminismo hay que trabajarlo de manera transversal"
Volvemos a lo mismo, no pueden tratarnos como a un colectivo: "Voy a hacer una ley para este colectivo". No. El feminismo hay que trabajarlo de manera transversal.
El patriarcado hace que en determinados temas estemos, por una secuencia histórica, en peores condiciones. Eso hay que equilibrarlo y la herramienta es la transversalidad de género. La de paridad no puede ser solamente para unas pocas. Que lo que se hace con esta ley hay que hacerlo, ojo, pero con una mirada más amplia y de más recorrido para que entremos todas.
Usted es diputada debutante en esta legislatura. Muchos la conocieron el día en el que llevó el carnaval de Cádiz al hemiciclo para reprochar a Vox su cerrazón en lo referente a transformar el lenguaje del Congreso en inclusivo. ¿Hasta dónde puede llegar la Mesa del Congreso, de la que forma parte, en la respuesta a los comentarios racistas o machistas que hemos visto hacer a la extrema derecha?
El reglamento del Congreso gestiona y organiza tanto a nivel administrativo como político la actividad de la Cámara Baja, y la presidenta, Francina Armengol, tiene muy buena predisposición en lo referente al respeto a la libertad de expresión y a la gestión de las intervenciones de los diputados y diputadas.
"Un diputado no puede ser intocable"
Pero, a partir de ahí, creo que hay líneas rojas que no se deben pasar, y nos están abocando a que se establezca algún tipo de código de conducta o de reglamento que sancione de alguna manera. Porque un diputado no puede ser intocable.
No puede serlo ante determinados delitos de odio. Ya hemos creado, de hecho, una subcomisión de delitos de odio. Hacer un comentario racista, homófobo o en contra de las mujeres en la sede de la soberanía popular por parte de un diputado, que es un representante validado por la ciudadanía, no es de recibo.
¿Cómo avanza, en el Congreso, por cierto, esa reforma para introducir el leguaje inclusivo?
Sumar presentó, junto al PSOE, una propuesta para añadir el lenguaje inclusivo en el reglamento, que ya recoge una disposición adicional de cuando se introdujeron las lenguas cooficiales.
Por otra parte, la Ley Orgánica de Igualdad efectiva entre hombres y mujeres, en su artículo 14, establece que todos los poderes públicos tienen obligación de implantar lenguaje no sexista en el ámbito administrativo. Esa es la parte legal, que ya está en la ley orgánica desde el año 2017. Establece que el lenguaje sexista perpetúa los estereotipos, las desigualdades del género, etc. Entonces, creo que ya era ahora, con todo el recorrido que tenemos en temas de igualdad, de que se implantara o de que se comenzara a tramitar [la integración del lenguaje inclusivo en el reglamento del Congreso].
Lo que no se nombra no existe. Eso es fundamental. Y somos muchas las diputadas y las mujeres que vivimos en este país. El lenguaje cambia realidades y es muy importante asumir que desde la casa de la soberanía popular se empiece a hablar acorde a los tiempos que corren, que es del siglo XXI.
Otros organismos, como el Ministerio de Justicia, han elaborado una guía de lenguaje inclusivo. También el Ministerio de Transporte, el Ministerio de Igualdad... Incluso el CGPJ se ha pronunciado al respecto. Por supuesto, también Naciones Unidas.
"Durante mucho tiempo, las mujeres hemos sido relegadas a una esquina del lenguaje"
La cuestión es que tenemos que ser el reflejo de nuestra sociedad. No hay argumento en contra que eche esto hacia atrás. Tenemos que ser capaces de representar la diversidad y, sencillamente, a las mujeres, que durante mucho tiempo hemos sido relegadas a una esquina del lenguaje. No hemos sido visibilizadas. No hay que olvidar, por otra parte, que no somos un colectivo, sino la mitad de la población. No hay más. Como dije a Vox en el Congreso, no se trata de duplicar o no duplicar; el castellano es muy rico y existen muchísimas fórmulas para referirse, de forma inclusiva, a hombres y mujeres.
Esperamos que, en septiembre, en la ponencia de la comisión del reglamento del Congreso, que conformamos los mismos diputados que estamos en la Mesa de la Cámara, se empiece la discusión de las 19 enmiendas que se han presentado y que, luego, se siga todo el procedimiento parlamentario. Sería un hito.
Yo, como no tengo abuela, te lo voy a decir. Hasta ahora, en la Mesa no se había tenido una determinación así con estos temas. Incluso con las actividades del 8 de marzo, del 25 cinco de noviembre... Todo esto lo hemos organizado desde el órgano rector de la Cámara con mis compañeras del PSOE. Creemos que la Mesa tiene que estar en el foco no solo a la hora de hacer cumplir las reglas del juego del Congreso, sino de promocionar que la Cámara está haciendo actividades y visibilizando luchas. Tenemos que ser un ejemplo.
De hecho, en la propia la Mesa del Congreso se constituyó un grupo de trabajo para encargar retratos de importantes mujeres parlamentarias. Parece que la negociación entre PP, PSOE y Sumar se ha encallado. ¿Por qué?
Está atascada, sí. Mira, el 5 de marzo se acuerda encomendar a la Secretaría General que haga una propuesta a la Mesa, donde puedan participar los grupos parlamentarios, para la actualización de las obras pictóricas del vestíbulo principal del palacio y del salón de conferencias, incorporando cuatro retratos de mujeres. Los dos últimos se incorporaron en 2011: Manuel Azaña y Adolfo Suárez.
Los únicos partidos que presentan propuestas somos PSOE, Sumar y PP. Sumar propone a Clara Campoamor, Victoria Kent, Dolores Ibárruri y Federica Montseny. ¿Dónde coincidimos PSOE, PP y Sumar? En Clara Campoamor y Victoria Kent. ¿Dónde empieza el desacuerdo? El PP se opone a Dolores Ibárruri, que para nosotras es imprescindible.
Fue diputada en 1936 y en la Transición. Es una figura indiscutible en la defensa de los derechos democráticos y de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras.
Ellos propusieron a Soledad Becerril y a Loyola de Palacio. Nosotras no nos oponemos a que una de las cuatro mujeres retratadas sea una de ellas, pero Dolores Ibárruri también tiene un peso importante y tiene que estar. El PP, sin embargo, no está por la labor.
¿Es una línea roja para ellos? ¿En qué punto está la negociación?
Nosotras hemos lanzado la propuesta y ahora estamos esperando la respuesta del PP. Es de justicia social y democrática que haya mujeres representando a todas las ideologías que componen el arco parlamentario. No hemos propuesto a cualquiera. Hemos propuesto una mujer que es un símbolo ―No pasarán― del freno al fascismo.
Usted forma parte de la comisión de Igualdad. Hace unos meses, el Gobierno aprobó el anteproyecto de ley de trata. Previsiblemente, llegará a la Cámara Baja y tendrán que estudiarlo en la comisión. ¿Cómo lo ve?
Estamos estudiando el anteproyecto. Es importante decir que es amplio. No solo hablamos de trata de personas vinculadas a la explotación sexual (trata de personas con el objetivo de conseguir un beneficio económico con fines de explotación sexual), sino que abarca trata con fines de explotación laboral, extracción de órganos, mendicidad, matrimonio forzado o comisión de delitos, robos, etc.
Para nosotros son muy importantes las mujeres inmigrantes, que son las mayores afectadas en esta situación. Por ello, existe la necesidad de derogar o modificar la Ley de Extranjería, que condena a miles de mujeres en situación de vulnerabilidad y peligro, lo que hace que aumente el riesgo de que acaben en situaciones de explotación.
"Las redes de trata se convierten en la opción migratoria para muchísimas mujeres en países en vías de desarrollo"
Es importante entender bien los conceptos. Las redes de trata se convierten en la opción migratoria para muchísimas mujeres en países en vías de desarrollo. Mientras que la trata es un delito contra las personas, el tráfico es un delito contra el Estado. En este último caso, lo que se transgreden son las leyes migratorias. La cuestión es que, evidentemente, existe una correlación entre uno y otro. Lo que comienza con una situación de tráfico, finalmente, se convierte en una en una situación de trata. Entonces, abogamos por tratar también la Ley de Extranjería.
Es importante señalar, por otra parte, que "trata" no significa siempre "prostitución". A veces, en los medios, parecen casi sinónimos. Para nosotras es importante separar ambos problemas. Una de las dificultades más importantes es no distinguir el delito de trata del ejercicio de la prostitución libre o por decisión de muchas mujeres. De hecho, hay estudios recientes de la antropóloga Carmen Meneses que nos confirman que las mujeres que ejercen la prostitución víctimas de trata representan entre un 10% y un 20% como máximo.
El concebir todos los tipos de prostitución como trata o como violencia hacia las mujeres es guiarse por las características de las personas que las atienden.
En el anteproyecto de ley también se especifica que en las entidades que atienden a estas mujeres ―los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, el ámbito judicial, etc.― no hay criterios unificados para identificar los delitos. Ellas están amenazadas y no pueden decir: "Mira, yo he llegado de esta manera, vivo en una situación de esclavitud y tengo que pagar tanto dinero". Quiero decir que es muy difícil identificar el delito. Por eso, siempre se le une a la prostitución.
Al final, terminamos homogeneizando la prostitución, algo que no es real, y dejando de atender a un sector de mujeres que pueden sufrir y que están sufriendo explotación de un tipo u otro.
Le pregunto en términos un poco más generales. Hasta ahora, la producción legislativa ha sido escasa en esta legislatura. ¿A qué lo achaca? ¿Le pide más a este Gobierno de coalición progresista?
Yo creo que la no seguridad de si iba a haber legislatura o no ha frenado la producción legislativa a la que te refieres. Es verdad que se han priorizado cuestiones tan importantes como la ley de amnistía. Hasta que no salió adelante, no se ha podido avanzar en otros temas.
Luego, también tenemos otra cuestión muy importante: el bloqueo del Senado a toda la producción legislativa que se haga desde el Congreso. Eso lo ralentiza todo. Solo hay que recordar la triquiñuela que hizo la Mesa del Senado para atrasar la aprobación de la propia ley de amnistía.
De todas formas, desde la comisión de Igualdad y el Grupo Plurinacional Sumar lo hemos notado porque tenemos una gran batería de propuestas. Hasta ahora, hemos avanzado en la ley de paridad; también conseguimos frenar y tumbar la ley de proxenetismo [del PSOE]; sacamos desde la Mesa el lenguaje inclusivo en el reglamento; hemos aprobado proposiciones no de ley (PNL) con respecto a las terapias de conversión, menopausia, el patronato en la época franquista... Y estamos trabajando en muchos otros temas y recibiendo a colectivos y a personas de la sociedad civil para poder seguir progresando.
Como te comentaba antes, queremos hacer un feminismo del 99% y no un feminismo para unas pocas. Queremos que entren todas las mujeres, todos los sectores y en ello estamos. Espero que, a partir de septiembre, cuando se aprueben los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y se llegue a un acuerdo en el Govern de Catalunya, podamos salir adelante con muchísimas propuestas que mejoren la vida de las personas y que las pongan en el centro.
No hay que perder de vista, tampoco, que el Ministerio de Trabajo ha conseguido sacar muchas cosas con respecto a Igualdad, como la iniciativa para garantizar la igualdad del colectivo LGTBI en las empresas. También se está trabajando la reducción de la jornada laboral con el mismo sueldo o en los permisos de paternidad.
Ya por último le pregunto por el momento que atraviesa el espacio de la izquierda a la izquierda del PSOE. ¿Cuál es la clave para conseguir mejores resultados electorales que, por ejemplo, los de las elecciones europeas?
A nivel ideológico, yo creo que nos diferenciamos del resto de partidos porque ponemos en el centro a las personas. Hacemos, realmente, políticas de izquierda y progresistas. Pero date cuenta de que tenemos que sacar músculo. No nos ha dado tiempo.
Tenemos que dialogar, hacer territorio, hablar con los colectivos sociales, con la ciudadanía... Nos han sobrevenido seis procesos electorales y no hemos tenido tiempo.
A nivel de grupo parlamentario, todos los partidos que lo componen aportan propuestas progresistas muy válidas y que enriquecen mucho el propio grupo. Luego, tenemos a Sumar, que, en un tiempo récord, creó un cordón sanitario para frenar a la derecha y a la ultraderecha. Ahora mismo, como entidad independiente, en Sumar tenemos que construir. Estamos en ese proceso de construcción. Nadie debe olvidar que tenemos que ir a una.
"En la izquierda siempre ha habido ese rifirrafe, pero también hemos sabido sentarnos y decir 'No pasarán'"
A nivel histórico, como bien sabes, en la izquierda siempre ha habido ese rifirrafe en momentos muy importantes de nuestro de nuestro país. Pero es verdad, también, que en otros hemos sabido sentarnos, dialogar y decir: "No pasarán". Yo espero que ese sea el espíritu en momentos que se prevén delicados en el futuro. Porque, cuidado, la ola reaccionaria sigue echándonos el aliento en el cogote.
Lo que no tenemos que hacer es una política de cupos y de codazos. Tenemos que pensar en la ciudadanía. Este país ha mejorado de una manera increíble con las políticas progresistas. No queremos volver a la España en blanco y negro. Queremos mejorar la vida de la gente; el Grupo Plurinacional Sumar quiere hacerlo. Ahora, hemos pasado procesos electorales que acarrean hablar de cupos y producen unas inseguridades que no nos llevan a ningún lado a la izquierda.
Necesitamos llevar al BOE cuestiones de democratización de la justicia, de reducción de la jornada laboral sin reducción salarial, los permisos de nacimiento, la prestación universal por crianza y, muy importante, prestar especial atención al gran drama de la vivienda.
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