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Feijóo deja solo a Mañueco y Génova pone a Castilla y León como ejemplo de lo que no quieren

Génova empujó Mañueco a frenar el protocolo tras la polémica por el recorte de derechos para las mujeres que implicaban las medidas pregonadas por el vicepresidente ultra Juan García-Gallardo.

Feijóo y Mañueco
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y Alfonso Fernández Mañueco durante el acto institucional por el Día de la Constitución, en el Congreso de los Diputados. Eduardo Parra / Europa Press

Alberto Núñez Feijóo dejó solo a Alfonso Fernández Mañueco en su investidura como presidente de Castilla y León en el mes de abril. Acudir a esa cita era dejar su firma en el pacto que metió por primera vez a la extrema derecha en un Gobierno y Feijóo, que acababa de aterrizar en Génova, plantó a Mañueco para proteger su "moderación" a pesar de bendecir el acuerdo. Nunca se opuso en público a la entrada de Vox en la Junta de Castilla y León. Nueve meses después, Génova se desvincula tanto como puede de Mañueco y pone a su Gobierno como ejemplo de "todo lo que no queremos".

La alianza de Mañueco con la extrema derecha es una fábrica de problemas para Feijóo y, con la campaña electoral en marcha, Génova ya marca distancias también en público. "Los gobiernos tienen que ser responsables y sensatos y lo que hemos visto en Castilla y León no es eso. Por tanto, nuestra valoración no puede ser positiva", dijo a las claras el nuevo portavoz del PP Borja Sémper en una rueda de prensa.

El entorno de Núñez Feijóo está visiblemente incómodo y molesto con lo que ha sucedido en los últimos cinco días en el seno del Ejecutivo de Mañueco desde que Vox anunció el pasado jueves un nuevo protocolo antiabortista para CyL. Fuentes de la dirección nacional del partido reconocen la inoportunidad política que supone esta polémica en este preciso momento: los titubeos del PP con el derecho al aborto y su relación con la extrema derecha han empañado el arranque de una campaña electoral con todo en juego para Feijóo.

Génova empujó a Mañueco

Buena parte de las críticas (convertidas en duros ataques la mayoría de las veces) que el PP le hace al presidente del Gobierno Pedro Sánchez recaen sobre su "incapacidad" para tomar decisiones sobre su propios ministros. El propio Feijóo ha dicho de él que es "cautivo" de sus socios y que las tensiones que se producen dentro de la coalición son un ejemplo de "desgobierno". En los últimos cinco días el Gobierno de CyL se ha convertido en todo lo que se critica desde Génova, y así lo asumen distintas fuentes consultadas por Público.

La diferencia, defienden desde el equipo de Feijóo, es que Vox no ha logrado "imponer su agenda legislativa" en la Junta. Aunque lo cierto es que Mañueco reconoció esas medidas el sábado en el cónclave de dirigentes populares que se celebró en Zaragoza, y solo matizó que serían "voluntarias" y no obligatorias, como ha asegurado Vox hasta el último momento.

No ha sido hasta este lunes cuando el presidente autonómico del PP, presionado por las tensiones internas, anunció que el protocolo no se aplicaría. Fue Génova, en constante contacto con Mañueco en los últimos días, quien le empujó a frenar la polémica por el recorte de derechos para las mujeres que implicaban las medidas pregonadas por el vicepresidente ultra Juan García-Gallardo. 

El "lío", señalan desde el equipo de Feijóo, ha sido imposible de tapar y este lunes el presidente de Castilla y León tuvo que improvisar una declaración institucional para anunciar que el protocolo no se iba a implantar. En Génova esperaron a que Mañueco reculara en público para que Sémper saliera a responder a las preguntas de los medios de comunicación en la habitual rueda de prensa tras el comité de dirección. 

Feijóo comparecerá en el juzgado este viernes

Pero, aunque el PP de por "zanjado" el asunto, el descrédito que se cierne sobre el Gobierno de Mañueco es absoluto y pone a Feijóo contra las cuerdas. Y no es el único 'problema' al que el presidente del PP de CyL arrastra al líder nacional. Este viernes Feijóo tendrá que comparecer en el juzgado número 5 de Salamanca en calidad de representante legal del PP para aclarar por qué su partido no ha convocado en casi dos años el congreso provincial de Salamanca.

En el origen está la supuesta financiación ilegal del partido salmantino en el durante las primarias de 2017 que ganó Mañueco. Como ido contando este medio en los últimos meses, el presidente de CyL mantiene bloqueada la renovación orgánica del PP de Salamanca para retener el poder del partido. Así, Feijóo tendrá que responder, esta vez ante la justicia, por Mañueco.

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