El creciente número de contagios encamina a Catalunya, con casi toda seguridad, a una prórroga de las restricciones aprobadas antes de Navidad por la Generalitat para controlar la pandemia. Mientras tanto, la Fiscalía ha pedido al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) que avale la continuidad de las medidas que ha solicitado el Govern.

La Fiscalía avala así la propuesta de aplicar un toque de queda nocturno entre la una y las seis de la madrugada para los municipios con más de 10.000 habitantes que tengan una incidencia superior a 250 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días y limitar las reuniones sociales a un máximo de 10 personas. Afectará a un total de 132 localidades, es decir, a casi cuatro de cada cinco catalanes y, por supuesto, a las grandes ciudades.

A pesar de que en primera instancia la Fiscalía se opuso a la propuesta de nuevas medidas, el riesgo ante el alto número de contagios y el respaldo previo por parte del TSJC a las restricciones, ha hecho cambiar de opinión al órgano fiscal.

Se espera que, como muy tarde, la decisión definitiva de la Sala de lo Contencioso–Administrativo del TSJC llegue entre el martes o el miércoles de la próxima semana. Estas medidas "no son agradables ni deseadas pero sí necesarias", ha señalado el Govern, que ya ha presentado formalmente la petición de prorrogar las restricciones 15 días más. Pero es la única manera de evitar "daños mayores" en la sexta ola, explicaba la portavoz del Ejecutivo, Patricia Plaja.

Ante los registros récord de los contagios por covid-19, el Govern ha prorrogado en paralelo también aquellas medidas que no requieren aval judicial: 50% de aforo en interior de restaurantes y bares y 70% en comercios, instalaciones deportivas, salas de conciertos, teatros, cines, auditorios y circos con carpa y ocio nocturno completamente cerrado.

Son ya 1.796 personas ingresadas con covid-19 en los hospitales catalanes, de las cuales 475 de ellas permanecen en la Unidad de Cuidados Intensivos. La Conselleria de Salut reporta cada semana en torno a los 130.500 positivos, una incidencia infinitamente mayor que la que se registraba hace un año en las mismas fechas. Esta situación ha puesto en evidencia la limitada capacidad de una Atención Primaria precarizada por la falta de personal.