Fonsi Loaiza: “La caja B del PP empezó con Fraga”
El periodista Fonsi Loaiza (San Fernando, Cádiz, 1990) es el azote del poder establecido, aunque su beligerancia izquierdista ha tenido un precio: los linchamientos en redes sociales y las querellas judiciales interpuestas en su contra.
En el libro Florentino Pérez, el poder del palco (Akal), que ya ha alcanzado la sexta edición, el periodista Fonsi Loaiza destapa las vergüenzas del magnate inmobiliario y señala los vínculos del presidente del Real Madrid con Feijóo y el PP gallego. En Qatar. Sangre, dinero y fútbol (Akal), denuncia la venda con la que los gobiernos y las empresas occidentales se taparon gustosamente los ojos ante la violación de los derechos humanos en el emirato árabe, sede del Mundial 2022.
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El pasado verano, escribía en Twitter: “Florentino Pérez viajará como todos los veranos a Galicia. Allí se reúne siempre con Rajoy y Feijóo. Es uno de los hombres clave en la caja B del PP [gallego], con un millón de euros de donación. Cuando un juez le preguntó si había financiado al PP, dijo que le molestaba la pregunta”.
Florentino ha estado involucrado de lleno en las tramas de corrupción del PP. Además de responderle que le molestaba la pregunta, le dijo: "Si me conoce, a mí la gente no se atreve a preguntarme eso". Lo cierto es que pagó 300.000 euros a un conseguidor de la trama Púnica para que le crease Diario Bernabéu, un medio de comunicación falso que contrarrestaba la información negativa del Real Madrid y de su presidente.
Incluso extorsionaba a su entrenador, Carlo Ancelotti, para que jugase Gareth Bale a través de un periodista que terminó en OKdiario, financiado por Florentino y dirigido por Eduardo Inda, a quien había colocado como director de Marca. Vamos, una cloaca total. Por cierto, ese periodista intervino en El Chiringuito, sucesor de Punto Pelota y que también controlaba Pérez: un nombre que le viene al pelo [risas]. Y muchos trabajadores del Real Madrid Televisión recalaron en laSexta, pues Antonio García Ferreras había sido director de comunicación del equipo blanco.
En el libro Florentino Pérez, el poder del palco (Akal), afirma: “Su trato personal con el virrey Núñez Feijóo es inmejorable. Ambos llegaron juntos a la boda de Alberto Ruiz Gallardón en Santiago y en los veraneos comparten mesa en la marisquería El Badulaque con Rajoy y Bieito Rubido, director de ABC, en el pueblo [Cedeira] donde su hermano Leopoldo Rubido ha sido alcalde más de treinta años”.
El caciquismo se impone, es tremendo. La caja B del PP no se entendería a nivel nacional sin la que crearon en Galicia. Es más, la corrupción del PP parte de la financiación ilegal que empezó con Manuel Fraga. Ahí entra en escena ACS, que empieza a realizar donaciones, hasta el punto de que donde más adjudicaciones consigue Florentino es en Galicia. Él había comenzado su despegue empresarial en Cataluña con el 3% de Jordi Pujol, pero supo ramificar la corrupción: el PSOE en Andalucía, el PP en Galicia, etcétera. También ha tenido muy buena relación con el PNV en Euskadi.
De hecho, en el libro comenta: “El crecimiento de la constructora Padrós [que presidió Pérez] se extendería hacia Galicia, comunidad de la que es originario Juan Torres Piñón, natural de Ferrol, y donde conocía al dedillo el poder económico y local. Estas estructuras han quedado vigentes. Emilio García Gallego, capataz de las obras públicas con Manuel Fraga y Xosé Cuíña entre 1990 y 1998, forma parte desde 2014 del consejo de administración de ACS”. De aquellos polvos, ¿estos lodos?
Florentino se lleva fenomenal con Alberto Núñez Feijóo: son uña y carne. Y con Isabel Díaz Ayuso, también. Y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, le regaló un parking subterráneo en el Bernabéu, un pelotazo urbanístico del copón.
“Desde que naces hasta que mueres hay por medio una empresa de Florentino”
A usted le cabe el Estado de Florentino en la cabeza.
Son muchos años estudiando su figura. En 2014, cuando era becario, me di cuenta de que los que mandaban en el mundo del deporte eran los que realmente mandaban en la sociedad. Los tentáculos de Florentino llegan a todos los ámbitos, porque desde que naces hasta que mueres hay por medio una empresa suya: de la escuela infantil de tu hijo a la residencia geriátrica de tu padre, incluida la autopista que comunica ambas. Siempre pagándole a él: la jugada maestra de las privatizaciones. Es vergonzoso, porque luego las empleadas de Clece trabajan en unas condiciones muy precarias.
De hecho, criticó que los directivos de esa empresa, que gestiona residencias privatizadas de ancianos en Galicia, se vacunasen contra el coronavirus saltándose los protocolos, mientras que “la Administración no dijo nada”.
La sombra de Florentino no solo llega a Galicia, sino a todo el mundo, porque él entendió que el Real Madrid le podía abrir la puerta en sus inversiones internacionales.
En el libro traza la evolución de los poderes políticos y económicos, desde el franquismo hasta hoy. Más que una ruptura, hubo una transición.
Lo que distingue a Florentino es que no venía de una gran familia, como los March. Pero empezó a trabajar con ellos. Él era un burócrata franquista que aprendió a ser oportunista y cucañero con Juan de Arespacochaga, quien lo coloca en la Asociación Española de la Carretera y en el Ayuntamiento de Madrid. Luego se une a los March y se sube a la ola del exministro socialista Carlos Solchaga, quien dijo: “España es el país en el que es más fácil hacerse rico y en menos tiempo”.
Afirma que no se puede entender a Jordi Pujol sin el 3% que pagaba ACS a CiU.
Florentino inicia la operación Roca como secretario general del Partido Reformista Democrático (PRD), apoyado por CiU. Curiosamente, Construcciones Padrós, vinculada a la Banca Catalana de los Pujol, se llevaba las adjudicaciones de la Generalitat a cambio del pago de comisiones. Ahí empezó su despegue empresarial. Tras fracasar con la UCD, la intención de montar otro partido indicaba el interés que tenía por la política, con el objetivo de que su empresa obtuviera contrataciones de obra pública. En las elecciones generales de 1986, apenas cosecha 194.500 papeletas: “Es el partido político que menos votos ha sacado en la historia de la democracia por dinero invertido en una campaña electoral”. Y su secretario general, pese a ese fracaso, con los años lograría ser más poderoso que el presidente del Gobierno. En cambio, hoy no se atreve ni a convocar unas elecciones en el Real Madrid. Ha secuestrado al equipo y no tiene oposición, porque teme las urnas.
¿Se lo imagina presentándose a la Presidencia del Gobierno?
No. Al margen de sus precedentes en política, Florentino es un mal orador, no tiene carisma y en los debates electorales del Madrid se lo zampaban. No obstante, se unió a José María Aznar y a Miguel Blesa [entonces presidente de Caja Madrid] para quitarle a Figo al Barcelona, uno de los grandes pelotazos de la historia de este país. José María García denunció esa operación y le cortaron la cabeza.
¿Ha tenido miedo de que le cortaran la suya?
A ellos les cortan la cabeza porque son ricos y trabajan en grandes medios de comunicación. Como yo no tengo patrimonio ni propiedades, no me pueden quitar nada, solo silenciarme en ciertos medios o censurarme en Twitter. Florentino es capaz de levantar el teléfono porque no le gusta un pie de foto, aunque no puede llamar a El País para que me corten la cabeza porque ya me la cortaron cuando era becario. O sea, me echaron por ser una voz crítica.
Comenta que Pérez no se lleva bien con Santiago Abascal.
Una vez comieron juntos y el encuentro terminó mal y duró muy poco. Abascal estuvo en el palco de jugadores del Madrid, porque Sergio Ramos, Dani Carvajal y Nacho Fernández son de derechas, pero Florentino prohibió que bajase al vestuario. Un exempleado del club me ha dicho que el líder de Vox es la persona con la que peor se lleva. Sin embargo, tiene buena relación con Iván Espinosa de los Monteros, quien ha estado en el palco. En el fondo, sabe que le interesa llevarse bien con el PSOE y con el PP, y luego con una parte de Vox.
¿Pesa más el interés económico que la ideología?
Claro, lo ideológico no le importa. De hecho, se lleva muy bien con cierta izquierda y Manuela Carmena lo apoyó en la Operación Chamartín y en la reforma del estadio Santiago Bernabéu. Ella nunca quiso enfrentarse al poder real, ni siquiera para defender a unos titiriteros. Resulta curioso que al final acabase apoyando los pelotazos de Florentino cuando en su día fue la jueza que dictó el embargo de sus bienes tras la disolución del Partido Reformista Democrático [demandado por una empresa por impago]. Una muestra de que la izquierda institucional poco puede hacer con él…
En ese sentido, usted comenta que “democratizó” el palco del Bernabéu y “dio cabida a la izquierda caviar bautizada como marxismo-ladrillismo”.
Y también a la izquierda caviar de los medios de comunicación del establishment, de Ana Pastor a Antonio García Ferreras, embelesada por el poder fáctico de este país, al que no se enfrenta.
“Gane uno u otro partido político, sea el PSOE o el PP, al final en España siempre gana Florentino”
La primera candidatura a la presidencia del club, en 1995, se apoyó en la Asociación para la Defensa del Patrimonio del Real Madrid, presidida por el profesor José Manuel Otero Lastres. Curiosamente, presentó una novela junto a Feijóo y Paco Vázquez, entonces presidente de la Xunta y embajador de España ante la Santa Sede, respectivamente.
Vamos, el compadreo típico del Estado español entre políticos, empresarios, jueces… Paco Vázquez y Feijóo, como antes Fraga, van de la mano con las mismas políticas y son dos caras de la misma moneda. Gane uno u otro, sea el PSOE o el PP, al final en España siempre gana Florentino Pérez. Si vamos a Madrid, él empezó muy fuerte con Esperanza Aguirre, quien llegó a presidir la Comunidad tras la compra de votos del tamayazo. No extraña que Florentino le dijese a Rafael Simancas, el candidato socialista que iba a ser investido como presidente: “En el PSOE mando yo más que tú”.
Feijóo tiene una estrecha relación con el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, quien lo abrazo en el acto de toma de posesión como presidente de la Xunta, en 2009.
Y con Amancio Ortega... [risas]. Vamos, que Galán, Ortega y Florentino le van a poner la alfombra roja para que llegue a ser presidente de Gobierno [esta entrevista fue realizada antes de pasadas elecciones generales del 23 de julio, que ganó el PP, pero lejos de la mayoría absoluta, que no acarició ni con la suma de los escaños de Vox].
¿Cree que esas relaciones pesaron más en el salto a Madrid que la lucha sucesoria en el PP?
Desde luego, ellos le dieron el visto bueno. Es más, uno de los primeros empresarios con los que se reunió Feijóo como líder del PP fue Florentino Pérez, quien le había dado el beneplácito junto a otros capos del Ibex.
En 2019, ACS fue multada por crear “un cártel industrial para repartirse clientes y licitaciones de manera fraudulenta en Galicia”. ¿Una práctica habitual?
Eso se ha dado en el conjunto del Estado. Las constructoras (ACS, OHL, Ferrovial…) se reparten todo a su antojo todo porque saben que si les imponen una multa, es ridícula o ni la llegan a pagar. Por ejemplo, una empresa de Florentino llegó a liderar el cártel de los barracones para colegios e institutos de Cataluña, Valencia, Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia [la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia multó con 9,3 millones de euros en 2015 a seis empresas de fabricación, alquiler y venta de construcciones modulares por fijar precios y repartirse las adjudicaciones y los clientes; la sanción más cuantiosa, de 8,5 millones, recayó sobre Dragados, cuya matriz es ACS].
¿Florentino es más de Ayuso o de Feijóo?
Él es más de Feijóo y su hija, más de Ayuso. María Ángeles Pérez Sandoval es una ayuser compulsiva. De hecho, durante la pandemia, su restaurante [El Babero, situado en el barrio de Salamanca] hizo propaganda electoral a través de sus redes sociales, donde llegó a escribir: “Te necesitamos. A sus pies, señora presidenta. Siento amor profundo por ti”.
Hay una foto en la que Florentino agarra a Ayuso en el palco del Real Madrid, durante la celebración del título de Liga en 2022, que muestra visiblemente cómo la maneja [meses antes, la Comunidad de Madrid había contratado a ACS las obras de la estación de metro de Avenida de América por 38 millones de euros]. Digamos que él quiere a Ayuso para [que gobierne] Madrid y a Feijóo para [que gobierne] España.
Más allá del lenguaje no verbal, ¿en qué sentido la maneja?
En las contrataciones. ACS fue una de las empresas adjudicatarias de las obras de construcción del Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal, mientras que Clece se hizo con el servicio de limpieza, además de otros 35 contratos de servicios en Ifema antes de las elecciones autonómicas de 2021 [“El asesor de comunicación de Ayuso es Miguel Ángel Rodríguez, encargado de los actos del centenario del Real Madrid de Florentino en 2002”, recuerda Loaiza en su libro].
“Florentino gana más con el PSOE en el poder que con el PP”
Si Feijóo no lograse ser presidente, ¿apostaría por Ayuso?
Ojo, que con Pedro Sánchez no le ha ido nada mal, porque se ha llevado un buen pellizco de los fondos europeos Next Generation EU. Unos préstamos y unas subvenciones para afrontar la crisis del coronavirus que vamos a acabar pagando entre todos, con una reforma de las pensiones, para que Pérez pueda llevarse el dinero fresquito. Vamos, que gana más con el PSOE en el poder que con el PP [“Gobierne quien gobierne, el que gana siempre es Florentino, uno de esos personajes siniestros que, siendo vagones de cola como políticos, se subieron al tren del negocio del fútbol y lograron acaparar mucho más poder que los representantes elegidos en las urnas en las supuestas democracias liberales”, escribe Loaiza].
¿Casualidad?
En absoluto. Financia la Fundación FAES, presidida por José María Aznar, pero también la Fundación Felipe González y la Fundación Pablo Iglesias, del PSOE. Juega a dos bandas y, se imponga uno u otro partido, él gana seguro.
En su libro sostiene que Lissavetzky y Rubalcaba, “aliados serviles de Florentino”, presionaron a la concejala socialista Matilde Fernández para que no se opusiese a la recalificación de los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, donde se construyó el complejo financiero de las Cuatro Torres.
Y como ella se mantuvo firme, Antonio García Ferreras vetó su presencia en la Cadena Ser y su voz no volvió a ser escuchada. Florentino saca pasta de cualquier lado, hasta de la atención a las personas sin hogar en Barcelona [la empresa Accent Social gestiona un Centro de Día y un Centro Residencial de Atenciones Básicas en Barcelona]. Se privatiza todo y se lo lleva él.
“Los futbolistas han perdido por completo la conciencia social y de clase. Lo primero que hacen cuando ganan su primer sueldo es comprarse un cochazo y una casa alejada de su barrio de origen”
Algunos jugadores y equipos advirtieron de que lucirían un brazalete arcoíris en apoyo a la comunidad LGBTI, aunque ninguno renunció a participar en el Mundial de Qatar. ¿Doble moral?
En realidad, ni se atrevieron a ponérselo por miedo a que los amonestaran con una tarjeta amarilla. Solo fomentaron el boicot algunos futbolistas retirados, como el exbarcelonista Oleguer Presas o Éric Cantona, quien pidió que no viésemos el Mundial. Mientras, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, tiene un palacete en Qatar…
Los futbolistas han perdido por completo la conciencia social y de clase. Lo primero que hacen cuando ganan su primer sueldo es comprarse un cochazo y una casa alejada de su barrio de origen. En Brasil, Donato pidió a los militares que diesen un golpe de Estado tras la victoria de Lula en las elecciones, igual que Robinho, condenado a nueve años de cárcel por violar en grupo a una mujer en Milán. Son solo dos ejemplos de jugadores que han apoyado al fascista de Bolsonaro sin complejo alguno.
En Qatar. Sangre, dinero y fútbol (Akal), también denuncia los vínculos de Qatar con España.
El tercer fondo con más poder del Ibex 35 es el de Qatar, que tiene participaciones de Iberdrola, IAG o la inmobiliaria Colonial; y, al margen del índice bursátil, de otras grandes empresas como Prisa o El Corte Inglés.
“El Mundial de Qatar demostró que el fútbol funciona como una organización criminal que, sin complejo alguno, se vende al mejor postor”
Tras conocerse el Qatargate, no extraña que el emirato árabe fuese la sede del Mundial. ¿Qué le sorprendió más durante su investigación?
No les importó que los obreros tuviesen que currar a 50 grados en verano, ni que muriesen miles de trabajadores. Sin embargo, cambiaron el calendario de las ligas para que los futbolistas no pasasen calor y jugasen con el aire acondicionado a tope en plena crisis energética, lo que llegó a provocar algunas bajas por resfriados. El Mundial de Qatar demostró que el fútbol funciona como una organización criminal que, sin complejo alguno, se vende al mejor postor.
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