Este artículo se publicó hace 2 años.
Moreno fracasa en su intento de pasar de puntillas por el debate y le llueven las críticas
Las cabezas de lista de PSOE, PP, Cs, Vox, Por Andalucía y Adelante Andalucía, participan en el primer debate electoral.
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El presidente de la Junta, Juanma Moreno (PP), trató de pasar de puntillas por el primer debate electoral, pero se llevó un buen rapapolvo de los demás candidatos, sobre todo de los tres de la izquierda, Juan Espadas (PSOE), Inma Nieto (Por Andalucía) y Teresa Rodríguez, que trataron de erosionar la imagen inmaculada, de perfecto yerno, que ha tratado de labrarse en estos años. "Ni una mala palabra, pero ni una buena acción", resumió Espadas la actividad de Moreno.
El presidente encajó también varios rejonazos de Macarena Olona, que trató de empujar al PP hacia el centro, alguno de ellos muy duro: "Sus aires triunfalistas y su sonrisa son hirientes para los 30.000 dependientes fallecidos".
Su vicepresidente, Juan Marín, el candidato de Ciudadanos, solo le sirvió hasta cierto punto de parapeto, porque defendió la gestión del Ejecutivo, pero por la vía de hacerla propia, e incluso dejó algún recado al PP, por ejemplo, con la financiación de Andalucía.
Moreno –todas las encuestas apuntan a que necesitará a la ultraderecha para gobernar– y que en alguna ocasión ha llegado a decir que es "dique de contención" de Vox no hizo un solo reproche frente a los exabruptos de Olona, en inmigración y los derechos de las mujeres. Apenas un leve toque en el bloque de pactos –"Olona no cree en la autonomía" y "le han contado mal lo de la administración"–.
Incluso el presidente llegó a pedirle ayuda, cuando la candidata de Vox le reprochó que no defendía la caza, por omisión, por no controlar los libros de texto: "Es experta en descontextualizar todo. Démelo. Así lo veo [el libro de texto que Olona estaba utilizando]. Lo que necesito es que crea en Andalucía. Le pido que crea en Andalucía y en los andaluces. Si me ayuda para traer 12.000 millones para Andalucía".
Espadas y Nieto, aunque dejaron claro su rechazo a las afirmaciones de Olona, eligieron evitar también el encontronazo directo con la candidata de Vox.
Solo Teresa Rodríguez le cantó las cuarenta. La llamó "racista" y se enfrentó a ella cuando negó la violencia machista. "Vox es el brazo político del terrorismo machista", le lanzó.
Marín, que afirmó que solo contempla reeditar el Gobierno con el PP, también tuvo un par de encontronazos con Olona, pero no en estos temas, sino en otros. "Esto no va de chantajear a nadie, sino de gobernar para todos". "¿Usted ha gestionado algo?", le espetó.
La presencia de tres formaciones de izquierdas, que no se agredieron entre ellas, y optaron por cargar las tintas contra Moreno, sirvió para contraponer modelos, que se pueden resumir así. Por un lado, bajos impuestos y barra libre a la inversión y por otro, una Andalucía solidaria, verde e industrial, con potentes servicios públicos y una fiscalidad que los pueda financiar.
Moreno trató de quitarle hierro a las críticas y de tomárselas con humor, de alejarse de la soberbia, y se refugió en la pandemia y en su mantra de gestión frente a las críticas. Está por ver que la lluvia de críticas le haya hecho algún rasguño en términos electorales –puede que al recibir críticas de todos, eso refuerce su posición de centralidad–. Hubo un momento en que se produjo este diálogo:
–Soy el hombre de moda, estoy en la diana, dijo Moreno.
-Es el presidente, terció Rodríguez.
–A mi derecha e izquierda van a coincidir en numerosas ocasiones igual que han tumbado unos presupuestos, Vox y PSOE, replicó Moreno.
-No se haga la víctima, hombre, entró Espadas.
Olona y Moreno
Hubo, también, además del instante libros de texto, un momento en que Moreno y Olona aunaron fuerzas, cuando el presidente le reprochó a Espadas los acuerdos "intragables" del Gobierno de Pedro Sánchez con Bildu. "No le falta razón al señor Bonilla aunque le falte firmeza. ¿Aprueba las políticas del señor Sánchez?", terció Olona. Espadas evitó responder.
Sobre los pactos, poco se pudo saber, aunque de los sondeos emerge en este momento un solo escenario, a pesar de los movimientos de Espadas: un acuerdo del PP con Vox. Moreno afirmó querer gobernar en solitario, igual que Espadas, quien aseguró además tener afinidad con la izquierda al respecto de los servicios públicos. Espadas también le preguntó a Moreno si estaría dispuesto a permitir esta vez –el PP quedó segundo en 2018– que gobierne la lista más votada.
Dijo Espadas, quien trató de darse a conocer –su gran hándicap en estas elecciones– en este debate –no está claro si le ha servido para algo–: "Los ciudadanos tienen que tener claro que estas tres derechas ya han pactado, deben elegir si quieren derechos o derechas. Esta es la realidad. El PSOE es el único capaz de frenar a la ultraderecha". Moreno replicó: Yo quiero gobernar solo. Usted tendrá que sumar ocho partidos de izquierdas, subiendo impuestos, haciendo una contrarreforma. Olona no cree en la autonomía. Yo creo que la única opción viable es la que representamos, la Andalucía serena".
Olona habló de "traición" de Moreno: "Han cometido una enorme traición al cambio que solo Vox posibilitó. Sus políticas durante 40 años nos han devuelto a la década de los 50, cuando miles de jóvenes andaluces tuvieron que marcharse".
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