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El general ruso a cargo del bombardeo contra Kiev ordenó matanzas en Siria

Sergey Surovikin, un veterano militar a las órdenes del Kremlin, fue señalado por Human Rights Watch como uno de los responsables de las acciones bélicas en la región de Idlib. 

Sergey Surovikin
El general Sergey Surovikin en una imagen de archivo. Alexey Yereshko / Servicio de Prensa del Ministerio de Defensa de Rusia

El general Sergey Surovikin se ha estrenado con un ataque contra civiles en Kiev. Este veterano militar, hoy responsable del bombardeo que ha aterrorizado a la población civil de dicha ciudad, fue designado por Vladimir Putin como nuevo jefe del Ejército Ruso en Ucrania el pasado sábado, apenas dos días antes de que los misiles volviesen a caer sobre la capital de ese país. 

Surovikin tiene un largo currículum que incluye su participación en la guerra afgano-soviética o en los enfrentamientos bélicos registrados en Chechenia. En agosto de 1991, tras el intento de golpe de Estado contra Mijail Gorbachov, Surovikin pasó unos seis meses en prisión después de que soldados bajo su mando mataran a tres manifestantes en las calles de Moscú. El militar fue posteriormente liberado sin juicio alguno. 

En 1995 fue condenado por comercio ilegal de armas

Según recoge un informe de la fundación conservadora estadounidense Jamestown, en 1995 fue condenado por un delito vinculado al comercio ilegal de armas. "Esta condena por un delito grave fue anulada posteriormente", apunta el documento, en el que se subraya que a nivel del Ejército ruso "Surovikin tiene una reputación de ser totalmente despiadado". 

En su listado de guerras también figura Siria. En mayo de 2017 fue designado por Putin como comandante de las fuerzas rusas en la campaña militar desarrollada en ese país para apoyar al Gobierno de Bashar al-Assad, lo que le valió una alta distinción militar como "Héroe de Rusia".

La organización Human Rights Watch (HRW) identificó a Surovikin como uno de los militares rusos responsables de los ataques que provocaron "un gran número de víctimas civiles" durante la ofensiva de Idlib en 2019 y 2020. En un informe, HRW advirtió que "el daño, la destrucción o la inutilización de la infraestructura civil parece ser parte de una estrategia más amplia de castigo", por  parte de los militares rusos.

"El presunto uso de esta estrategia de 'castigo' en Siria se asemeja a algunos aspectos de las operaciones de Rusia durante la segunda guerra de Chechenia, que comenzó en 1999 y continuó hasta la primavera de 2009 como una campaña de contrainsurgencia, en la cual ciudades y pueblos, incluida la capital, Grozny, fueron repetidamente objeto de ataques aéreos y de artillería indiscriminados", describía el informe de la citada ONG. 

Crímenes de lesa humanidad

En el caso de Siria, HRW y otros grupos de derechos humanos documentaron decenas de violaciones de las leyes de la guerra, más allá de los bombardeos indiscriminados, "algunos de los cuales equivalían a crímenes de guerra y otros parecían haber sido intentos deliberados de 'castigar' a la población civil".

"Los abusos graves cometidos como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil también constituyen crímenes de lesa humanidad", advirtió entonces. Ahora Surovikin despliega su experiencia en bombardeos sobre las devastadas calles de Kiev. 

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