Fue un debate áspero. A pesar de que en ningún momento se levantó el tono de voz, ayer, el socialista Diego López Garrido y el conservador Eduardo Zaplana se echaron a la cara un concentrado de todo lo que se han venido reprochando PSOE y PP los cuatro años de legislatura.

Y como en toda ésta, la política antiterrorista subió el nivel del reproche y la descalificación y señaló el punto álgido del debate organizado por Nueva Economía Fórum y moderado por el periodista Antonio San José, que sufrió lo suyo para mantener los tiempos.

Zaplana, a pesar de su actitud de compadreo marcada por el uso del término 'amigo' y el tuteo constantes, esgrimió una y otra vez su principal baza: Zapatero reconoció -en una entrevista en El Mundo- que la negociación con ETA continuó después del atentado de la T4 de Barajas: 'Diego, habéis mentido y lo sabéis y eso, en cualquier democracia seria, costaría la dimisión del presidente del Gobierno'.

López Garrido, que en todo momento trató a su oponente de usted, recordó a Zaplana el uso que ha hecho el PP de la política antiterrorista 'como arma arrojadiza para desgastar al Gobierno' y aseguró que 'el Estado está más fuerte que nunca' ante el terrorismo. El portavoz socialista contrapuso la que debe ser, en opinión de los conservadores, la situación de su Ejecutivo y el del PP con respecto a los terroristas: 'Aznar y Rajoy pueden negociar y un Gobierno democrático, después de tres años y medio sin muertos, no puede'.

El consenso, o la falta de éste ens la legislatura, fue otro de los bloques temáticos que más elevó la tensión del debate: Zaplana sostuvo que 'el consenso se puede recuperar ganando el PP' y López Garrido le replicó que el 'mensaje subliminal' de los conservadores estaba clarísimo: o los votan a ellos 'o no habrá consenso'.

El portavoz del PP no dudó entonces en argumentar que la falta de consenso era culpa del PSOE y esgrimió un papel -que enseñará- con la propuesta de los socialistas para desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial. En el papel figura una hermana del fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido.