Igualdad instala las primeras pulseras de control a agresores sexuales excarcelados por la ley del 'solo sí es sí'
La delegada del Gobierno Contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha explicado que esta medida busca "cerrar la brecha de protección que había entre una violencia y otra".
El Ministerio de Igualdad ha instalado las primeras pulseras de control a agresores sexuales excarcelados por la entrada en vigor de la ley del solo sí es sí. La delegada del Gobierno Contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha explicado que esta medida busca "cerrar la brecha de protección que había entre una violencia y otra".
Para ello, las mujeres, además de recibir la ayuda de un instrumento de control para sus agresores, "van a recibir más atención psicológica, jurídica, social, y más reparación, y sufrirán menos revictimización dentro del proceso". Así estarán "más seguras antes, durante y después del proceso".
Rosell ha destacado, asimismo, otros aspectos de la ley que apuntan en esta misma dirección, como lo es la disposición final cuarta. Dicha disposición la modifica el artículo 36 del Código Penal con el objetivo de evitar el acceso del agresor al tercer grado penitenciario (este grado otorga una mayor libertad al preso) hasta que no cumpla la mitad de la condena. El recluso tampoco podrá acceder al tercer grado si no se existe un informe que garantice que ha aprovechado el programa de tratamiento para condenados por agresión sexual. Según la delegada, este punto "retrasa la puesta en libertad".
El pasado martes, Igualdad anunció haber dado instrucciones en diciembre al centro que gestiona las alertas, a la Fiscalía y al Consejo General del Poder Judicial. Lo hizo para atender en 24 horas a las mujeres que pidiesen dispositivos de control para sus agresores cuando les recortasen la pena de prisión por la ley.
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