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Rufián: "El independentismo ha superado el antiespañolismo"

El miembro del secretariado nacional de la ANC y una de las voces más firmes de Súmate se describe como "independentista ideológico" porque, a pesar de que su lengua y cultura es la española, en sus ideales está que "todo se decide por la voluntad del pueblo". Se ilusionó con Podemos hasta que "enmudecieron ante la mayor revolución del sur de Europa" y está convencido de que, por mucho que se asocie con la derecha de Artur Mas, el proceso catalán es "eminentemente progresista".

Gabriel Rufián

ROGER XURIACH

BARCELONA.- En lo social se define "más a la izquierda de la izquierda"; en lo nacional se sitúa a favor del derecho a la autodeterminación de Catalunya; en el eje idiomático se declara abiertamente castellanohablante; y en lo deportivo, aunque no ha pisado Cornellá-El Prat en su vida, asegura seguir al Espanyol.

Gabriel Rufián (Barcelona, 1982) se ha convertido en uno de los muchos catalanes que han decidido tomar partido por el proceso independentista desde la calle, sin pisar la tarima política. En su caso, lo hace a través de Súmate, la asociación soberanista que agrupa a catalanes castellanohablantes, y desde hace unos meses también como miembro del secretariado nacional de la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Diplomado en Relaciones Laborales, accede a charlar con Público horas antes de acudir a la Plaça Sant Jaume a celebrar la convocatoria de las elecciones plebiscitarias del próximo 27-S.

Pregunta. Al grano. Habrá quien piense que esto suyo, vuestro, lo de Súmate, es una locura...

A los unionistas más reaccionarios les molestamos. Pero no creo que sea una locura defender desde cualquier idioma el derecho a la autodeterminación de cualquier pueblo. Súmate es el reflejo de que este proceso ha trascendido a cualquier tipo de origen, lengua, bandera… Esta es su grandeza. El proceso independentista actual en Catalunya se apellida de muchas maneras.

P. Sus abuelos emigraron de Andalucía a Catalunya. ¿En qué momento el sentimiento independentista entra en su casa?

Mis padres se conocieron en un mitin de Bandera Roja, una escisión del Partido Comunista, en Santa Coloma de Gramenet. Yo siempre he vivido ese sentimiento crítico, vengo de la izquierda más allá de la izquierda. En este sentido lo he tenido fácil, porque mi familia siempre ha estado a favor de la parte más débil.

P. ¿También la que se quedó en el sur?

El mantra de que las familias se dividen por culpa de esta deriva forma parte del discurso de la derecha más reaccionaria que concibe el debate político como algo malo. A mí me parece positivo que las familias discutan de política de forma pacífica como está pasando ahora. La mayoría de familiares de Granada y Jaén entienden mi trabajo. Bueno, alguno que es Guardia Civil, no, pero con esos nunca me pondré de acuerdo.

Rufián creció y estudió en el barrio de Fondo, en Santa Coloma, donde a finales de los 80 se realizaron las primeras experiencias en inmersión lingüística. "Le estoy muy agradecido a este modelo", declara. Aunque entiende y habla el catalán, se desenvuelve en su lengua materna. "No conozco sitio más inclusivo que Catalunya, que tuvo a un presidente de la Generalitat cordobés. El que diga que el castellano está perseguido falta a la verdad", añade. Tampoco cree que sea para tanto que catalanes como él defiendan el proceso: "Mucha gente lo ve como algo excepcional. Nosotros somos de aquí, solo que hablamos otra lengua y venimos de otra cultura".

P. Estará de acuerdo en que no es el suyo un independentismo al uso…

Es que hay varios tipos de independentismo. Existe el partidista, el presidencialista, el económico, el identitario… Yo me defino como independentista ideológico, porque en mi ideología está la base de la democracia, que es que todo se decide por la voluntad del pueblo.

P. Pero fuera de Catalunya voces como las de Súmate son impensables…

Yo sí creo que hay un progresismo en España que nos entiende y ve con enorme simpatía, gente con memoria republicana. El problema es que no se escucha. El tema está en que los catalanes más mediáticos son Albert Rivera, Paco Marhuenda, Xavier Sardà o Salvador Sostres y eso no es gratuito. Nos enfrentamos a una maquinaria de poder enorme y hegemónica. Si Oriol Junqueras o David Fernández estuvieran cada sábado en La Sexta, tal vez se entendería mejor lo que proponemos.

Gabriel Rufián

P. Son conscientes de que ustedes se dirigen a un sector, el castellanohablante, en el que Ciudadanos también busca votos, ¿verdad?

Los dos partidos más importantes de España, PP y PSOE, son intrascendentes ahora mismo en Catalunya. Y eso demuestra que somos distintos del resto del país. Es lógico que Ciudadanos quiera ocupar el espacio del PP y algo de PSOE, pero aquí hace nueve años que los conocemos y sabemos quiénes son. Ciudadanos refleja lo peor de la política: mediante trajes, corbatas y candidatos guapos defienden los mismos postulados de la derecha más reaccionaria que ha habido.

En lo que dura la entrevista, el móvil de este trabajador "de la empresa privada" y vecino de Sabadell almacena en silencio decenas de menciones en Twitter. Abrió su cuenta este 2015 y desde entonces no ha dejado de sumar seguidores que le alaban y otros que lo vapulean. Como si fuera un videojuego, la batalla del 'Sí' y el 'No' se disputa en la diminuta pantalla táctil de su celular. "Es una herramienta donde la gente solo busca ensanchar su ego", lamenta sobre esta red social. Aunque posteriormente aclara que le encanta dialogar con aquellos que, aunque piensan como él, no acaban de creerse las intenciones de Artur Mas o simplemente abogan por otro tipo de fórmulas para interpelar al pueblo catalán sobre su futuro. "Me molesta que se trate de asociar el independentismo con la derecha. Es un proceso que no tiene nada que ver con colores políticos. Otra cosa diré: aquel que diga que se pueda construir una Catalunya independiente sin el espectro político que representa CDC, o en este caso Mas, o no conoce la realidad o no quiere construir un país independiente. Y lo digo yo que nunca he estado cerca de los postulados de CiU ni les he votado nunca. Este es un proceso eminentemente progresista".

P. Progresista pero con un líder de un partido conservador al frente.

Si fuéramos de la mano de la derecha o la burguesía, como se nos trata de acusar, tendríamos amigos que no tenemos. Hay enemigos que te definen. Y los nuestros son Duran, Rajoy, Pedro Sánchez, el IBEX35… Los que dicen que es un movimiento de una determinada persona o de una determinada clase lo que tienen que ver es a quién tienen en contra. Esta lucha democrática también va en contra de esta oligarquía que siempre ha mandado y que no entiende de apellidos, orígenes ni banderas.

P. Pero, ¿quién dice que en una Catalunya independiente no habría políticas neoliberales?

Personalmente, intentaremos que no suceda. Ahora, me sorprende que se exija tanto a Catalunya y tan poco al estado español, gobernado por La Troika, la UE, el FMI… Esta asociación se hace para incentivar el miedo y crear incertidumbre. Para mí el acto de fe no es crear un nuevo estado sino seguir como hasta ahora.

Podemos. Para muchos, la esperanza de que España y Catalunya puedan reconciliarse y hasta sentar las bases de un nuevo escenario. Antes de nacer Súmate y de formar parte de la ANC, Rufián se ilusionó con el partido de Pablo Iglesias. "Yo era de los que le escuchaba en La Tuerka junto a Monedero, Cotarelo y Errejón hace cinco años… Me reconocí en esta izquierda", recuerda. Ahora, sin embargo, le apena el viraje hacia lo moderado que, según él, han dado. "Lo digo con mucho dolor, han perdido una oportunidad histórica para con Catalunya y el resto de España. Al final van a convertirse en una marca blanca del PSOE. ¿Por qué clamaron por una regeneración, un cambio y enmudecieron ante la mayor revolución del sur de Europa que es el proceso de autodeterminación catalán? Costará mucho explicar en el futuro que eminentes revolucionarios defendieron postulados más conservadores que eminentes conservadores", opina.

Pero no pierde la esperanza. Cree que aun hay tiempo de interpelar a Podem a través de la candidatura que integra junto a ICV, 'Catalunya Sí que es pot'. "Nos encantaría que estuvieran con nosotros. Entendemos que es su espacio natural, estar al lado de un mandato democrático. Que su odio hacia Mas no les haga perder la mayor oportunidad de cambio que ha habido en décadas en Catalunya. Estamos convencidos de que en un momento dado estarán", evoca.

P. ¿Usted cree que estarán por la labor de romper la legalidad? Porque ese es el camino si hay mayoría parlamentaria independentista el 27-S, ¿verdad?

Nos hubiera encantando hacerlo bien, de forma oficial. David Cameron lo hizo con Escocia. Algo tan natural que las diferencias entre pueblos se diriman en las urnas. Pero el estado español está sufriendo una regresión democrática enorme. El problema no es quien quiera votar sino el que cree que votar es negativo. Los que somos demócratas defenderíamos el derecho a ser de cualquier pueblo. Me parece bien que haya gente que quiera seguir con el 'status quo' actual, es respetable, pero no entiendo a los que niegan que eso se decida en una urna.

P. Habrá que romperla, vaya...

Sí, habrá que romper con la legalidad española. Y ojo, a mí me parece lógico que una Constitución no contemple el derecho a la autodeterminación de una región determinada. Pero lo que no me parece lógico es que si esa región quiera hacerlo no se pueda reunir y discutirlo.

Súmate echó a andar en septiembre de 2013. No tiene ni dos años pero en los próximos comicios habrá dos de sus miembros en las dos listas independentistas. Eduardo Reyes, su presidente, es el número 6 en la lista de 'Junts pel Sí' y el periodista Antonio Baños es cabeza de lista de la CUP. "Para una organización tan humilde y pequeñita como la nuestra es todo un éxito y demuestra que este proceso es de la gente y que estaremos muy cerca de los líderes políticos para que no fallen", valora. ¿Fallar sería no ganar o recular, es decir buscar una solución intermedia con el gobierno español? "Lo siento pero no hay nada que negociar con el estado español. No quiere cambiar", subraya.

P. ¿La suspensión de la autonomía haría un favor al proceso catalán?

Ojalá no pase ni que tenga que utilizarse tan siquiera como argumento. Sería dramático. Eso sí, pondría un espejo enorme delante del estado español para que toda la comunidad internacional viera la regresión democrática del país.

P. Esa comunidad internacional tampoco es que haya alzado demasiado la voz a favor de Catalunya.

Eso no quiere decir nada. También se dijo que si los griegos votaban saldrían del euro y se ha demostrado que no. Ese argumento del miedo, de que Catalunya saldría de la Unión Europea queda desmentido con el ejemplo griego.

En la plaza del ayuntamiento barcelonés van llegando representantes de Súmate, la ANC y Òmnium Cultural. Solo falta Rufián, que en esta ocasión no intervendrá ante los centenares de independentistas que acabarán llenando la plaza. En otras ocasiones sí lo ha hecho porque tiene tablas y lo sabe. De hecho, confiesa que no le haría ascos a una tertulia con Eduardo Inda y Paco Marhuenda. Le sobran, dice, los argumentos. "El independentismo mayoritario ha superado ese antiespañolismo de hace años. El unionista, en cambio, pierde por su anticatalanismo. Hoy el independentista ya no está enfadado, es menos visceral. Yo vengo del internacionalismo y el federalismo, estoy alejado de cualquier bandera o identidad", reflexiona. ¿Pero se siente español? "Sí, y no me parece incompatible con reclamar la independencia de Catalunya". Hierve la Plaça Sant Jaume mientras ondean las estelades. Rufián se despide y los gritos de 'independencia' retumban por el Gótico barcelonés. Ya nadie repara en que no todos suenan en catalán.

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