Entrevista a Ivan Sànchez, alcalde de Berga"En la CUP hemos dejado un poco el municipalismo a un lado"
Aleix Camprubí i Pont
Berga-
Ivan Sànchez, alcalde de Berga, admite en una entrevista a Público que la acción de gobierno se ha visto frenada por los límites institucionales y herencias como la gran deuda o un casco antiguo degradado. Pero reivindica la tarea de cuadrar los números y ordenar la ciudad a nivel urbanístico.
Hace nueve años que la CUP gobierna en Berga, lo que la ha convertido en una de sus principales alcaldías -actualmente, la más importante tras Girona-. Haber llegado al tercer mandato es una anomalía si miramos al histórico en la capital del Berguedà, comarca al norte de Barcelona, en el Prepirineo. La oposición política, contundente y cargada de contenido, que hicieron los cuperos a la mayoría convergente dio frutos en el 2015 con la victoria electoral por la mínima de Montse Venturós, que revalidó en el 2019.
A medio mandato, renunció al cargo de alcaldesa por motivos de salud mental y cogió la silla Ivan Sànchez (Berga, 1982), que agotó la legislatura con un pacto con ERC que les aseguraba la mayoría. El alcalde cupero fue después refrendado por las urnas ganando en el 2023, aunque con menos margen. Ahora gobierna solamente con minoría, pese al apoyo republicano en el Ejecutivo.
Admite que la acción política de estos mandatos se ha visto frenada por los límites institucionales y herencias del pasado, como un casco antiguo degradado o la gran deuda que la ciudad ha tenido que ir devolviendo, que había alcanzado los 20 millones (Berga tiene unos 17.000 habitantes). Sànchez reivindica la acción de gobierno cuadrando los números, pero también la ciudad a escala urbanística, admitiendo al mismo tiempo no haber podido sacar adelante un caballo de batalla como municipalizaciones. Apuesta ahora por tejer amplios acuerdos para guiar a la ciudad, ante un arco plenario más fragmentado.
¿Se siente más legitimado como alcalde después de ganar como cabeza de lista?
Que las urnas te apoyen, cambia las cosas. No sé si más legitimado o menos, pero es distinto. Es uno de los motivos por los que decidí presentarme, porque no tenía claro. Hay ese miedo a: "Veremos qué dicen las urnas". Y también es la tercera legislatura de la CUP, que es un milagro o algo raro, pero por cualquier partido en municipios similares. Como alcalde me siento más legitimado, sí, pero también como partido.
Y mantiene la alcaldía pese a prescindir de un gran activo como era Montse Venturós, para muchos una de las claves de los grandes resultados cuperos en la ciudad. Usted ha logrado mantener muchos votos y volver a ganar.
Ninguno de nosotros quería que plegara, mucho menos que se encontrara con la situación que se encontró. Fue un relieve extraño.
¿Se hizo algo mal pidiéndole que se volviera a presentar teniendo ya la salud más que delicada?
Quien toma la decisión es ella, evidentemente sería la correcta para ella. Como partido o amigos, encantados de la vida. Viendo lo que le ocurrió, pobre… Nadie tiene una máquina del tiempo para volver atrás… También vivimos una situación extraña como la pandemia. Que alguien pliegue a medio hacer duele, con su situación por salud mental aún más. Estamos contentos porque la vemos bien, la vemos feliz. Pues ya está.
Uno de los casos por los que Venturós saltó a la primera línea del debate político fue por no querer retirar la estelada en período electoral, que le supuso una inhabilitación. No sé si coincide en que el famoso suflé independentista también ha bajado en Berga, una ciudad que un concejal popular había tildado como "la cuna del independentismo radical".
"El caso de la estelada, a día de hoy, no sé si se repetiría"
Berga es claramente independentista. Es un poco un reflejo del país, del bajón del suflé, pero en Berga no ha bajado tanto. El contexto nacional no ayuda, la gente está cansada y decepcionada. El caso de la estelada, a día de hoy, no sé si se repetiría. No solo que no la descolgáramos, sino el apoyo popular que hubo. Los independentistas no han desaparecido, pero quizá están en casa. Yo soy optimista, hemos pasado momentos mucho peores. Volver, volveremos.
Sin embargo, la CUP en Berga resiste a pesar del momento que está sufriendo el partido a nivel nacional. ¿A qué atribuye los malos resultados en las últimas elecciones al Parlamento? ¿Y por dónde cree que debería pasar el futuro del partido?
Las elecciones nos cogieron un poco a pie cambiado. Hacía falta un proceso de profunda reflexión y reformulación. Hay mucha gente decepcionada con la CUP. Hay dos polos en este sentido: porque entrar en el Parlamento hace que tengas que asumir incongruencias, y porque no ha tomado algunas decisiones o responsabilidades de gobierno en momentos estratégicos del país. ¿Por dónde debe pasar? En Girona se ha hecho una buena fórmula y está funcionando. Y el modelo de CUP Berga está funcionando.
¿Más municipalismo e ir menos a España?
Municipalismo está claro, la CUP se funda claramente por un tema de municipalismo, y no sé si le hemos dejado un poco de lado. Ir a España… es complicado decir sí o no. No sé si cuando hemos estado allí se ha visualizado mucho, más allá de consumo propio.
¿Qué balance hace de estos nueve años? ¿Qué ha hecho la CUP para transformar a Berga?
En 2015 ganamos muy justito, quedamos seis a seis con CiU, incluso ahora hemos ganado más ampliamente. Se venía de una oposición contundente pero constructiva. En 2019, el proyecto sale reforzado. Y en el 2023 hay una bajada. El que dijera que no habría ese bajón, no sé en qué mundo podía vivir, es evidente que la CUP debía bajar. Pero ganamos con dos concejales más que la segunda fuerza. Estamos gobernando con Esquerra y, sin embargo, no tenemos mayoría y debemos hacer pactos. Lo que la gente ha pedido no es un cambio, sino un cambio en la forma de entendernos.
"Lo que la gente ha pedido no es un cambio, sino un cambio en la forma de entendernos"
Hace nueve años nos encontramos con una ciudad endeudada y con una falta de inversiones importante. Esto hace que el presupuesto e inversiones no haya sido muy grande. Hay gente que habla de decadencia… Yo creo que las inversiones no lo reflejan así, se ha invertido en todos los ámbitos. ¿Tanto como nos gustaría? No. Nos gustaría invertir mucho más, pero también hay que tener los pies en el suelo.
Pero políticamente, ¿qué destacaría?
Se ha creado un área de feminismo y pudimos aprobar la técnica de feminismo que se incorporará en los últimos meses. En 2017 se empieza a trabajar la campaña del 'Vull la nit' (Quiero la noche, traducido), un punto lila. Berga fue pionera. Se ha hecho una apuesta clarísima en el ámbito cultural y ha habido un resurgimiento en el museo.
Después de muchos años en solitario, desde mediados de la pasada legislatura gobierna con ERC. ¿Cómo valora la entrada de los republicanos en el ejecutivo?
Muy positivo. Con Esquerra puede ser el pacto más natural posible. Pero, más allá de sus siglas, hay personas. Cuando se incorporaron la pasada legislatura, éramos un bloque. Hoy estamos viviendo lo mismo, las reuniones y el día a día lo hacemos en conjunto. La idea es que no haya diferenciación de quién es de Esquerra y quién es de la CUP. Al final, formamos un grupo de personas que intentamos gobernar y liderar la ciudad. Puede haber diferencias, a nivel de calle no se visualiza, pero yo creo que es positivo.
¿Qué proyectos no han podido abordar en estos nueve años? ¿Dónde le gustaría llegar y no han podido?
"Quiero hacer toda la vida que me queda en Berga, soy consciente de los problemas y carencias"
Un tema que la gente puede reprocharnos es el de las municipalizaciones. Tanto en el ámbito de residencia, como en el tema del agua, que no se ha terminado de cerrar. Es muy difícil que el agua de Berga pueda ser municipalizada en ese momento, por falta de infraestructuras y un tema financiero. He nacido en Berga y quiero hacer toda la vida que me queda en Berga, soy consciente de los problemas y carencias. Hay gente que habla de temas de suciedad, está claramente vinculada al puerta a puerta. Con el Consell Comarcal intentamos hacerlo lo mejor posible, ahora mismo vamos muy bien de la mano. Y está el tema de la reparación de aceras y algunas zonas. Tenemos ojos en la cara, el día a día lo hacemos en Berga. Somos más que conscientes de ello. El Ayuntamiento tiene su estructura y financiación, y deben priorizarse cosas. En los próximos tiempos, debe realizarse una inversión importante en este ámbito.
¿Los límites de la acción institucional son mayores de los que pensaba la CUP en Berga en 2015?
Sin duda. Cualquier partido que entre a gobernar se encontrará con las limitaciones de la administración pública, que no puedes saltarte. No es excusa, es la realidad. A nivel de licencias debemos ser mucho más rápidos, es un problema. La administración tiene unos tiempos que entiendo que la gente no entienda.
¿Algo que la ley o las limitaciones les hayan impedido hacer?
Seguro. Hemos intentado capearlo, de forma legal. Más rápido o más lento, lo hemos logrado hacer. La financiación del Ayuntamiento da por lo que da.
Hubo una época en la que se criticaba mucho que se dejaban escapar subvenciones cuando el Ayuntamiento estaba en un momento delicado. ¿Cree que se ha mejorado? ¿Hay que hacer autocrítica?
En muchas subvenciones no nos presentamos porque no cumplimos los requisitos o porque existe una cofinanciación muy alta. Hay subvenciones que no se han comentado desde otra administración, en su momento.
¿Cuál?
Es evidente, es fácil. Nos estamos presentando a más subvenciones hoy en día. Intentamos ser el máximo eficiente.
¿La situación permite ya realizar algunas inversiones puntuales? ¿Tiene cuello el Ayuntamiento para invertir ya?
Sigue siendo limitado. El trabajo realizado en años anteriores, la reducción de la deuda, nos permite que, en caso de necesidad, se pueda pedir crédito por una inversión concreta. No significa que se haga.
El casco antiguo ha sido uno de los caballos de batalla de la CUP, pero quizás se ha ido diluyendo en los últimos años. ¿Cómo está ahora? ¿Cómo propone solucionar la degradación de muchas viviendas y la falta de gente y actividad en general?
El daño viene por un modelo constructivo. En su momento, Berga crece hacia fuera y no mira a su corazón. Y por una especulación en el 2005 con el famoso Pla de barris (Plan de barrios). La CUP siempre había puesto el foco en el casco antiguo, lo seguimos poniendo. Se han hecho muchas cosas, tenemos un listado de pisos vacíos de la ciudad, ahora falta poder poner el recargo a los que no se ponen en el parque de viviendas. Dos de las mayores inversiones se han hecho en el casco antiguo y se han traído muchos temas culturales. El horizonte está muy claro: entramos en el proyecto Barris con Futur (Barrios con Futuro) de la Generalitat. Es la antesala del futuro plan de barrios, que debía salir en el 2025, veremos que ocurre en el Parlament. Berga debe estar ahí, que estemos aquí nos abre la puerta. Debe permitirnos inversión pública y controlar que no se pueda producir una especulación.
Uno de los melones de siempre es la Patum, fiesta tradicional Patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Venimos de unos años de mucho alboroto: falta de democracia interna o transparencia; críticas cuperas a un patrocinador privado como Damm y que ahora se ha recuperado a menor escala con otra empresa; o también la polémica con los conciertos junto a una residencia privada de personas mayores. La de este año se ha celebrado con poca polémica, ¿en qué momento se encuentra la fiesta?
"Estamos trabajando con el Ministerio por una financiación estable para la Patum: las sensaciones son buenas"
La Patum está pasando un buen momento, a nivel interno. Llevamos Patums desde 2022 muy tranquilitas. Su salud está avanzando a buen ritmo. Conseguimos una financiación estable de la Generalitat, esto también es histórico, de 125.000 euros. La Diputación ha puesto 15.000 con horizonte de poner más. Se ha recuperado al inversor privado con 10.000, más 5.000 variables, y también se trabaja con financiación estable. La CUP se puso de culo con este tema porque se explicó mal, su precio rondaba el de hoy en día. Y estamos trabajando con el Ministerio de Cultura por una financiación estable: las sensaciones son buenas, creo que lo tendremos. La segunda quincena de julio nos hemos emplazado en una reunión en Madrid, con otro tema que es la Casa de la Patum. Tiene un coste muy elevado para Berga y debemos buscar vías imaginativas.
Otro melón que salió en campaña es el tema de la seguridad y los empleos.
Diferenciamos las ocupaciones, una es por emergencia social, y se afronta desde el área social y desde el Consejo Comarcal. Y la otra es la ocupación delincuencial, esta debe perseguirse y erradicarse. No podemos permitir mafias que especulen con inmuebles y con la vida de la gente. Se persigue a nivel policial. Berga no es una ciudad insegura, si miramos a los índices. Pero, si una sola persona se siente insegura, debemos hacerle frente. Continuaremos ampliando la plantilla de policía. Pero existe una pata muy importante que es la justicia. Rudolph Giuliani decía que lo que más inseguridad provoca es la justicia.
Hablamos de movilidad: Berga sigue sin estación de autobuses, lleva muchos años encallada.
Es uno de los grandes caballos de batalla colectivo. Tenemos divergencias, pero podemos encontrar encajes, deberemos ponernos de acuerdo. La Generalitat hizo una propuesta y con estas estamos, pero está en un momento de impasse.
¿Y la llegada del tren?
La pelota está claramente en el tejado de la Generalitat, debe decir qué modelo de país quiere. Ni Alemania ni Inglaterra, yo siempre pongo el ejemplo de Italia, tiene una red ferroviaria envidiable. Si queremos que la movilidad sea sostenible, la que más lo es, es el tren. Ojalá el Govern apueste por ahí. Tiene que haber discriminación positiva, un equilibrio territorial que debería hacer la Generalitat, no por habitantes.
¿Será proactivo?
Estaremos donde sea necesario, hemos sido proactivos cuando se nos ha pedido. Al menos, con el alargamiento de la vía hasta Sallent (en la comarca del Bages, fronteriza con el Berguedà).
Otro de los proyectos es la bicicleta ligada al turismo. Justo hace unos meses que hay alboroto en Girona por la masificación turística relacionado también con ello, con 'expats' que han montado sus negocios, pero parece que no se acaban de integrar en el tejido de la ciudad. Aquí el turismo de bicicleta es diferente, de montaña y de dar vueltas por toda la comarca, pero ¿puede llegar a pasar algo similar?
Son dos modelos muy distintos. Girona tiene problemas con el tema ciclable, pero es una ciudad que ha crecido no solo con ciclistas, sino también con turistas y expats, y va con el paquete Costa Brava. Si no hacemos las cosas mal, no se va a desbordar aquí. Es un turismo muy respetuoso con el medio ambiente. No ocurrirá si no vamos a un modelo de masas. El Berguedà tiene su oferta, y debemos buscar alojamiento rural, pequeño, familiar, no crear macroinfraestructuras. Puede que se llenen con ciclismo, con familias, o que no se llene. El modelo aporta muchos beneficios económicos a la comarca. Hay un objetivo muy claro: ponernos como primera espada del ciclismo en Catalunya. No queremos competir con Girona, ni nadie, tenemos un modelo de puertos, no accesible para todos. Tenemos carreteras ciclables de primer nivel, tenemos puertos que poco a envidiar tienen de otros del mundo, alojamiento de proximidad y calidad, y gastronomía.
Un medio de promoción turístico ligado a la bicicleta ha sido la Volta Catalunya, que este año ha pasado por la comarca, con salida de la ciudad y final en el santuario de Queralt (Berga). Ya has dicho que quieres que vuelva, y también su versión femenina, que este año se ha estrenado como carrera de tres etapas. Y también se ha hablado del Tour, que sale de Barcelona en el 2026.
"El Tour es un sueño. Hemos empezado a trabajar"
Con la Volta hemos empezado a hablar, estamos trabajando, nos volveremos a reunir. Nuestro sueño tampoco es un secreto: teníamos claro que el Tour volvía a Barcelona. Nosotros estaremos. Partimos en inferioridad, no somos atractivos en población o económicamente. Tenemos la esperanza de que el Tour tiene mucha sensibilidad por el territorio rural de Francia, e intentaremos transmitir que somos un territorio fantástico para el ciclismo. Se transmitió a la Volta, no solamente de carreteras, también en afición. Estaremos y hemos empezado a trabajar, desde la sombra. Discreción, tranquilidad y ya veremos. Siendo conscientes de que lo tenemos muy difícil, pero por nosotros no va a quedar.
¿Trabajar significa tanteos o conversaciones?
Tanteos y algún inicio de conversación, no directamente con el Tour todavía. Estamos y estaremos allí porque como Ayuntamiento y Consell Comarcal la apuesta es firme. Somos un territorio que creemos con esto. Conseguimos que la Volta, que no es un Tour, no es una Vuelta a España, no es el Giro, lo pareciera. Pocos territorios pueden decir esto. Estamos muy contentos con la Volta y queremos que vuelvan, les abriremos los brazos. El Berguedà lo merece. Pese a la masificación, los corredores salieron encantados. El Tour es un sueño. Sabemos que es muy difícil y no queremos levantar ninguna expectativa.
¿Cómo cree que le han cambiado estos tres años en la alcaldía? ¿Puede que ahora encaje mejor las críticas?
"Tengo compañeros y amigos en el gobierno que están siempre, pero el alcalde está solo"
Seguro, si lo dices tú, es evidente. Lo intento relativizar mucho todo, cada vez más. Si te sumerges en el mundo de redes y comentarios, puedes sufrir daño, a nivel mental y familiar. La crítica intento aceptarla, sobre todo cuando son constructivas. No lo hacemos bien todo y no lo haremos bien para todos, en cosas nos equivocaremos. Pasar por el Ayuntamiento es una experiencia que te cambia, para bien y para mal. Espero que no haya cambiado mi talante positivo. Cuesta serlo por esta constante presión, la gente no es consciente de ello. Juli (Gendrau, alcalde entre 2007 y 2015) me dijo a mí y a Venti (Montse Venturós): "El alcalde está solo". Tengo compañeros y amigos en el gobierno que están siempre, pero el alcalde está solo. No quiero dar pena. Quiero lo mejor para mi ciudad y mi gente. Lo que no he logrado hacer no es porque no queramos. Ojalá fuéramos capaces de trabajar juntos con más frecuencia, sería mi deseo. Lo has dicho, las críticas las acepto mejor ahora, voy a intentar no cambiar el optimismo.
Usted ha estudiado historia, ¿cómo cree que quedará su nombre en la historia de Berga?
Como buena persona. Intento estar muy cercano a la gente, afable y amable con todo el mundo, venga de buenas o malas maneras, intento atender a todo el mundo. Como buena persona, no aspiro a más.
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