Entrevista a Jordi Mir"Hay objetivos que solo se pueden conseguir con un trabajo de plataforma con gente diferente"
Barcelona-
Doctor en Humanidades y profesor tanto en la Universitat Pompeu Fabra (UPF) como en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), Jordi Mir (1976) también es miembro del Centre d'Estudis sobre Moviments Socials (UPF) y el Observatori del Sistema Universitari. Autor de obras como Ola 15M. 10 años de movilización y cambio (Bellaterra Edicions), lo entrevistamos para abordar la bajada de los partidos de izquierdas en Catalunya y las razones del auge de la extrema derecha y los riesgos que esto conlleva.
Firme partidario de profundizar e ir más lejos en las políticas llevadas a cabo para intentar garantizar el derecho a la vivienda en vez de volver a dejar este ámbito en manos del mercado, también defiende la necesidad de que las formaciones de izquierdas superen su propio espacio y sean capaces de articular frentes amplios con entidades y movimientos sociales para conseguir y consolidar ciertos objetivos.
En las elecciones al Parlament del 12 de mayo, los tres partidos situados más a la izquierda, ERC, Comuns y la CUP, sufrieron una fuerte caída y pasaron de sumar 50 diputados a solo 30. ¿A qué atribuye la caída?
Esta caída tiene diferentes causas. En un momento de esto que hemos denominado procés, se dijo que estaba provocando un giro a la izquierda y ahora los resultados han coincidido con otro giro que hay gente que denomina ola reaccionaria y que tiene diferentes realidades. Por un lado, representa el crecimiento de Vox, que es una escisión del PP que da respuesta a los años de crecimiento de una movilización social representada por el 15M, Podemos, el Gobierno de coalición si quieres o las políticas de memoria y las políticas feministas. Esta reacción tiene una acogida y la cuestión es si tendrá suficiente fuerza para revertir los avances o entramos en un escenario en el que se tendrá que disputar cuál es la situación.
En el caso catalán hay un elemento clave, que es cuando desaparecen Convergència i Unió y aparece Junts, el PSC ve claramente que hay un espacio que puede ocupar y le puede permitir tener una presencia mucho más central de la que ha tenido históricamente. Mientras que a nivel estatal el PSOE cuando apareció el 15M tuvo claro que se le abría un escape que tenía que tapar y miró de hacerlo diciendo "somos la izquierda", el PSC opta por ocupar un espacio más de orden para acoger a un votante que ha quedado huérfano, el que ocupaba la antigua Convergència en el Cercle d'Economia o el Círculo Ecuestre y esto lo hemos visto con determinados planteamientos políticos como la ampliación del aeropuerto o el Hard Rock.
"El PSC ha optado por ocupar un espacio más de orden para acoger un votante que ha quedado huérfano"
Por lo tanto, ha habido un desplazamiento por la competencia de un voto que tiene un punto de reaccionario, en el sentido de que responde a la emergencia de los Comuns y de la CUP e, incluso, al Govern de ERC en la Generalitat y que se siente bien acogido por eso. En cambio, los votantes de izquierdas han ido debilitándose. Ahora se han celebrado los 10 años de la aparición pública de Barcelona en Comú, inicialmente Guanyem Barcelona, que tuvo un éxito excepcional en términos de análisis histórico y politológico, pero después de dos legislaturas gobernando sufre un desgaste considerable, mientras Podemos se ha desangrado por las luchas internas.
Todo ello hace que sea más fácil que la gente acabe votando opciones que le puede parecer que deben tener una opción para gobernar porque están en la oposición o porque no lo han hecho nunca, que es un poco lo que está pasando también en Francia, porque quien ha gobernado acostumbra a pagar un desgaste. Los debates que entre 2011 y 2015 estuvieron en el espacio público, por ejemplo con relación a la vivienda, a otras formas de hacer política o a cuestiones vinculadas al feminismo, ahora la gente los percibe que o bien son divisorios o bien son palabrería que no se concreta y acaba desplazándose hacia otras opciones políticas.
¿Hay una distancia entre los diagnósticos que hacen las izquierdas, que pueden ser acertados en cuestiones como la vivienda o los efectos de la crisis climática, y el impacto de las medidas que se llevan a cabo para afrontarlas, que contribuye a alimentar lo que comenta?
Esto es de una gran relevancia, pero incluso te diría que nuestra vida social cambia tan rápidamente que puede haber gente que piense que ni siquiera identifican bien el problema. Christian Salmon, un especialista en comunicación que escribió un libro titulado Storytelling sobre el relato, identificaba que los partidos habían caído tanto en el tema del relato porque no pueden solucionar los problemas y cuando no puedes solucionar los problemas solo te queda esto, el relato.
Tengo la impresión de que Barcelona en Comú, ERC o la CUP están aquí para solucionar problemas, quieren intentar hacerlo. Seguramente no hay nadie que haya intentado trabajar más por el derecho a la vivienda desde las instituciones que Barcelona en Comú. Ahora bien, llega alguien, como Trias, y dice que "la vivienda está peor que cuando ustedes llegaron" y muestra datos y es verdad que la situación está muy mal, por más que se hayan hecho muchas cosas.
"Hay que profundizar en las políticas hechas en vivienda y no volverla a dejar en manos del mercado"
La pregunta es: ¿por qué la situación está tan mal? Si no ha sido suficiente todo lo que se ha hecho, se tiene que hacer más, se tiene que ir más allá y no volver a dejarlo en manos del mercado, cuando ya tenemos suficientes décadas de evidencia de que no funciona para garantizar el acceso a la vivienda. Es decir, hay que profundizar en las políticas hechas y plantear que hay cosas que no se pudieron hacer y que se tendrían que hacer y aquí sería necesario un tipo de frente donde también estén la CUP y ERC, pero además entidades como la PAH, el Sindicat de Llogateres o las asambleas de vivienda de muchos barrios de Barcelona y de diferentes lugares de Catalunya. Si no, nos encontramos con el discurso del PSC, que como el alcalde Collboni dice que prioriza la vivienda, pero lo único que hace es relajar una medida (la reserva del 30% para vivienda social) y no apoyó la iniciativa de ERC desde la Generalitat de actuar contra los alquileres de temporada.
¿Ha faltado la voluntad y la conciencia de articular cierto bloque común de izquierdas para, como mínimo, intentar sacar adelante determinadas políticas?
Necesitamos pensar históricamente y, por ejemplo, cuando lo hacemos sobre el derecho a la vivienda, vemos que su recorrido ha sido de siglos hasta que se ha convertido en ley y se ha podido aplicar. La Comuna de París en 1871 ya lleva como una de sus primeras reivindicaciones el derecho a la vivienda, pero aquí nunca se ha convertido en ley, la Constitución española dice lo que dice pero no es una ley ni nada que se le parezca. En 1931 tenemos la huelga de alquileres (en Barcelona), es decir, los movimientos por la mejora de las condiciones de vida de las clases populares siempre han tenido muy claro que la vivienda es una cuestión esencial, pero les ha costado mucho [materializarlo]. Y a veces tengo la impresión de que los partidos cuando se encuentran en disposición de tener el poder o gobernar piensan que esto será fácil de hacer y la historia nos enseña que no, que esto ha costado tanto que no lo tenemos.
Entiendo la lógica de supervivencia de los partidos, pero cuando nació Guanyem-Barcelona en Comú lo hizo buscando un proceso de confluencia de diferentes sectores, que podían ir desde la CUP hasta ERC, para montar algo bastante mayor para disputar la ciudad a Trias. No entraron, pero creo que esta idea es básica, un poco como Francia al ver cómo de grave era la situación volvieron a la idea del Frente Popular.
"Hay que hacer una política que no sea solo institucional para cambiar la cultura de una sociedad y poder avanzar en una dirección"
Evidentemente que las diferentes organizaciones tienen significativas diferencias y reticencias, pero tenemos que tener muy claro que hay objetivos que si los queremos conseguir solo se puede hacer con un trabajo de plataforma, en el sentido de encontrarse gente diferente, hacer una política que no sea solo institucional y que implica cambiar la cultura de una sociedad e introducir debates que hagan posible que se avance en una dirección. Si no, después de un par de elecciones los poderes más consolidados acostumbran a ser capaces de reconducir la situación hacia donde más les interesa.
ERC, CUP y Comuns están inmersos en procesos de refundación o replanteamiento de sus estrategias, que también comportarán algunos cambios de liderazgo. ¿Tendrían que servir para abordar esta clave de ir más lejos del propio espacio?
Todos los partidos ante cada convocatoria electoral demuestran tener claro que con el partido solo no es suficiente. El primer gran ejemplo de la Catalunya contemporánea fue Pasqual Maragall con Ciutadans pel Canvi, ERC puede hacerlo ahora fichando a Tomàs Molina o los Comuns buscando a personas significativas como Andrés [García Berrio, antiguo director del Centre Irídia]. Pero desde mi perspectiva esto acaban siendo unas jugadas muy cortoplacistas ante una cita electoral.
Cuando mejor les ha ido a estos partidos es cuando han sido capaces de estar formando parte de una sociedad viva que tiene diferentes tipos de reivindicaciones. Cuando mejor le fue a la CUP es cuando se la vio como representante de unos malestares que iban creciendo, especialmente de sectores jóvenes; cuando mejor le fue a Barcelona en Comú fue en la evolución del 15M y en el post-15M cuando aparece con mucha potencia el tema de la vivienda y otras reivindicaciones que confluyen allá; y cuando mejor le ha ido a Esquerra ha sido cuando en el conjunto del país ha sido capaz de interrelacionarse con diferentes movilizaciones que están en marcha. Cuando son más espacios de partido con lógicas de partido, los resultados son peores.
"Los partidos tienen que sobrevivir, pero para hacerlo tienen que ir más allá de ellos mismos"
Claro que los partidos tienen que encontrar la manera de sobrevivir, pero las evidencias nos muestran que no sobrevivirán solo siendo partidos, tienen que ir más allá de ellos mismos y su función social pasa por ser alguna otra cosa. No en el sentido de liderar necesariamente nada, sino de formar parte del grupo y en pensar cómo desde las instituciones se puede hacer para acompañar movilizaciones estando en un segundo plan o, cuando no se dan, cómo puedo hacerlo porque la gente que está haciendo cosas tenga más visibilidad.
De aquí a menos de dos meses se convocarán nuevas elecciones al Parlament si no se ha investido ningún presidente. Aparentemente la disyuntiva es Salvador Illa o repetición de los comicios. ¿Cómo ve el escenario?
"ERC, Comuns y la CUP se tendrían que plantear si el peso que pueden tener puede ser útil para llevar al PSC a un lugar diferente"
La clave está en ERC y el problema que tiene es que si ya era problemático pensar si podía apoyar a Illa o no, ahora tiene que pensar esto mientras tiene una guerra interna. Alguien decía "si tenemos que apoyar a Illa que lo digan los diferentes sectores a la militancia", porque si unos dicen que sí y otras aprovechan para desgastarlos pues... Evidentemente apoyar a Illa, por los años de dónde venimos, por el 155, por todo el relato y la confrontación que ha habido, es difícil, pero por otro lado el escenario de una repetición electoral no parece bueno para ERC. Y aquí quizás lo que se tendrían que plantear ERC, Comuns y la CUP es si el peso que pueden tener puede ser útil para llevar al PSC hacia un lugar un poco diferente de donde está.
En un contexto de desmovilización y con la amnistía ya en marcha, ¿hacia dónde cree que se tendría que enfocar el independentismo los próximos años?
Para mí hay una cuestión clave que es tener claro qué es el procés, que no lo podemos confundir con el movimiento independentista que venía de antes y continuará después. El diferencial del procés es que durante un tiempo determinado pasan cosas que no habían pasado antes y que no pasarán después. Por ejemplo, el PSC y ERC no pueden pactar en Catalunya (a nivel autonómico), pero sí en diferentes lugares de Catalunya, y lo mismo pasa con PSC y Junts.
ERC como partido es quien primero decide salir del procés y esto quiere decir dar marcha atrás en algunas cosas, antes habíamos dicho que no haríamos esto y ahora estamos dispuestos a hacerlo. Para mí el procés es un periodo que tiene un inicio confuso y tendrá un final confuso en el que han pasado cosas que no habían pasado antes y tiene que ver con que haya más gente independentista, en cómo se plantea el independentismo y cómo se plantean las acciones políticas del independentismo. En este sentido, me pareció muy interesante cómo ERC empezó a hacer virar su transatlántico, vimos que por este camino no lo han conseguido y ahora reconduce la situación.
"Me parece que siempre son preferibles las opciones políticas que van con la verdad por delante"
Me parece que este ejercicio es honesto. Esto para una parte de la gente implicada en el procés seguramente es una traición, y lo está penalizando. En cambio, Junts, que hace lo mismo que ERC pero sin decirlo, se está beneficiando porque es capaz de mantener el relato y la idea dominante de que son los duros, aunque son los menos insurrectos pero los que pasan por serlo más. En este sentido, me parece que siempre son preferibles y necesarias las opciones políticas que van con la verdad por delante, en el sentido de que no te están engañando, que habían planteado un camino y lo tienen que revisar. Creo que el independentismo tiene que hacer este ejercicio o si no nos quedaremos en un escenario donde las mentiras y las realidades paralelas nos acabarán haciendo imposible la conversación.
¿Afrontar y revertir el auge de la extrema derecha tendría que ser el principal reto de las sociedades democráticas de los próximos años?
Te diría que sí, pero creo que si lo planteamos como que tenemos que ganar a la extrema derecha no lo lograremos. Es decir, creo que mucha gente tiene que poder cambiar de posición, mucha gente que ha votado una opción que identificamos con ideas de extrema derecha, reaccionarias y totalitarias no creo que identitariamente sean esto y esta gente tiene que poder votar otra cosa. La gente que vota a Aliança Catalana o a Vox antes ha votado otra cosa. Las posiciones de extrema derecha o fascistas las puedes encontrar en partidos que no se identifican con ellas. Cuando Convergència i Unió decía que en Catalunya no cabe todo el mundo, estaba entrando en un territorio de este estilo; cuando Pedro Sánchez dice que él tiene amigos en la cincuentena que se sienten molestos por determinadas feministas, está entrando en este terreno.
"El programa electoral de Vox no dará respuesta a las necesidades materiales de los residentes en los barrios populares"
Creo que la manera de poder ganar estas posiciones es dar respuestas a lo que ha hecho que la gente se acerque a ellas. Vox pone banderines en lugares de rentas altas y en lugares de rentas bajas y cualquier persona que analice su programa electoral sabe que no dará respuesta a las necesidades materiales de los residentes en los barrios populares. No digo que esta gente vote mal, pero lo que pasa es que cuando van a votar alguien les ha convencido para que lo hagan por unas cosas seguramente diferentes a las que necesitan.
Hace mucho que se da un proceso de pérdida de conciencia de clase.
Yo más bien diría que la han perdido porque se la han robado. En la sociedad de masas en la que vivimos y en la que los medios de comunicación funcionan como funcionan, creo que hay gente que les ha convencido que el tema es atacar a los de abajo y no a los de arriba. Por ejemplo, en esto la PAH hizo un muy buen trabajo, porque en 2009, 2010 o 2011 a sus asambleas llegaba mucha gente verbalizando racismo, diciendo que todas las ayudas se las llevan los que llegan de fuera y, en cambio, puso el foco en la entidad financiera, en la ley hipotecaria, en si había bastante ayudas... Hoy, constantemente hay organizaciones que nos dicen que necesitamos a más personas migrantes, lo que pasa es que el impacto que tiene esta llegada solo se quiere que sea positivo en el valor que nos aporten como mano de obra. Pero vienen personas que tienen que vivir, que tienen criaturas que tienen que ir a la escuela y si no ampliamos servicios habrá un choque entre quién menos capacidad tiene para satisfacer sus necesidades y el problema es competir por la escasez de recursos.
¿Haría falta, por lo tanto, que las izquierdas pudieran dibujar unos horizontes de esperanza tangibles?
"Hacen falta políticas públicas porque allá donde van a vivir personas migrantes no haya una competencia por la escasez"
Tenemos que ir a las políticas públicas y que allá donde irán a vivir estas personas migrantes no haya una competencia por la escasez. [Pasqual] Maragall tuvo muy claro que se tenía que hacer un plan de barrios, que era mejorar las condiciones de vida de las clases populares de este país. En Sarrià – Sant Gervasi no hay una competencia por la escasez y este es el problema, esta competencia por la escasez, no tener las necesidades satisfechas, y no las tenemos más allá de la inmigración, no por culpa suya. Pero si el Centro de Atención Primaria donde voy hay más población, pues la situación es más complicada, y lo mismo con la escuela... Hacen falta políticas públicas en las que la gente vea los cambios, porque la gente que no vota es porque no identifica el poder de su voto, pero en cambio en Sarriá – Sant Gervasi sí que lo hacen, porque tienen clarísimo que esto [votar] funciona.
Nos intentarán hacer creer que votar a la CUP, Comuns o Esquerra no sirve de nada porque las cosas continúan igual o peor, que no tiene porque ser verdad, pero hay quién se lo acaba creyendo porque quizás a estos proyectos les cuesta explicar qué han hecho y quizás incluso tienen que ser más osados [en sus políticas]. Tienen que tener muy claro que necesitan ser coherentes con lo que dicen y las necesidades que tienen las personas que quieren representar.
Es profesor universitario. ¿Cómo explica el giro a la derecha y a la extrema derecha que las encuestas detectan en una parte importante de los hombres jóvenes, cosa que no pasa con las mujeres de la misma edad?
Este tema me parece capital y creo que si lo gestionamos mal tendremos muchos problemas. Cuando miras, por ejemplo, las encuestas del CEO (Centre d'Estudis d'Opinió) ves cómo los hombres mayores de 65 años dicen que el feminismo ha ido demasiado lejos, menos que los jóvenes de 25. Por lo tanto, la conclusión sería que los hombres de más de 65 son más feministas que los de 25 o menos, pero no es verdad. Lo que pasa es que los hombres de más de 65 cuando lo dicen, algunos de ellos lo hacen con plena conciencia de que no están de acuerdo con lo que está pasando y con algunas de estas ideas y sus cotidianidades no están ni mucho menos acercadas al feminismo. En cambio, los jóvenes, y esto lo he trabajado en dos clases diferentes, cuando dicen que el feminismo ha ido demasiado lejos lo dicen siendo ellos feministas.
Cuando hablas con las chicas de entre 18 y 25 años te dicen que, mayoritariamente, los chicos con quienes tienen relación están de acuerdo con el feminismo, pero a la vez te dicen que la mayoría también piensan que el feminismo ha ido demasiado lejos. Aparentemente es contradictorio, pero no lo es desde la explicación de que estos chicos están cotidianamente en conflicto con las chicas feministas, y no es fácil estar cotidianamente en conflicto con alguien que tiene unas ideas que globalmente compartes, pero que hay momentos en los que piensas que va demasiado lejos.
En clase, por ejemplo, si les preguntas cómo conciben la sociedad, son mucho más feministas con relación a la igualdad entre hombres y mujeres que las generaciones más grandes. Lo que les pasa es que en la tensión cotidiana se sienten a veces cuestionados o atacados, no les puedes decir que ellos son los responsables de esta sociedad patriarcal y de las desigualdades existentes. Lo que no tendríamos que hacer nunca es decirle a alguien que es una cosa que no es porque acabarás convirtiéndolo en aquello que le dices que es. Porque no son machistas, pero si lo hacemos les acabaremos convirtiendo en machistas.
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