Circulan muchas versiones de la historia de los tres sobres. Cada persona que la cuenta le añade de su propia cosecha un detalle aquí y otro allá. Allá por el año 1982 la introdujo Federico Mayor Zaragoza, a la sazón ministro de Educación en funciones de Adolfo Suárez, en un artículo de prensa. Él lo bautizó como el cuento ruso de los tres sobres, porque se lo contó el entonces secretario de la Academia de las Ciencias soviética, de nombre Skryabin. Su argumento es sencillo y sirve para ilustrar lo que suele suceder en cualquier transmisión de responsabilidad.

Y también, visto lo visto, se puede aplicar para el relevo en la Junta de Andalucía, que ha cambiado de partido después de 36 años. Ahora ya no gobierna el PSOE, sino que el presidente de Andalucía es Juanma Moreno (PP), que ha formado un gobierno de coalición con Ciudadanos (Cs), con los apoyos externos del partido ultra Vox.

En esencia, el cuento dice así. Quien se va le dice a quien entra. En tu despacho te he dejado tres sobres. Si en algún momento necesitas consejo o aire, debido a los problemas que te vas a encontrar, ve abriendo los sobres en el orden adecuado. Están numerados.

Pasado un tiempo, el nuevo gestor se da cuenta de que gobernar no es fácil, de que hay limitaciones presupuestarias y de procedimiento, de que nunca llueve a gusto de todos, y abre el primer sobre, en el que lee: Échame la culpa a mí.

Entonces, el nuevo gestor introduce la narrativa de la herencia recibida, una losa de tal calibre que impide que pueda hacer todas las cosas que quiere hacer y con la rapidez con las que la quiere hacer.

Sin embargo, con los meses, el nuevo gestor comprueba que la gente ya no le compra el discurso de la herencia recibida, que ya le empiezan a pedir las cosas a él, y acude de nuevo a los sobres. Toma entonces el número dos y lo abre. Lee: cámbialo todo. Cambia las estructuras. Échale la culpa a los de fuera.

Procede entonces el nuevo gestor a tomar decisiones más o menos acertadas, más o menos relevantes, que durante un tiempo le permiten dar la sensación de que se resuelven algunos problemas o, al menos, de que se enfrenta a ellos.

Pero de nuevo el tiempo pasa, y el efecto de las reformas ya no causa los placeres de antaño. El gestor ya no es visto como nuevo y está metido en problemas, porque ahora la gente le pide las explicaciones a él. Recuerda entonces la existencia del tercer sobre. Lo abre y allí lee: ve escribiendo otros tres sobres para quien te suceda.

Herencia envenenada

Se podría decir que -visto lo visto en el Consejo de Gobierno de este martes y oída la entrevista que dio esa misma tarde el presidente de la Junta en la Cadena Cope-Moreno ya ha abierto el primer sobre.

Estas son algunas de las frases que pronunció Moreno en esa entrevista, según las recogió la agencia Europa Press, en la que renunció a reducir de una tacada todos los impuestos que quiere tocar (IRPF, Sucesiones y Donaciones, Actos Jurídicos Documentados): “Todo está condicionado, limitado y sin capacidad de libre disposición”. Es “prácticamente imposible” realizar cualquier cuestión fuera del ámbito presupuestario prorrogado. Es “muy frustrante” esta situación para un nuevo gobernante “que viene con nuevos objetivos”. Los socialistas han tenido “buenos, regulares y malos gestores”, pero en los últimos años “no nos han tocado los mejores”. “Me resisto a decir esta frase, pero no tengo más remedio: nos han dejado una herencia envenenada a la que le vamos a dar la vuelta”.

Moreno prosiguió: Después de cuatro décadas de gobiernos socialistas es “complejo revertir inercias”. Solo en el ámbito de la sanidad se necesitan 2.000 millones para poner a este sector “en el lugar que le corresponde” y acabar con las listas de espera. “Son 2.000 millones que no están, por lo que se requiere de audacia, inteligencia, estirar el euro público y saber escuchar a los profesionales”. “Mientras otros se levantaban pensando qué nuevas leyes hacemos, nosotros vamos a ver cuáles quitamos”.

¿Cuándo abrirá Moreno el segundo sobre? Hay quien cree que lo hará con los presupuestos, que serán “predecibles” y presentados y aprobados “cuanto antes”, según el Gobierno. Nadie los espera ya, ni la patronal andaluza, antes de las elecciones municipales.