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Juicio al francotirador que planeó asesinar al presidente del Gobierno: "Con un tiro preciso se acaba el Sánchez"

Manuel Murillo, experto tirador de 66 años, tenía planificado cómo atentar contra Pedro Sánchez en 2018 como respuesta a la decisión de exhumar a Franco: quería hacerse pasar por periodista y alquilar un piso cerca "del lugar donde estará el Sánchez para tener preparado el disparo".

Manuel Murillo.
Manuel Murillo Sánchez, en una imagen de archivo.-PÚBLICO

Este martes arranca en la Audiencia Nacional el juicio contra Manuel Murillo Sánchez, experto tirador y vigilante de seguridad, acusado de haber solicitado reiteradamente entre julio y septiembre de 2018 en un grupo de WhatApp de ideología ultra y también a varios de sus contactos ayuda para llevar a cabo el asesinato del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como respuesta a los planes del Ejecutivo socialista para sacar del Valle de los Caídos al dictador Franco. "Si lo sacan me cargo al Sánchez, lo juro", escribió el acusado en uno de sus mensajes. 

El caso fue desvelado en exclusiva por Público, un mes y medio después de que se produjera la detención de Murillo, el 19 de septiembre de 2018. Desde entonces lleva en prisión provisional.

La Fiscalía pide para Murillo 18 años y medio de prisión. En concreto, 7 años por un delito de depósito de armas y otro de tenencia de armas prohibidas; y 11 años y medio de cárcel como responsable de un delito de homicidio en grado de proposición, contemplado en los artículos 17 y 141 del Código Penal: "La proposición existe cuando el que ha resuelto cometer un delito invita a otra u otras personas a participar en él". El Código Penal requiere para la perpetración de este delito que la propuesta debe referirse a la ejecución de algo posible y ser lo suficientemente seria como para que adquiera la relevancia penal necesaria. 

En este caso, a tenor de los mensajes de WhastApp que envió el procesado parece claro que pidió ayuda para poder llevar a cabo su plan de acabar con la vida de Pedro Sánchez, consciente de que solo no podría hacerlo: "Es un plan para acabar con el gobierno que hay (...) Es algo como en la Segunda Guerra Mundial fue WALKIRIA [operación frustrada para asesinar a Hitler]. Yo lo hago. Necesito ayuda y tiene que ser (de) patriotas", escribió el 12 de septiembre de 2018 a la coordinadora de Vox en un municipio de la comarca del Vallés.

Días después, envió este otro mensaje en el grupo de WhatsApp ' Terassa por España', que dice la Fiscalía que es de "ideología nacionalista y conservadora", formada por un grupo indeterminado de personas a las que en su mayoría el acusado no conocía personalmente: "Yo haría cosas pero no quiero ir como un loco. Todo ha de estar bien planeado para que salga bien, o sea, necesito ayuda". 

Manuel Murillo, que ahora tiene 66 años, trabajaba como vigilante de seguridad y residía en Terrassa (Barcelona), uno de los feudos de Vox en Catalunya. Era un tirador sobresaliente, el mejor de los del club de tiro olímpico del Vallés en el que practicaba y competía con éxito desde hacía muchos años, hasta convertirse en un experto en armamento; un francotirador avanzado capaz no sólo de modificar armas cortas o largas, sino incluso de construirlas. Público desveló en exclusiva todos estos y otros detalles acerca de Murillo. 

Los planes de Murillo: "Necesito periodistas"

El detonante de la detención de Manuel Murillo, el 19 de septiembre de 2018, fue la denuncia interpuesta por la receptora de varios mensajes del acusado. Coordinadora de Vox en una localidad de Vallés, la mujer no conocía personalmente a Murillo, según la Fiscalía, que cree que contactó con ella "en la creencia de que disponía de la capacidad para proporcionar al procesado los medios y/o contactos para materializar el plan ideado por propia iniciativa de acabar con la vida del presidente, siendo la referida formación política [Vox] ajena a la actuación e ideación del procesado", consta en el escrito provisional de la Fiscalía, al que ha podido acceder este diario. 

Murillo le escribió a la mujer: "Cómo puedo verte en Terrassa (...) Soy francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez antes de que del todo hunda España. No haría falta guerras". Y prosiguió: "Lo haría particularmente, sólo necesito periodistas que siempre están allí donde hay la noticia para ir como ellos al punto en el lugar y hora que estará el Sánchez para tener preparado el disparo". 

Manuel Murillo era consciente de que necesita una infraestructura y así se lo expuso a su interlocutora: "Es para tirar de lejos, por eso necesito alquilar un piso cerca y preparar todo como la peli de 'Una bala para el Rey'". 

También le comunicó que necesitaba ayuda en las redes sociales: "No tengo nada de Internet, soy antiguo, no sé de informática, sólo sé pegar tiros, eso sí. Si alguien me ayudara a decir por mí las cosas en las redes sociales... Yo ya voy siendo mayor y no me importa morir si se salva España".  

En defensa de la violencia del franquismo

Los investigadores detectaron mensajes de Murillo en los que exponía su deseo de asesinar al presidente desde 18 de julio de 2018, coincidiendo con las primeras informaciones sobre el proyecto del gobierno socialista de exhumar a Franco y llevar sus restos a otro lugar distinto al Valle de los Caídos. "No podemos permitir que humillen al Generalísimo Franco ni a José Antonio Primo de Rivera. Es una venganza por haber perdido la guerra. No lo voy a consentir. Si es preciso me voy a ir armado y me sentaré en la tumba de Franco y si se acercan disparo", escribió Murillo en el grupo 'Terrasa por España'. 

Magnicidio para cambiar la política

La finalidad del magnicidio propuesto por Manuel Murillo era "forzar un cambio en la vida política en el país", según la Fiscalía. El acusado instaba a realizar un golpe de Estado. "Hay que convocar una gran manifestación en toda España (...) y pedir que se marche Sánchez o proclame elecciones. O si no un comando que asalte por la fuerza la Moncloa, si no queda más remedio, y este comando que cuente conmigo" (25 de agosto de 2018). "Las leyes no hacen nada mientras siga este gobierno, aquí hay que pensar en un alzamiento nacional (1 de agosto de 2018). 

Murillo insistía en su llamada a las armas para acabar con el gobierno de Pedro Sánchez: "Llamo a un alzamiento nacional, aunque parezca de locos, sería la verdadera solución. Llamo al ejército y a la Legión (...) Si no tendríamos que ir de francotiradores anónimos cargándonos a esos hijos de puta poco a poco sin ayuda" (17 de septiembre de 2018).

Contactos con gente de Vox

Según la Fiscalía, Murillo no sólo compartía sus mensajes ultras en el grupo 'Terrassa para España', también con otros de sus contactos por WhatsApp. Por ejemplo, Vox Organizador GDR [Grupos de Defensa y Resistencia]. "Yo tengo las armas porque sé que tarde o temprano volverá a repetir lo del 36". Según la fiscal, no consta que ese número teléfono registrado por Murillo como Vox Organizador GDR pertenezca a Vox.

A este contacto, el acusado le dijo: "Estoy por coger el rifle de francotirador y empezar a volar cabezas de hijos de puta y traidores, pero solo no llego a ninguna parte, ha de haber organización, ser más y causarles terror". 

A otro contacto, le escribió: "Vendí dos rifles de caza y compré uno de francotiradores de la bala más rápida del mundo, 1.370 metros por segundo". 

Un arsenal de armas

Los Mossos d'Esquadra encontraron en el domicilio de Murillo todo un arsenal: 16 armas de fuego cortas y largas, incluido un fusil de asalto militar Cetme, un subfusil ametrallador checoslovaco Skorpion vz. 61, y cuatro rifles de altísima precisión, capaces de acertar un blanco a 1.000 o hasta 1.500 metros de distancia. En su coche llevaba dos pistolas, una de ellas modificada e ilegal. 

Gran parte de ese arsenal estaba fuera de la ley y varios fusiles habían sido modificados por Murillo, reparando las perforaciones en el cañón y otros puntos del arma que se hacen para inutilizarla. 

Polémica en la Audiencia Nacional

El caso no ha estado exento de polémica por la actitud de la Audiencia Nacional en un principio. Tanto el juez Fernando Andreu como la jefatura de la Fiscalía de la Audiencia Nacional estuvieron al corriente desde el primer momento de la detención del vigilante de seguridad franquista y de que éste tenía un arsenal y planeaba matar a Pedro Sánchez, pero decidieron no investigar el caso, tal y como desveló Público.

Mes y medio después, cuando Público desveló la noticia en exclusiva, la Audiencia negó conocerla, pero acabó retractándose 24 horas más tarde porque el desconocimiento era un escándalo aún mayor que el de haberse inhibido

Condecorado por la Guardia Civil

Otra investigación de este medio pudo determinar que Manuel Murillo era simpatizante, pero no afiliado, de Recuperemos España-Frente Nacional Identitario (REFNI), una organización de ultraderecha, desde hacía varios meses antes de su detención. No sólo eso. Este medio descubrió que el francotirador de Terrassa fue condecorado por la Asociación de Amigos de la Guardia Civil en febrero de 2018 con una medalla por méritos. 

Fue una condecoración entregada en un acto realizado en las instalaciones de la Zona de Catalunya de la Guardia Civil en Barcelona, sitas en Travessera de Gràcia de la Ciudad Condal. Allí se prestó una atención especial al vigilante de seguridad, que vestía traje y corbata verde ad hoc para el acto, con una pinza prendida en la corbata con la insignia del águila con la cruz de Santiago, emblema del Ejército español. Estuvo rodeado de tres teniente coroneles de la Guardia Civil destinados en Catalunya.

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