Este artículo se publicó hace 2 años.
Laura Borràs, suspendida como presidenta del Parlament
Los miembros de la Mesa —PSC, ERC y la CUP— fuerzan el movimiento después de que la líder de Junts se haya negado reiteradamente a apartarse voluntariamente, aunque el reglamento de la Cámara estipule que debe hacerlo tras la apertura de juicio oral en el TSJC. Borràs ha vivido la jornada acompañada de su núcleo duro, miembros del partido, el expresidente Quim Torra y su familia, así como unos 300 simpatizantes congregados a las puertas de la institución.
Emma Pons Valls
Barcelona-Actualizado a
La líder de Junts per Catalunya Laura Borràs se ha sumergido en un baño de masas con sus simpatizantes antes de entrar a la reunión de la Mesa de la que ha salido suspendida de sus funciones como presidenta del Parlament y como diputada. Con el apoyo de PSC, ERC y la CUP —todos los miembros del órgano menos los de Junts—, la demanda de suspenderla ha salido adelante después de que este martes el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) le abriera juicio oral por prevaricación y falsedad documental. Según el reglamento de la Cámara, un diputado con juicio abierto por causas de corrupción debe apartarse, pero ante la negativa de Borràs a hacerlo voluntariamente, los partidos han forzado el movimiento en una jornada de expectación mediática, reproches y carreras en el Parlamento.
La reunión de la Mesa se ha celebrado a puerta cerrada durante cerca de dos horas y sin la presencia de Borràs para evitar conflicto de intereses. Al finalizar, el secretario tercero de la Mesa y diputado de la CUP, Carles Riera, ha explicado que han aplicado el artículo 25.4 del reglamento, que la suspende del cargo de forma provisional, temporal y reversible hasta que haya sentencia. "Nos regimos por dos principios inseparables: no a la represión y no a la corrupción", ha afirmado.
Riera: "Nos regimos por dos principios inseparables, no a la represión y no a la corrupción"
Riera ha apuntado que el juicio abierto a Borràs no es por hechos de "naturaleza política", sino referentes a la gestión de recursos cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC), aunque ha rechazado estar haciendo uso de una supuesta "presunción de culpabilidad" y ha defendido simplemente haber aplicado el reglamento.
A continuación, Borràs ha hecho unas declaraciones muy duras, sobre todo, en referencia a los partidos independentistas, a los que ha acusado de vestirse de "jueces hipócritas" y actuar "en sincronización" con el poder judicial para apartarla del cargo. Borràs ha reiterado su inocencia, como en otras ocasiones, y ha afirmado que el artículo del reglamento por el que se le ha suspendido es una "anomalía democrática", aprobado sin convalidación jurídica.
La líder de Junts ha añadido que esto, sumado a la "ligereza" con la que considera que se le ha aplicado, consuma un "atropello democrático" que vulnera los derechos fundamentales. "Hoy se ha debilitado la institución, dejándola desprovista de la presidencia. Pero yo no renuncio, no me tuerzo, no me han vencido", ha afirmado.
Pese a la amenaza de lluvia y el calor de finales de julio, unos 300 simpatizantes se han congregado a las puertas del Parlament para apoyar a Borràs, a quien han recibido con gritos de "Presidenta, estamos contigo", "Laura Borràs, Laura presidenta", consignas a favor del 1-O y del expresident Carles Puigdemont, así como cánticos en contra de los tribunales y también de los medios de comunicación.
Borràs ha salido de la Cámara a saludarles acompañada de su núcleo duro, el omnipresente diputado y asesor Francesc de Dalmases —que la semana pasada protagonizó una polémica por la reprimenda a una periodista que había entrevistado a Borràs— y la secretaria de la Mesa Aurora Madaula. También le han apoyado el expresident Quim Torra y el secretario general del partido, Jordi Turull, así como otros miembros y diputados de la formación.
Visiblemente emocionada, Borràs ha estado un rato saludando y agradeciendo el apoyo a los manifestantes en medio de una gran expectación, tanto de los propios simpatizantes como de la prensa. Antes de entrar de nuevo en el Parlament, Borràs se ha abrazado con su hija, que ha acudido a la institución para apoyarla en sus últimas horas como presidenta de la Cámara.
Después de esto, Borràs ha entrado a la reunión de la Mesa, conformada por dos miembros de JxCat, dos de ERC, dos del PSC y uno de la CUP. Minutos más tarde, ha salido por conflicto de intereses y la junta ha proseguido sin ella el debate sobre su suspensión. Todos los miembros, menos Madaula, de Junts, han reclamado aplicar el artículo 25.4 del reglamento de la Cámara. El reglamento estipula que cuando se abre juicio a un diputado por causas de corrupción, este debe dejar el escaño, preferentemente de forma voluntaria (artículo 25.2), pero el artículo 25.4 permite que se ejecute la decisión de forma forzada en caso de no ser así.
Situación inédita en el Parlament
La Fiscalía le pide seis años de cárcel, 21 años de inhabilitación y 144.000 euros de multa por un delito continuado de prevaricación y otro de falsedad en documento público por su etapa al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC). Le acusa de haber adjudicado directamente y de forma irregular a un amigo suyo informático 18 contratos menores por valor de más de 300.000 euros.
La suspensión forzada de Borràs sume en la incertidumbre su futuro pero también el del propio Parlament, en una situación de interinidad inédita hasta el momento y sin que se sepa todavía quién podría tomarle el relevo de forma provisional. También es una incógnita si la decisión tendrá consecuencias en los equilibrios de Gobierno con ERC, una cuestión sobre la que pesa la propia división dentro de Junts, pese al apoyo "sin fisuras" a Borràs expresado de puertas afuera.
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