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"En Marea no es Podemos. Si no tenemos grupo será un fraude de ley"

La coordinadora de Esquerda Unida en Galicia, exdiputada autonómica de AGE ─la primera piedra de la actual convergencia─ y hoy diputada en el Congreso por En Marea adelanta la estrategia que seguirán para ganar la Xunta y opina sobre Izquierda Unida y el veto a los llamados 'cuatro grupos de Podemos'

Yolanda Díaz en una imagen de archivo.-EFE

JAIRO VARGAS

@JairoExtre

MADRID.- Yolanda Díaz (Fene, A Coruña, 1971) recogía su cartera y su acta de diputada en el Congreso la semana pasada. Este miércoles juraba el cargo en el hemiciclo junto a sus compañeros de candidatura por Galicia, En Marea, una de las listas electorales en las que se votaba al mismo tiempo a Podemos, IU, Anova, las mareas municipales... Ha funcionado bien: seis escaños y segunda fuerza política en ese territorio.

También se cruzó en la Cámara Baja con Alberto Garzón, uno de los dos diputados de Unidad Popular-Izquierda Unida, la formación a la que no dará su escaño, al menos de momento, aunque ella sea militante. Y no una militante cualquiera. Desde 2005 es la coordinadora de Esquerda Unida (EU), la federación gallega de IU. Con ella, la organización de Cayo Lara consiguió ser uno de los protagonistas del avance de la izquierda. Tras no obtener representación en el parlamento gallego en 2005, Díaz contribuyó a poner la primera piedra de lo que puede ser el bloque hegemónico de la izquierda en las próximas elecciones gallegas: Alternativa Galega de Esquerda (AGE), una candidatura que, con el histórico líder nacionalista Xosé Manuel Beiras a la cabeza, aglutinó a EU, Anova, Equo y otros minoritarios en 2009. Nueve escaños después llegaron las mareas municipales y, con ellas, alcaldías en feudos importantes como Ferrol, A Coruña, Santiago... así hasta llegar al pasado 20-D, con Podemos dentro.

En una cafetería cerca del Congreso, Díaz responde a la preguntas de Público sobre el siguiente paso si no hay grupo parlamentario propio para En Marea, sobre las perspectivas para desalojar al PP de la Xunta en los próximos meses y sobre la situación de IU tras las elecciones.

¿Qué han significado los resultados electorales en el país y, en concreto, para Galicia?

En el país supone un cambio social relevantísimo que trae raíces de muy atrás. Una convulsión que ha puesto patas arriba todo, pero no ha sido suficiente para acabar con el régimen. El bipartidismo sale muy debilitado, pero con la incorporación de la nueva herramienta creada por los poderes fácticos, Ciudadanos, tendrán mayoría para bloquear el proceso de transformación. Vamos a un ciclo largo, entonces. Pero hay una ventana de oportunidad muy grande para la gente. Nunca se ha vivido esto, que hubiera pluralidad en el Congreso con formaciones que entienden de otra forma la política.

Para Galicia fueron unos resultados extraordinarios. Galicia es la tierra de Baltar, de Cacharro, de Núñez Feijóo, de Fraga Iribarne. Es histórico que un grupo que cuestiona el estatu quo se convierta en la segunda fuerza política con seis diputados incluso en provincias del interior, y dos senadores. El PSOE, con menos votos, tiene los mismos diputados, pero por efectos perversos de la Ley D’Hont. Nos coloca como alternativa a Feijóo, en la parrilla de salida para ganar la Xunta de Galicia. El PP sabe que la Xunta va a ser nuestra.

¿Aspiran a reeditar estos resultados o a ganar directamente?

Somos la primera fuerza en la izquierda, sin ninguna duda. La erosión de las otras dos organizaciones es demasiado profunda. Nosotros vamos a por todas. La erosión del PP también es grande: ha perdido más de 15 puntos y desciende desde hace ya mucho tiempo. Sólo pierde cinco diputados, pero por efectos mayoritarios de la ley.

En el centro, Yolanda Díaz, junto a sus compañeros de la candidatura En Marea, frente a las puertas del Congreso de los Diputados, en Madrid.- DANI GAGO / PODEMOS

En el centro, Yolanda Díaz, junto a sus compañeros de la candidatura En Marea, frente a las puertas del Congreso de los Diputados, en Madrid.- DANI GAGO / PODEMOS

Desde la formación de AGE hasta En Marea, el bloque a la izquierda del PSOE está más que definido ¿Es posible que estos actores se constituyan como entidad propia, con órganos propios, como un partido para las próximas gallegas?

Yo creo en eso. En una fórmula que derribe los muros partidarios. Si no es así, distorsionamos. Nuestro proceso de municipales, pese a los temores de pérdida de identidades y a elementos de vieja cultura política, burocrática y triste, fue una experiencia positiva.

No contemplo otro escenario que sumar. No contemplo mirar atrás. Esta herramienta que tenemos ahora hay que amoldarla y prepararla para la Xunta, y sumar muchos más colectivos que faltan. No sólo organizaciones políticas, también colectivos sociales que han de aportar luz. Hay que ensancharla e incorporarle dinámicas no partidarias. No me pierdo en lo jurídico en cuanto a partido o no partido, pero hay que trabajar de manera mancomunada. Yo formo parte de una organización política, pero para facilitar muchas cosas tenemos que ser conscientes de que no somos cuotas de partidos, sino gentes que trabajamos en común para cambiar la realidad. Tenemos que desvestirnos, entrar desnudos a este proceso, y cuando salgamos, cada uno será de la casa que sea. Aún falta mucho en esto. El proceso de En Marea fue muy pesado, agotador, torpe y muy partidario. Hay que cambiarlo. Tenemos tiempos pero no mucho.

Cuando dice que no es diputada ni de IU ni de Podemos ¿Qué quiere decir exactamente?

Digo que no hay que instrumentalizar la confluencia, un proceso maravilloso. Yo y mis compañeros de Esquerda Unida somos o hemos sido diputados de AGE y nunca hemos dado una rueda de prensa como diputados de IU. Sería una falta de respeto a quién nos vota. Son más de 400.000 personas que quieren que seamos En Marea, no IU ni Podemos ni Anova. Han votado porque hemos creado una cosa donde se sienten a gusto. Queremos ser yugoslavos, no serbios ni croatas.

¿Por qué en Galicia y Catalunya sí puede estar IU en las confluencias y en el resto del país no?

Porque ahí las cosas son distintas. En Galicia empezamos estas experiencias desde hace tiempo, pero en Madrid no se ve así. AGE fue novedoso porque dos culturas, la nacionalista y la federalista, que nunca se habían tocado ni mirado la una a la otra, decidieron romper todos los tabúes y creamos una herramienta que sirvió e ilusionó. De ahí fuimos acumulando muchas experiencias. Hay una dinámica, un proceso de socialización que ha normalizado esto en la sociedad gallega. Tenemos detractores en nuestras organizaciones, en Podemos, Anova, EU, pero la ciudadanía lo entiende así. El proceso no es nuestro, es de la gente. Si no hiciéramos esto, en Galicia nos apedrearían metafóricamente por la calle. Porque entienden que esto es lo normal. En el caso estatal, ha sido una enorme tristeza que no se haya llegado a un acuerdo.

La distribución de la Mesa del Congreso dificulta, si no imposibilita, la conformación de esos grupos parlamentarios propios ¿Qué posibilidades se barajan ahora?

En Marea no es Podemos. Si no tenemos grupo, los partidos están incurriendo en fraude de ley según el Artículo 23 del Reglamento, que nos ampara. Estarían practicando una cacicada porque tienen miedo, porque somos la segunda fuerza política de Galicia y hay elecciones autonómicas. No nos van a permitir esa gran visibilidad. Enredan con cuestiones instrumentales cuando no nos interesa eso. Nos interesa que la sociedad gallega nos ha dado oportunidad para tener grupo propio. Están practicando de facto, entre todas las fuerzas ─PP, PSOE y Ciudadanos─ la imposibilidad de tenerlo. Vamos a pelear hasta el último momento. Interpondremos todas las acciones legales que sean necesarias.

Si ocurre eso, ¿es posible que usted vaya a un hipotético grupo con IU? Al fin y al cabo, es su organización.

Los pactos se hacen para cumplirse. Hemos firmado un acuerdo para tener un grupo propio. En el caso de que no se pueda, operaremos como grupo propio gallego, más allá de lo jurídico. Se decidirá de forma mancomunada en En Marea. La decisión que yo tome será la que tomemos los compañeros, colectivamente. Seré una más. Desde aquí lo veis en clave madrileña, en Galicia hay otra clave. Si Yolanda Díaz o quien fuese se separase, nos apedrearían. Somos de ellos, de la gente. Allí, esta unidad, es real.

Hay temor, incluso en estas candidaturas, de que la línea roja del referéndum en Catalunya que Podemos plantea para pactar con el PSOE quede desdibujada o aplazada y prime la exigencia de los cuatro grupos. ¿Qué opina?

No concibo la vida como una línea roja, ni la política tampoco. Eso es errar. En Catalunya hay un problema político y cualquier dirigente público con altura de miras debe saber que el pueblo catalán ha dicho que quiere votar. Tenemos que facilitarlo. No hay que hacer trampas ni políticas de frontón o búnker. Hay formulaciones diversas en lo jurídico para materializar ese derecho, constitucionalistas no precisamente de izquierdas que dicen que es posible. No es urgente, sino necesario. Tenemos que empezar a hablar en Catalunya de las privatizaciones, de la depauperación de los servicios, de las cosas que realmente importan a la gente.

La diputada de En Marea, Yolanda Díaz, jura su cargo en el Congreso.-DANI GAGO/PODEMOS

La diputada de En Marea, Yolanda Díaz, jura su cargo en el Congreso.-DANI GAGO/PODEMOS

Pero si Podemos dice que renuncia al referéndum para que haya grupos, ¿qué opinaría?

Sería un error. Tiene que ser a la vez. Yo agradezco a Podemos que defienda la existencia de los grupos, porque eso es entender lo que hemos hecho: procesos plurinacionales. No somos Podemos, ni Compromís es Podemos… Ambas cosas tienen que exigirse a la vez, igual que a la vez planteamos la reforma laboral, los derechos sociales…son variables al mismo nivel, no jerarquizadas.

Sobre Izquierda Unida, se ha aprobado celebrar una Asamblea para cambiarlo todo, pero no ha quedado muy claro en qué va a consistir. ¿Cómo ve ahora mismo su organización política?

IU está en estado de shock y tiene que decidir qué hacer. Luego, lo que se ha aprobado es una Asamblea Ordinaria, y estoy en desacuerdo. Esa no es la medicina que necesita IU, es más de lo mismo.

¿Qué opción hay entonces?

Hacer un análisis correcto de lo que ha pasado. Garzón dice que los resultados electorales han sido heroicos, y los achaca a un estrechamiento del espacio político en el que nos movíamos. Creo que es un análisis lúcido, como el propio Alberto Garzón. Creo que es ahí donde tenemos que trabajar.

Después hay que decidir si queremos quedarnos atrás o formar parte del cambio político, que no es que haya empezado, sino que está totalmente en marcha. Como dice Boaventura de Sousa Santos: “O las izquierdas saben detectar las emergencias o formarán parte de los museos”. No me gustaría que lo que representa IU forme parte de un museo.
Tiene que hacer algo fundante, arrancar ex novo, dar una patada y hacer saltar todo por los aires.

¿Eso implicaría el final, la disolución de IU?

Implicaría empezar todo de nuevo. No vamos a ninguna parte con esta IU. También hay que cambiar los equipos de arriba a abajo. Hacer una organización del siglo XXI, horizontal, en código abierto, que atienda y sea útil para los problemas de la gente. Una IU que no puede operar con contrapoderes de partidos u organizaciones internas. Ni cuotas del PCE, ni de Llamazares ni de nadie. Eso tiene que acabarse. Y, desde luego, feminizarla, eso no es sólo poner mujeres en los órganos, sino aplicar lo que las mujeres hacemos en política a las maneras de trabajar.

Lo que planteo es una revolución y esto no se va a hacer con la propuesta aprobada en el último Consejo Político Federal. Repito, es un error y el tiempo pasará por delante de nosotros y la gente nos sobrepasará.

Esta propuesta, que viene del sector afín Garzón, ¿le parece tan poco ambiciosa?

No. Sólo que es un error. Y se lo he dicho a Alberto. Mucha gente lo piensa también, más aún en un momento en el que están pasando cosas tremendas y hay que estar muy atentos, en lugar de ocupar nuestro tiempo hablando de estas cuestiones. Hay que ponerse desde ya mismo ha hacer debates internos para esa Asamblea, y no necesitamos eso. Así lo dije en mi intervención.

Cuando Garzón da un paso más tomando las riendas de la organización y como candidato, Yolanda Díaz forma parte de ese núcleo renovador del proyecto. Últimamente parece que sus posturas están alejadas en lo político. ¿También en lo personal?

Ni en lo personal ni en lo político estoy lejos de Alberto. Defendemos lo mismo. El gran dilema de Garzón es si es consciente de que para hacer lo que tenemos que hacer ─romper las costuras de algo enfermo y empezar un proceso de fundación─ se requiere que él sea claro ya, que decidida. Es decir, para hacer una tortilla hay que romper huevos. Como decía mi padre, los que se quedan en posiciones híbridas se llevan tortas de todos lados. Hagamos la tortilla , pero sepamos que hay romper huevos.

¿Seguirá siendo coordinadora de Esquerda Unida?

Bueno…me han metido en un debate interno ahora mismo. Lo decidiré en su momento. Pero ahora quiero hablar de cosas que ayuden a la gente. La ocupación que tenemos de aquí a los próximos meses es encajar todas las piezas: Parlamento gallego, Parlamento Europeo, Congreso en Madrid, En Marea… Dentro de nada hay autonómicas en Galicia y estamos preocupados por eso, más aún con todo este tema orgánico que ha abierto IU federal.

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