Este artículo se publicó hace 2 años.
Meritxell Batet, en el Día de la Constitución: "Que la palabra se utilice para argumentar, no para herir"
El creciente clima de crispación ha centrado gran parte del discurso de la presidenta del Congreso durante el 44º aniversario de aprobación de la Carta Magna.
Pilar Araque Conde
Madrid-Actualizado a
El creciente clima de crispación en el debate parlamentario ha provocado que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, centrara en esta cuestión gran parte de su discurso pronunciado con motivo del 44º aniversario de la aprobación de la Constitución. "Que la palabra se utilice para argumentar, no para herir. Para proponer, no para ofender. Para construir, no para zaherir. En nuestras manos está no defraudar esa confianza", ha señalado desde las escaleras de la Cámara Baja.
La tercera autoridad del Estado, arropada por los presidentes del Gobierno, del Senado, del Supremo y del Constitucional, ha puesto el valor la labor del Parlamento, a quien le corresponde una función "primordial": "Enriquecer, mediante el debate libre y razonado, el marco jurídico de nuestra convivencia a través de nuevas leyes".
En esta línea, ha reivindicado que el Congreso es un lugar "único". Por eso, quienes forman parte de él deben "ser conscientes de esa singularidad". Es el lugar en el que todos los ciudadanos están representados, pero "en él también deben sentirse representados". "El debate parlamentario es la exhibición de las mejores virtudes de la palabra. Desde la tribuna se habla a la ciudadanía, ofreciendo las opiniones que cada cual considera mejor fundadas, dando razones que apelan al buen sentido de todos", ha remachado.
Durante su discurso, pronunciado en la Carrera de San Jerónimo, Batet ha apostado por la "ilusión colectiva" del debate constituyente. "La materia política que dio forma a nuestra Constitución no fue el miedo, el miedo a repetir errores, el miedo al anquilosamiento, el miedo a los males sufridos", ha reflexionado.
Por ende, la materia política de la Constitución del 78 es la "esperanza". "La esperanza de consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular. La esperanza de proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. La esperanza de promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida. La esperanza de establecer una sociedad democrática avanzada".
Frente al debate sobre la reforma constitucional, Batet ha insistido en su vigencia, la cual precisa como condición necesaria "la fortaleza de nuestra institucionalidad democrática". Estas, a su entender, son el "aparato visible de aquello que nuestra vida pública ha querido tener de promesa, de compromiso vinculante, de garantía. Se crean por el Derecho, pero se nutren de la confianza de los ciudadanos".
Como era de esperar, en su discurso también ha hecho referencia a las "vicisitudes históricas que estamos viviendo en estos años", esto es, la pandemia y la guerra en Ucrania, las cuales "han acrecentado la preocupación y la incertidumbre". Todo ello para poner en valor la "unidad". "En este tiempo hemos comprobado que el camino por el que podemos superar los retos es el marcado por los valores y la unidad. Los valores que nos identifican como ciudadanos libres y protagonistas de nuestro gobierno colectivo. Y la unidad en su defensa y preservación. Cuando hemos hecho algo juntos, nunca nos hemos arrepentido".
Antes del discurso de Batet, Pedro Sánchez, en declaraciones ante los micros, ha afeado a la "oposición ultraconservadora que estén situados fuera de la Constitución". Por ello, en referencia al bloqueo del PP a la renovación del CGPJ, el líder del Ejecutivo ha hecho un llamamiento "a los partidos conservadores a que cumplan con sus obligaciones constitucionales".
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