En un decreto publicado a principios de este año y firmado por él mismo y su consejo de la presidencia, Juanma Moreno, se ha habilitado para utilizar cuando así lo necesite, un distintivo que le añade una corona real, unos laureles al escudo de Andalucía, la inscripción presidente de la Junta de Andalucía y elimina el lema Andalucía por sí, para España y la Humanidad.

El presidente ya utilizó una vez ese símbolo, en un atril, y en un pin en la solapa del traje, pero dejó de utilizarlo al carecer de cobertura legal para hacerlo –los símbolos de la Junta de Andalucía están regulados en el Estatuto de Autonomía y el escudo en su artículo 3.2 y Moreno fue denunciado en consecuencia– y tras una fuerte polémica al respecto.

El nuevo Ejecutivo, formado hace dos años por una coalición de PP y Ciudadanos, está embarcado en crear una nueva narrativa que lo aleje de los sucesivos gobiernos socialistas de la Comunidad y, para ello, además de la crítica política, se han lanzado también a modificar logos y símbolos.

En el decreto, Moreno incluye en el uso de la corona a todos los expresidentes –Rafael Escuredo, José Rodríguez de la Borbolla, Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz– "en todos aquellos actos de carácter institucional que lo requieran para reforzar su eficacia simbólica e identificativa". Para justificar el uso de una corona, el presidente se agarra al diseño de la Medalla de Andalucía.

Por si acaso, Moreno aclara en el decreto que el símbolo con la corona "no supone ninguna modificación del símbolo o escudo de la Comunidad Autónoma de Andalucía". El presidente se ha asegurado que en las cartas y sobres que envíe pueda estar presente el escudo con la corona y también en sus tarjetas de visita, según el manual de uso.

La Fundación Blas Infante, creada para preservar el legado del considerado como Padre de la Patria andaluza, lamentó este martes en un comunicado la creación del nuevo diseño que "modifica el creado por los participantes en la Asamblea de Ronda de 1918 y oficializado en el Estatuto de Autonomía".

"No vemos necesidad ni conveniencia alguna –prosigue la fundación– en esta innovación, que transforma, desnaturalizándolo, uno de los principales símbolos de nuestra nacionalidad. Para la máxima autoridad política de Andalucía debería ser suficiente y un orgullo ostentar el escudo que representa a todos los andaluces y andaluzas sin modificarlo ni personalizarlo". Y, a su juicio, "no supone una justificación" para esta innovación que el nuevo diseño se inspire en el ya existente de las medallas que se otorgan anualmente por el Consejo de Gobierno. "Es este diseño el que viene siendo una anomalía necesaria de remediar", consideran los patronos.

La Fundación Blas Infante remacha: "Más allá de sus intenciones –con las que no queremos especular– supone objetivamente una falta de respeto hacia uno de los símbolos más significativos de Andalucía, creado hace más de cien años por quien está definido en el Estatuto como Padre de la Patria Andaluza”.