Este artículo se publicó hace 2 años.
Movilización en Rusia: momento estrella para patriotas de sofá
Inna Afinogenova
Madrid-
Hoy es el momento estrella de los patriotas rusos que estaban militando en comentarios de redes sociales, llamando a una movilización general, parcial o la que sea, con la camiseta de la letra Z puesta. Ahora pueden levantarse, finalmente, de la silla e ir a la guerra que consideran justa y que han apoyado desde el 24 de febrero.
Los que la aplauden, los que piden que continúe hasta la victoria definitiva, los que dicen que tienen sus corazones en el frente, pues ya pueden tener no solo sus corazones, sino el cuerpo entero. Lo digo sin sarcasmo, me gustaría de verdad ver cuántos de ellos son capaces de luchar por la patria más allá de las redes sociales. En todo caso, lo que está claro es que los tiempos del heroísmo pasivo y contemplador se han acabado, como se han acabado los tiempos de la "operación especial militar". Ahora es momento de sacrificios, porque se trata de una guerra.
Algunos periodistas rusos compartían unas cifras muy reveladoras. No sé si se acuerdan que en la década de los 90 Rusia tuvo dos guerras en Chechenia. Pues en la primera campaña el número de soldados rusos allí alcanzó unos 70.000 y en la segunda, ya sobre el año 2.000, unos 80.000. La sensación generalizada en aquellos tiempos era que la guerra de Chechenia había afectado a cada hogar, directa o indirectamente.
Se ha estado hablando desde hace varios días de la posibilidad de una movilización, tras la exitosa contraofensiva ucraniana que en Rusia denominaron "reagrupación de tropas".
Vamos a ver cómo se preparó el camino e intentemos analizar qué se puede esperar. Este martes las administraciones de las denominadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk se dirigieron a Putin pidiéndole que convocara referéndums de integración a Rusia. En ese mismo instante se anunció que esos plebiscitos se celebrarían del 23 hasta el 27 de septiembre, es decir, empezaría el proceso pasado mañana.
Así, se aprobó una serie de enmiendas en el Código Penal, introdujeron términos como "movilización", "tiempos de guerra" o "estado de guerra". Así como penas más duras para desertores, por entregarse al adversario en tiempos de guerra (hasta diez años de prisión), saqueos en tiempos de guerra (hasta cinco años). Poco después de aprobarse las enmiendas se informó de que el presidente se dirigiría a la nación en breve.
Luego le siguieron horas y horas de espera de ese dichoso discurso, que se aplaza, que en unas horas, hasta que finalmente decidieron emitirlo "cuando se despierte el Oriente Lejano". Es decir. por la mañana nuestra. igual que el anuncio del inicio de la "operación especial" se produjo por la madrugada.
¿Por qué cuento todos estos antecedentes? Porque el tema de los referéndums es muy importante. Podemos dar por sentado cómo serán los resultados de esos referendos y que la Duma Estatal, luego de ver esos resultados, votará a favor de integrar –anexionar– esos territorios a Rusia.
Podemos dar por sentado que el presidente firmará un decreto sobre su integración. Está clarísimo que ni Ucrania, ni la comunidad internacional (incluso los que intentan mantener una postura más neutral respecto a esta guerra, como China, la India o la mayoría de los países de Latinoamérica) reconocerán esos territorios como rusos sino que los considerarán territorios ocupados.
Pero como esos territorios Moscú los considerará propios, independientemente de la opinión del mundo entero, se convertirá automáticamente en una operación defensiva para proteger las fronteras de Rusia.
Ya no se tratará de la defensa de los rusos en el Dombás sino de la defensa de las fronteras naturales de Rusi. Que me están atacando ellos, pues yo me defiendo. Claro, una operación defensiva en unos territorios que fijé como míos por ley, pues me da un margen de respuesta mucho más amplio. Putin ha estado todos estos meses diciendo que "Rusia aún ni ha empezado nada", que todo es un paseíto. Bueno, deduzco que a partir de ahora insinúan que sí van a empezar de verdad. Empieza el todo vale en esta guerra.
Como ya se ha dicho por aquí, luego de la declaración de Putin, salió a hablar el Ministro de Defensa, Serguei Shoigú y ha dicho que Rusia, en todos estos meses ha perdido a 5.937 militares. Al contrario que Ucrania que, según sus cálculos, perdió la mitad de su ejército activo. Todas esas cifras hay que tomarlas con pinzas, pero esta concretamente, hay que tomarla con una grúa. Si Moscú ha perdido menos de seis mil hombres y Kiev diez veces más, ¿por qué se anuncia una movilización parcial?.
Esta cifra, al igual que el anuncio de "reagrupación de tropas" de hace dos semanas impactó hasta a aquellos que apoyan la guerra. El corresponsal de guerra, Semion Pegov, absolutamente afín a la política estatal referente a Ucrania aseguró que si Shoigú tenía 5.937 muertos, ellos seguro tienen más. Es una persona que está en la zona de guerra desde antes de que empezara la invasión, así que debe tener una idea más exacta de las pérdidas en las filas del Ejército ruso.
En este sentido se ha hecho viral la semana pasada un vídeo grabado en una cárcel en el que aparece un hombre muy parecido a Evgueny Prigozhin, oligarca ruso muy cercano al presidente ruso que en medios internacionales a menudo aparece como "cocinero de Putin".
No sabemos si le sigue cocinando, pero lo que sí se le atribuye es ser el jefe del grupo Wagner, grupo de contratistas militares, es decir, mercenarios. Pues, en ese video, una persona muy parecida al jefe de Wagner, les cuenta a los presos las condiciones de un contrato militar. Vas allí y si logras volver, no vuelves a la cárcel. La guerra es muy dura, nada que ver con Chechenia, pero yo pongo aviación, lanzacohetes y todo.
Ayer, en vísperas de este anuncio, el número de solicitudes en Google sobre cómo salir de Rusia ha alcanzado su récord. Algunas personas, conocidos míos entre ellos, salieron del país en marzo, precisamente para evitar ir a la guerra. Otros lo van a intentar a hacer ahora, aunque es muy probable que se vaya a complicar. Y no solo por parte de Rusia.
Recordemos que a finales de agosto la UE decidió suspender el acuerdo sobre visados con Rusi y algunos países especialmente implicados en esta guerra, como Letonia, Estonia, Lituania, Polonia decidieron prohibir por completo la entrada de ciudadanos rusos en sus territorios, para proteger a los ucranianos y por motivos de seguridad interna.
La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, decía en aquel momento que "no es correcto que ciudadanos rusos puedan entrar en la zona Schengen". La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, secundando la postura con un "visitar Europa es un privilegio, no un derecho humano".
Para mucha gente tener un visado activo en el pasaporte era una especie de garantía para poder salir del país y escapar de una movilización general. La idea es llegar como turista y una vez aquí ver cómo resuelves tu situación legal. Ahora es imposible. Gracias a los esfuerzos coordinados de Sanna Marin, Kaja Kallas, Josep Borrell...
Todas esas personas que no pudieron salir de Rusia para no ir a la guerra contra Ucrania, porque es un privilegio, acabarán convirtiéndose, en soldados en el frente contra los ucranianos a los que desde aquí se pretende defender, porque es una obligación.
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