Este artículo se publicó hace 3 años.
El negocio del gas natural licuado, (in)esperado fruto de la guerra
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Inna Afinogenova
Madrid-
Lo cierto es que gran parte de la intervención ayer de Sánchez en lo relativo al ámbito internacional fue de un tema que sí que conozco bien y que no falta en ningún debate últimamente: la guerra de Ucrania, de la que tanto se ha hablado también aquí.
En ese sentido, el presidente del Gobierno dedicó su discurso a justificar el apoyo a Ucrania y el envío de armas al país invadido (España está entre los países que más dinero ha invertido en esos envíos, afirmó orgulloso).
Todo esto se defendió apelando a disparates históricos como comparar las situación con la de la Guerra Civil española, algo muy efectista, que no deja de ser también bastante tramposo por razones que hoy no es el día para desgranar.
"Para provocar un daño irreparable a la economía rusa", como el propio Sánchez lleva tiempo asegurando, está trayendo consecuencias para todo el mundo y especialmente para Europa.
Vamos a ver cómo está la situación.
El euro, por ejemplo, está en sus niveles más bajos en dos décadas. Si bien ya se venía depreciando frente al dólar antes de la guerra en Ucrania, por primera vez en 20 años ha alcanzado la paridad frente al dólar. Y según publicaciones especializadas, esto podía haber sido una buena noticia hace unos 7 años, pero actualmente se trata de un arma de doble filo que podría afectar aún más a la economía. Porque la inflación ya está batiendo récords y la caída del euro podría impulsarla aún más.
Cita El Economista los datos del Eurostat: el 50% de las importaciones de la zona euro están denominadas en dólares y esto significa que aunque la depreciación del euro no sea tan fuerte, el impacto en los precios sería importante, sobre todo, en los precios de la energía.
Todo ello en parte es producto de la guerra y en parte por la política de sanciones que termina rebotando en la cara a Europa, cuando se suponía que tenía que afectarle más a Rusia.
En medio de todo esto, el discurso de Sánchez, siguiendo el discurso de Europa impulsado por los intereses de Estados Unidos (y esto no es una paranoia, son datos reales los que dicen que aquí la que más va a perder es Europa), choca un poco con la lógica racional.
Por una parte se gasta mucho dinero en enviarle armas a Ucrania para que alargue la guerra lo más posible, por otra, se le paga a Rusia por sus materias primas a la vez que se le sanciona. Un dinero que, igualmente, podrá usarse para financiar la guerra. La verdad es que sin entrar ya en razonamientos éticos (que solo se usan para algunas guerras y se olvidan para la gran mayoría, eso ya lo sabemos), resulta muy complicado ni tan siquiera vislumbrar a dónde quieren llegar con todo esto.
El caso es que ayer mismo Pedro Sánchez aseguró que España era menos vulnerable que otros países europeos a la dependencia de Rusia. Pero resulta que anteayer salió un boletín estadístico de la energética ENAGAS que ha generado bastante revuelo en medios especializados y en redes sociales.
El caso es que de ese boletín se desprende que en el mes de junio Rusia se ha convertido en el segundo suministrador de gas natural licuado para España superando a Argelia y solo superado por EEUU (otro indicio más sobre quién gana en esta guerra). Según esos datos datos, España ha importado 8.752 gigawatios por hora del GNL ruso lo que representa la cuarta parte de todo el gas importado en junio. Las cifras habituales, según esos mismos boletines, oscilan entre 2.000 y 2.500 gigawatios por hora. Pero este junio ha importado cuatro veces más.
Desde el ministerio para la Transición Ecológica aclaran que ese aumento se debe a acuerdos comerciales previos y que si se analiza el volumen enviado desde enero, Rusia se ubicaría ahí en un cuarto lugar. Pero también hay interpretaciones alternativas de ese aumento (y bastante razonables, visto el panorama).
Escribe El Periódico de la Energía (sí, existe ese medio): "Da la sensación de que se ha aprovechado la ocasión para acelerar algunas compras ya que es bastante probable que Europa sancione también a Rusia en materia de gas y deje de comprarle más este combustible fósil".
Es decir, aprovechan para comprarlo barato ahora que pueden, porque luego habrá que castigar a Rusia. Mientras tanto, el Ministerio de Finanzas de Rusia informó el 5 de julio que los ingresos derivados de las exportaciones del petróleo y el gas en junio han superado a los esperados en un equivalente a 2300 millones de dólares.
Otro dato interesante: EEUU es ahora mismo el primer proveedor de GNL a Europa, España incluida. En los primeros cuatro meses de 2022 exportó el 74% de todo su gas natural a Europa. Antes el promedio anual era de un 34%.
Son estimaciones de la Administración de Información Energética de Estados Unidos. Es decir, el negocio que le ha supuesto a EEUU todo el esfuerzo coordinado de Europa por, en primer lugar, suspender la puesta en marcha el gasoducto Nord Stream Dos (y eso fue antes de la invasión, ojo) y en segundo lugar, que se esté debatiendo desde febrero un embargo energético completo a Rusia.
Obviamente, este GNL de EEUU es más caro, como un 40% más, según datos de GasIndustrial. Y es lo que EEUU buscó mucho antes de la guerra, como se encargó de reiterar en varias ocasiones. Ahora parece fácil ver que el Nord Stream Dos aumentaba la dependencia de Europa con respecto a Rusia y claro… ahora Rusia es la gran amenaza.
Y bueno, al igual que Rusia no quería ser tan dependiente de Europa y ahora pasará a depender más de China, Europa, que no quería depender tanto de Rusia, pues volverá a depender de EEUU más que de cualquier otro país y lo pagará, además, más caro.
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