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Sara Serrano - la base de datos 

El negocio de la guerra

Sara Serrano en La Base
Sara Serrano en La Base.

El compromiso adquirido por Pedro Sánchez con la OTAN en materia de gasto militar ya tiene su primer efecto: El Consejo de Ministros aprobará hoy un crédito para el Ministerio de Defensa de 1.000 millones de euros. Unidas Podemos no está de acuerdo con la medida, pero saldrá adelante igualmente porque se recurrirá al fondo de contingencia, evitando así someterla a votación en el Congreso de los Diputados. 

El PSOE aprovecha además siempre el valle mediático de los meses de verano para aprobar aumentos presupuestarios en el plano militar. Recordemos que, en junio del año pasado, el Gobierno comprometió 3.353 millones de euros para la modernización del Ejército del Aire con empresas como Airbus. Con este movimiento, el PSOE endeudó a Defensa hasta 2040. 

Oficialmente, esta medida busca cumplir con el objetivo marcado por la OTAN de aumentar el gasto militar hasta alcanzar el 2% del PIB. El compromiso de Pedro Sánchez pasa por duplicar la partida de Defensa pasando de los 13.000 millones de euros actuales a los 26.000 millones en los próximos siete años. Esto implica una subida anual de unos 2.000 millones de euros. 

El PSOE, vía su portavoz, Felipe Sicilia, ha justificado el aumento del presupuesto del Ministerio de Defensa diciendo que reforzando la seguridad se refuerza la paz. 

La Ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, se ha desmarcado de la posición del PSOE y ha señalado que gastarse el dinero en armas no forma parte de los presupuestos del Gobierno. 

Por su parte, la Ministra de Defensa Margarita Robles, ha instado a Ione Belarra a que pregunte a Yolanda Díaz por cómo afectaría a la construcción de fragatas en Ferrol -de donde es Yolanda- que no se aumentase el gasto militar. 

 "Los 1.000 millones de euros de crédito no tienen nada que ver con Navantia Ferrol ni con Navantia Cádiz". Esto es lo que le respondió Díaz.

Vamos a dar algunos datos sobre la industria armamentística de nuestro país.  La conclusión del informe del Centre Delás sobre las exportaciones de armas españolas es claro: año tras año las exportaciones de material militar español se incrementan.

En el primer semestre de 2021 se autorizó la exportación por valor de más de 4.500 millones de euros y se exportó material militar por valor de cerca de 1.600 millones. Esto supone un 37% más que en 2020. España se sitúa así en el noveno puesto del ranking de países que más armas y material de defensa exportan. 

El producto estrella son los aviones militares, que suponen el 70% de las ventas. Les siguen los barcos militares, como fragatas y portaviones; los vehículos terrestres pesados y ligeros; electrónica y tecnología; y material espacial y armamento. 

Según detalla el Centre Delás, el destino principal de las exportaciones de material militar, con un un 45%, son los países de la Unión Europea. Pero lo que más preocupa son los destinos de armas a países en conflicto de Oriente Medio y Asia. Un 6% del total de las exportaciones realizadas ha tenido como destino Oriente Medio. Los principales destinos han sido Arabia Saudí (a la que se ha vendido municiones de artillería) Egipto y Omán (países a los que se ha hecho llegar 65 vehículos no blindados). 

Otro 3,5% de las exportaciones de armamento español tuvieron como destino Asia. Las más relevantes a Pakistán, Malasia y Singapur. Tal y como señala el Centre Delás, estas exportaciones son preocupantes en tanto que la región se está convirtiendo en el centro geopolítico mundial, y porque también es la que más se está militarizando, por lo que aumenta la probabilidad de que en un futuro acoja algún conflicto armado. 

También destaca la exportación de material de caza, rifles y cartuchos, por valor de 45,1 millones de euros a países como Ghana. Otra cuestión interesante recogida en el informe es que la Junta Interministerial de Material de Defensa y Doble Uso concedió cerca de 1.200 licencias de exportación de material militar y no denegó ninguna petición. 

Aquí está el meollo de la cuestión y esto daría para varios programas. Vamos a centrarnos sólo en tres ejemplos que creo que ilustran bien los negocios opacos de la industria militar. El primero fue desvelado en exclusiva por Carlos Enrique Bayo en el diario Público que señala al rey emérito como comisionista en el tráfico de armas. Según estas informaciones, Juan Carlos I, fraguó su fortuna llevándose un porcentaje en la venta de armas a países árabes junto al que fuera su administrador privado, Colón de Carvajal y al traficante de armas saudí Adnán Khashoggi. 

En segundo lugar, hay que fijarse en la que ha sido una de las empresas beneficiarias de los avales del Gobierno para la venta de armas. Se trata de Explosivos Alaveses SA, Expal. Una empresa que forma parte del gigante de la industria armamentística en España Maxam y que sólo en 2018 vendió más de 250 millones de euros en explosivos y municiones.

En la hoja de servicios de Expal figura ser uno de los grandes fabricantes de minas antipersona y de bombas de racimo, un tipo de explosivos prohibido por una ley internacional de 2010. Pues bien, a pesar de eso, el ejército británico utilizó bombas de racimo fabricadas por Expal en la guerra de Libia de 2011. ¿Adivinan quien está sentado en el consejo de la empresa?

Pues uno de los ideólogos de Vox y una figura clave en las relaciones del partido con el mundo neocon estadounidense, Rafael Bardají. Bardají fue, además asesor ejecutivo del Ministerio de Defensa durante el Gobierno de José María Aznar y la guerra de Irak

El último ejemplo tiene que ver con el que fuera Ministro de Defensa durante el gobierno de Mariano Rajoy, Pedro Morenés. Morenés, además de una dilatada carrera en la industria militar, que ha pasado por empresas como MBDA, dedicada a la fabricación de misiles; o Instalaza, comercializadora de bombas de racimo, proviene de una familia de aristócratas y mantenía una excelente relación con la Casa Real, y en concreto, con Juan Carlos I.

Esas buenas relaciones se materializaron en los viajes oficiales que realizaron ambos a Arabia Saudí para negociar jugosos contratos armamentísticos. Otro ejemplo es el viaje que realizó Morenés, junto al entonces Príncipe Felipe, a Riad para negociar la venta de vehículos blindados a la dictadura saudí.

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