¿Qué obligaciones tiene España por formar parte de la OTAN?

La guerra de Rusia en Ucrania ha contribuido a señalar el papel de la OTAN en el ámbito internacional. La organización se ha desmarcado de participar directamente en la guerra porque el país invadido no forma parte de la Alianza. Sin embargo, sí está jugando un papel muy activo en un nuevo escenario en el que se están reconfigurando las relaciones entre países.

La entidad quiere mantener un fuerte protagonismo internacional en las cuestiones militares y de defensa, por lo que ha instado a los países miembros a fortalecer sus índices presupuestarios en este campo y que inviertan un 2% de su PIB en defensa. Algo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha manifestado y que quiere llevar a cabo esta subida en el presupuesto militar. 

La parte socialista del Gobierno ha sido contundente a la hora de expresar su apoyo a la OTAN y de cooperar con ella para paliar las consecuencias de la guerra. De hecho, España mantiene una serie de obligaciones tras incorporarse a la estructura militar en 1999. Entre ellas, albergar bases de la organización.

Bases en España

España posee el Centro de Operaciones Aéreas de la OTAN de Torrejón de Ardoz (CAOC-TJ), que está destinado a controlar y vigilar el espacio aéreo de la mitad sur de Europa. También ha cedido a la organización instalaciones militares, como el Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad en Bétera (Valencia) o el Cuartel General Marítimo de Alta Disponibilidad HRF(M) en Rota (Cádiz). 

En España está la sede del Centro de Excelencia contra Artefactos Explosivos Improvisados (C-IED). Este organismo se localiza en Hoyo de Manzanares (Madrid). Asimismo, alberga la sede del Programa de Liderazgo Táctico (TLP) de las tripulaciones aliadas de aviones de caza, cuya sede está en Albacete. Por otra parte, la Base Naval de Rota contribuye a fortalecer el Sistema de Defensa contra Misiles Balísticos de la OTAN. 

Misiones en el extranejo

El Estado español participa en misiones de la OTAN en el extranjero y aporta medios militares. De hecho, tiene desplegadas fuerzas en Letonia, en el batallón multinacional que lidera Canadá; en Turquía, donde ha extendido una batería antiaérea "Patriot" con el objetivo de "defender a este país de posibles ataque procedentes de Siria", según recoge el Ministerio de Asuntos Exteriores. También contribuye y apoya en las operaciones de la OTAN en el Báltico, concretamente en Lituania y Estonia. 

Del mismo modo, España lleva a cabo en Irak actividades de entrenamiento de las Fuerzas Armadas de ese país. En el mediterráneo participan en las actividades Sea Guardian, cuyo objetivo es luchar contra el terrorismo, además de conocer el entorno marítimo y construir unidades regionales para la seguridad marítima. 

La integración de España en la OTAN buscó garantizar su seguridad ante posibles ataques e interferencias externas. El organismo se crea en medio de la Guerra Fría y el escenario internacional se ha vuelto aún más incierto. La entidad posee el artículo cinco, un mecanismo que indica que "las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas". Por lo tanto, más allá de las misiones y el papel que mantenga España en la OTAN, si un Estado miembro es atacado, militares españoles deberían acudir para hacer frente a la amenaza.