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PNV y PSE cerrarán un nuevo acuerdo al margen de lo que ocurra en Navarra

Ambas formaciones consolidarán su pacto en un amplio número de ayuntamientos vascos. Lo harán independientemente de lo que suceda en la comunidad vecina, donde una abstención del PSN facilitaría el regreso de la derecha.

El lehendakari Iñigo Urkullu y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en una imagen de archivo. | EFE

En Euskadi no es tiempo de sorpresas. Tal como se preveía, PNV y PSE volverán a cerrar un acuerdo que les permitirá –sobre todo a los nacionalistas- gobernar con tranquilidad en un amplio número de ayuntamientos vascos. Se reeditará así la apuesta que ambos partidos hicieron hace cuatro años y que, según se constató en las urnas, ha dado buenos resultados.

El primero en mover ficha ha sido el PNV. En una larga reunión celebrada este lunes, la Ejecutiva de la formación que lideran Andoni Ortuzar e Iñigo Urkullu ha decidido dirigirse única y exclusivamente al PSE “para explorar las posibilidades de alcanzar un acuerdo que propicie la gobernabilidad de las instituciones municipales y forales de la Comunidad Autónoma Vasca”.

Fuentes de la dirección nacionalista indicaron que no habrá contactos con otras formaciones políticas, “toda vez que estas ya han descartado cualquier vía de acuerdo”. En tal sentido, lamentaron “las manifestaciones de los líderes de EH Bildu y de Podemos, que de forma pública y reiterada han expresado su voluntad decidida y obsesiva de sumar sus fuerzas en todos aquellos ayuntamientos que les sea posible con el único propósito de desalojar al PNV”.

El PSE no se va a quedar atrás. Una vez que se consiga cerrar el acuerdo los nacionalistas, la dirección socialista deberá someter ese texto a consideración de las bases, tal como marca la normativa interna del partido. En un principio se manejó que las votaciones serían entre el lunes 10 y viernes 14, aunque fuentes del PSE señalaron a Público que aún no está el calendario cerrado.

Lo cierto es que para el sábado 15, día en el que se constituirán los ayuntamientos, tanto el PNV como el PSE deberán tener completamente cerrado hasta el más mínimo detalle de su nuevo acuerdo. Entre otras cosas, deberá definirse en qué ciudades alcanzarán pactos de coalición y en qué otras habrá otras formas de colaboración. Además de controlar un amplio número de localidades vascas, la suma de votos nacionalistas y socialistas les permitirá arrebatar a EH Bildu las alcaldías de ocho municipios en los que ha ganado la coalición abertzale.

Incertidumbre en Navarra

Justo dos días después de la conformación de los nuevos ayuntamientos, las miradas se centrarán casi exclusivamente en el Parlamento de Navarra, donde estos días también hay movimientos incesantes, teléfonos que arden y pactómetros encendidos: el Partido Socialista de Navarra (PSN) debe decidir si finalmente apuesta por tratar de conseguir la investidura de María Chivite, aunque para ello necesita, sí o sí, la abstención de EH Bildu.

Entonces aparecen una serie de complicaciones cruzadas. Por un lado, el PSOE insiste desde Madrid que se mantienen las líneas rojas a la coalición independentista. Este lunes, Citando fuentes de la dirección socialista, El Confidencial primero y Cadena Ser después informaron que Ferraz se ha desmarcado de la ronda de contactos que iniciará Chivite este miércoles, a pesar de que en el listado de reuniones no aparece EH Bildu. De hecho, la líder del PSN sólo prevé hablar con Geroa Bai –coalición a la que pertenece la actual presidenta Uxue Barkos, y en la que está integrada el PNV-, Podemos e Izquierda-Ezkerra.

Si el PSN no consigue gobernar, podría lograrlo Navarra Suma, nombre bajo el que acudieron a las urnas PP, UPN y Ciudadanos. El tripartito de derechas –con 20 representantes en esta nueva legislatura- quiere llevar a Javier Esparza a la presidencia de la Comunidad Foral, pero para ello necesitaría que el grupo parlamentario socialista –conformado por 11 escaños- se abstuviese, algo que Chivite ha dicho en infinidad de ocasiones que no hará.

Ahí llega el veto número dos. Joseba Egibar, líder del PNV en Gipuzkoa, afirmó directamente que esa posibilidad pondría incluso en riesgo el apoyo de los nacionalistas a la investidura de Pedro Sánchez y limitaría el acuerdo con el PSE. “Si no hay acuerdo en Madrid y si, por ejemplo, el PSN se alinea en Navarra con la derecha, ¿de qué diantres vamos a hablar con los socialistas en la Comunidad Autónoma Vasca?”, se preguntó la semana pasada en Euskadi Irratia.

Este lunes, la dirección del PNV ha sido bastante más cauta en torno a este asunto. “En el ámbito de las negociaciones para la conformación de las instituciones de la Comunidad Foral de Navarra, el EBB deposita plenamente su confianza en las gestiones y decisiones que adopte el Napar Buru Batzar (órgano de dirección del PNV a nivel de esa comunidad, que se reunirá este martes) y en el seno de Geroa Bai, la coalición en la que concurrimos a las pasadas elecciones”, apuntaron desde el órgano de dirección nacionalista.

El veto de Alfonso Alonso

Quien ha puesto el último veto es Alfonso Alonso, presidente del PP en Euskadi. Justo 72 horas después de haber iniciado un aparente acercamiento al Gobierno de Urkullu en el Parlamento Vasco, el líder de los conservadores afirmó que si el PNV –léase Geroa Bai- participa en cualquier tipo de operación dirigida a “desbancar a Navarra Suma”, habrá “consecuencias” en Vitoria.

No será posible la colaboración con el PNV si forma una alternativa con Bildu en Navarra y si se embarca en el camino soberanista en el País Vasco para arrastrarnos a la dinámica de Cataluña”, remarcó Alonso. “Si vienes por el camino de las reformas puedes tener apoyos y podemos negociar, pero es evidente que el límite de mi partido es muy claro: aventuras en Navarra y aventuras soberanistas imposibilitan la colaboración con el PP”, sentenció.

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