Este artículo se publicó hace 4 años.
AlmeidaEl politiqueo tras el hambre de Madrid
Repaso cronológico al conflicto entre las asociaciones contra el hambre en la capital de España y el alcalde José Luis Martínez-Almeida.
Madrid-
Caritas esta semana ha vuelto a encender las alarmas del hambre en la capital del reino; dice que aumentan las peticiones de alimentos.
El alcalde de Madrid, en una entrevista en Telemadrid, afirmó este miércoles que en las juntas de distrito se atiende ya a todos los hambrientos; sin embargo, el presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid, Quique Villalobos, en conversación con Público, lo desmiente, como el propio anuncio de la ONG de la Iglesia Católica.
El asunto merece un repaso cronológico de la gestión del tema.
Reparto de comida durante el confinamiento y hasta hoy
En el confinamiento severo del 14 de marzo al 21 de junio, las despensas solidarias y los bancos de alimentos de barrio alimentaron a más de 45.000 madrileños; los servicios sociales a 88.000, nada más y nada menos. 76 redes vecinales, 63 en la capital, aumentaron de 37 a 62 sus despensas solidarias.
El Banco de Alimentos, una entidad sin ánimo de lucro relacionada con la Iglesia, atendido, sobre todo, por personas mayores voluntarias, no dio la talla en los momentos más difíciles de la pandemia, porque los que lo hacen posible eran y son de riesgo. Entonces, el asociacionismo de barrio estuvo al quite y atendió al problema.
Hoy se mantienen 34 despensas, según Quique Villalobos, el Presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid. "La falta de voluntariado, que volvió al trabajo tras los ERTE, y la falta de donaciones", hacen mella en estos momentos en estos monumentos al civismo, nos cuenta; o, dicho de otra manera, el cansancio y la crisis también pesan sobre los más solidarios.
Reacción del ayuntamiento
"No vamos a permitir que se reparta comida en las calles, como en Venezuela"
El 23 de junio esta federación se reunió con el alcalde, José Luis Martínez Almeida. Quique Villalobos, presidente de la misma, reconoce que el alcalde consiguió que en 4 juntas de distrito, de las 21 que hay, se hiciera caso al problema, aunque en unas más que en otras, y se atendieran las peticiones de alimentos y de productos de primera necesidad. En concreto, en Latina, Puente de Vallecas, Villaverde y Arganzuela. En otras, como en Fuencarral, se les ha llegado a prohibir actividades "porque no vamos a permitir que se reparta comida en las calles, como en Venezuela". Además, el compromiso de una Mesa Social de la Ciudad, anunciado por José Aniorte, el delegado de familia, el 15 de abril, sigue siendo una entelequia y las Tarjetas Familia, aprobadas en Los Acuerdos de la Villa en julio, tres meses después, continúan siendo solo una promesa.
Estas tarjetas que prometían repartir 27 millones de euros en alimentos y productos de primera necesidad entre más de 27.000 familias, con ayudas mensuales de 150 euros por persona, autogestionables, hasta el 31 de marzo de 2021, todavía no han dado nada a nadie. Esta semana el alcalde declaró que están gestionando 1.000 solicitudes pero que solo son para "homogeneizar" la ayuda que las juntas de distrito ya están dando a todo el que las solicita. Reiteró que no deben ser las asociaciones las que se encarguen de alimentar a los necesitados, que es responsabilidad del ayuntamiento y que, para poder hacerlo, solo necesita que les den sus nombres.
A esto, Quique Villalobos, contesta enfadado: "¡Pero si la Red de apoyo de Bellas Vistas en Tetuán les dio una lista con 350 nombres y no han atendido a ninguno!".
Quique Villalobos: "¿Quién aguanta tres meses esperando para que te den comida?
Además el alcalde, que no es tonto, se lo hace cuando obvia que hay mucha necesidad entre quienes tienen miedo o vergüenza de identificarse ante las instituciones. Porque, ¿quiénes piden ayuda en esas despensas solidarias de barrio? Básicamente, migrantes irregulares y receptores de la RMI, la Renta Mínima de Inserción de 400 euros. A los primeras, servicios sociales no los atiende y a los segundos tampoco. Un receptor de RMI no puede recibir ninguna otra ayuda, aunque la que tienen es obviamente insuficiente. Antes de la pandemia, se suponía que completaban su renta en los mercadillos o con la chatarra; durante el confinamiento nada de eso era posible y todavía hoy lo es muy poco.
El alcalde saca pecho con el refuerzo a los servicios sociales, en particular del sur, pero Quique Villalobos le recuerda que se siguen dando las citas con asuntos sociales para dentro de tres meses. "¿Quién aguanta tres meses esperando para que te den comida?", se pregunta.
Más información sobre las Tarjetas Familia que no llegan
Las Tarjetas Familia se idearon como ayudas directas rápidas, para aquellos a la espera del Ingreso Mínimo Vital (IMV), que está tardando más de lo esperado en gestionarse. Los retrasos de este ingreso, en Madrid, no se están solucionando con una presunta solución rápida que está resultando también muy lenta. Además, estas Tarjetas Familia son incompatibles con cualquier otra ayuda, ya sea el IMV o la RMI. Almeida declaró sobre esto: "Cuando uno recibe 500, 600, 700 euros por el ingreso mínimo vital no podemos decir que eso cubra todas las necesidades en la vida ordinaria (luz, agua, alquiler...)" y se comprometió a estudiar la compatibilidad con estas ayudas, el día de las presentaciones y las fotos.
Las ayudas se empezaron a solicitar el 1 de septiembre y de sus estudios sobre la compatibilidad con otras ayudas sabemos tan poco como de porqué tardan tanto en conceder unas ayudas urgentes con fecha de caducidad.
¿Guerra de Cibeles al asociacionismo vecinal?
Quique Villalobos no quiere llamarlo así pero cuenta hechos incomprensibles que generan preguntas sin respuesta o con respuesta muy fea: ¿Por qué a las asociaciones de centro que durante el confinamiento dieron de comer a tanta gente no se les quiso ceder ningún local, ni para las despensas solidarias? ¿Por qué ese discurso que se jacta de estar dando cobertura a todos los necesitados, sin hacerlo, que lo único que consigue es desalentar las donaciones a las asociaciones que se encargan de los que ellos no se hacen cargo? ¿Por qué las asociaciones de vecinos, que son el eslabón básico de una sociedad civil sana, no pueden conseguir exenciones fiscales de las tasas de basura o del IBI, como se conceden a otros? Por no hablar de locales ni de ayudas económicas.
¿Será que al PP de Almeida le da miedo que Vox le acuse de alimentar "chiringuitos" o de dar de comer a los irregulares? ¿O será que hace politiqueo con los hambrientos, como hacen en los países populistas que tanto critican?
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