Hoy querría empezar dando una serie de datos inequívocos sobre fiscalidad: España está muy lejos en términos de justicia fiscal, del resto de países de la Unión Europea. La brecha de recaudación con respecto de la Eurozona se sitúa en un 7,4% del PIB. De hecho, si nuestro país recaudase con la eficacia con la que recaudan los países europeos, España tendría aproximadamente 87.000 millones de euros extra cada año.

El fraude fiscal en España es un 65% mayor que la media europea. Se evaden 31.800 millones de euros de más. Y en contra de lo que nos cuentan, esta evasión no proviene precisamente de los pequeños contribuyentes. El 72% del fraude fiscal que se produce en nuestro país lo llevan a cabo las grandes empresas y las grandes fortunas.

Vayamos ahora a la propuesta de Podemos para corregir esta anomalía española en términos de fiscalidad. La propuesta de ley de Unidas Podemos, (rechazada por el PSOE), proponía gravar a las fortunas de más de 10 millones de euros. Por contextualizar, según la última estadística disponible, hay menos de 8.000 declarantes del Impuesto de Patrimonio con más de seis millones de euros.

Para que nos hagamos una idea de lo que supone tener 10 millones de euros, una persona que cobre el salario mínimo, debería trabajar 714 años para reunir esa cantidad.

Además, los ricos son cada vez más ricos y esto no se está traduciendo en una mayor contribución fiscal. En los últimos 15 años, el patrimonio de los declarantes del Impuesto de Patrimonio ha aumentado un 36%, pero la recaudación del impuesto no ha aumentado de la misma manera.

El impuesto que propone Podemos busca además que no sea bonificable por las Comunidades Autónomas. Esto se hace para evitar que regiones como Madrid sigan siendo un paraíso fiscal para las grandes fortunas. En Madrid, Ayuso perdona cada año 1.000 millones de euros a los 20.000 madrileños y madrileñas con mayor patrimonio.

La primera consecuencia de un modelo fiscal injusto es el crecimiento de la desigualdad: Esto se traduce en que el 10% más rico de España concentra más de la mitad de toda la riqueza del país. Y por otro lado se traduce en una infra-financiación de servicios públicos como la educación, la sanidad o la atención a la dependencia.

Y ahora vayamos con la postura del PSOE en materia fiscal en los últimos tiempos. Una postura bastante contradictoria, por cierto. 

Alfredo Pérez Rubalcaba durante la campaña de las elecciones generales de 2011, en las que se enfrentó a Mariano Rajoy, defendía "el impuesto a las grandes fortunas". De hecho, Pedro Sánchez, que iba en el puesto 11 de la lista de Rubalcaba, puso el siguiente tuit: "Rajoy a la derecha de la derecha europea. Rubalcaba propone un impuesto sobre grandes fortunas como Sarkozy. Rajoy se opone".

Como hemos visto con otros temas, (como la relación de España con la OTAN o la postura respecto al Sahara), la coherencia no es un valor político del PSOE. De hecho, cuando Pablo Iglesias ocupaba la vicepresidencia del Gobierno, Unidas Podemos propuso subir los impuestos a las grandes fortunas y el PSOE lo desautorizó.

Más adelante, en abril de 2021, el debate sobre subir los impuestos a los más ricos volvió a estar sobre la mesa, sin embargo, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, se negó argumentando que "no era el momento".

Y ayer, el PSOE (junto al de PP, Vox, Cs, PNV y PDECat), volvía a rechazar la propuesta de Unidas Podemos de subir los impuestos a las grandes fortunas. La razón que han esgrimido (una vez más) desde el PSOE es que no es el momento de subir los impuestos a las grandes fortunas debido a la situación actual de la crisis.

Pero aquí no acaban las contradicciones del partido socialista en materia de fiscalidad. Si a nivel estatal, el PSOE defendía la justicia fiscal en campaña electoral, para luego impedir cualquier reforma cuando ha llegado al Gobierno, en el caso de Madrid ha ocurrido exactamente lo opuesto. Durante las elecciones autonómicas de Madrid de 2021, (con una campaña muy derechizada por la presencia de Ayuso), la postura del PSOE fue distinta, y el candidato Ángel Gabilondo, llegó a prometer que no tocaría los impuestos si llegaba a gobernar. 

Pues bien, hace sólo unos días, el PSOE de la Comunidad de Madrid, se desmarcó de lo que dijo Gabilondo en campaña y propuso un impuesto de patrimonio a las fortunas de más de 1,5 millones de euros.

Analizar esto es interesante para entender cómo el PSOE modula su discurso en función de dos parámetros: Uno, si está en campaña electoral o no y dos, si está en el gobierno o en la oposición. En función de los valores que tomen los parámetros uno y dos, las propuestas en fiscalidad del PSOE varían.