PSOE y Junts reconfiguran su relación con la vista puesta en el techo de gasto
Tanto los socialistas como los de Carles Puigdemont emiten señales de acercamiento y deslizan que existe la aspiración real de entenderse en la negociación de la senda de déficit.
Madrid-
Primero, techo de gasto y senda de déficit. Luego, ya veremos. No es habitual, pero en estos momentos coinciden las fuentes consultadas del Partido Socialista (PSOE) y las de Junts per Catalunya. Los dos desvinculan las negociaciones de los objetivos de estabilidad de la de los Presupuestos y también los dos se han abierto ―no sin matices― a acercar sus posturas, en principio muy enfrentadas, sobre la senda de déficit. Es un cambio drástico. Si bien nunca se han roto las relaciones y siempre se ha mantenido una vía de diálogo; ahora hay interés, a juzgar por lo que trasladan unos y otros, en entenderse.
Es una sutil diferencia. Fuentes de Junts confirman que, desde que se acordaron las reuniones mensuales entre Carles Puigdemont y el PSOE, no se ha fallado ningún mes. Por tanto, nunca se ha podido hablar de unas relaciones rotas. Pero lo cierto es que hace pocos días la posición del Gobierno en cuanto a la senda de déficit era drástica: no cambiar una coma y Junts, por su parte, insistía una y otra vez en que en ningún caso votarían a favor de la misma senda de déficit que ya tumbaron en julio. Esa distancia terminó con el Ejecutivo retirando el debate y votación de la senda del orden del día del pleno de este jueves. Había diferencias y ninguna sensación de que se pudieran resolver.
Ahora, la música es muy distinta. Los posconvergentes valoraron muy positivamente el movimiento del PSOE al retirar la senda de déficit y también reciben bien los ecos que llegan de Ferraz. Fuentes socialistas no se niegan, en estos momentos, a modificar de alguna manera la senda. Y la respuesta del partido que lidera en Madrid Míriam Nogueras es positiva. Algo ha cambiado.
Los dos partidos aseguran, eso sí, que todo lo que está encima de la mesa ahora mismo es la senda de déficit. De primeras, Junts quiere que se aumente mucho el porcentaje para las comunidades autónomas. Quiere, de partida, un tercio del margen de déficit. Sin embargo, no es una idea inamovible. En Junts aceptan que cada uno tiene una postura. "Ellos tienen la suya y nosotros la nuestra; toca negociar". En el Gobierno están abiertos, aunque hasta un punto. Negociar, sí, pero "un tercio, no".
Es una evidencia que un mundo separa las sensibilidades socialistas y posconvergentes, pero ambos quieren negociar los objetivos de estabilidad porque tienen incentivos. Para el Gobierno, sería un síntoma de normalización de la legislatura y de fortaleza negociadora sacar adelante la antesala de los Presupuestos y Junts podría vender a su parroquia que ha llevado al Ejecutivo al límite para conseguir un buen negocio para Catalunya.
Los posconvergentes tienen la sensación, tal y como deslizan en privado, de que el PSOE ha entendido cuál es el "terreno de juego" de la legislatura. Se refieren a que sus movimientos en el Congreso ―voto en contra a los alquileres de temporada o a la ley de extranjería― y sus constantes avisos de que no transigirían con un techo de gasto que no les interesara habrían hecho entender al Gobierno que "tienen que negociar con nosotros hasta el último punto".
La senda, antes del congreso de Junts
En Junts no hablan, en cambio, de fechas. De hecho, señalan que es el Gobierno quien tiene la "responsabilidad" y, por tanto, quien tiene que marcar los tiempos de la negociación. En Moncloa dicen que su intención es llevar una propuesta de senda de déficit, previa negociación con los distintos grupos, antes del congreso de Junts, que se celebra a finales de octubre. Lo harán tanto si las negociaciones llegan a buen puerto, como si no.
"La presentaremos en unas semanas tanto si tiene previsión de salir, como si no", deslizan. Entre otras cosas, argumentan que hay prisa porque "los Ayuntamientos lo necesitan". La negociación de los Presupuestos será otra cosa. Igual que Junts trata ambas cosas por separado, también lo hace el PSOE. "Negociamos medida a medida". Además, tanto unos como otros insisten en que no hay otras cuestiones que intervengan en la negociación, algo que no se creen en otros grupos parlamentarios de la mayoría de investidura, que deslizan que la negociación económica podría ser una pantalla para ocultar otro tipo de contrapartidas. Un ejemplo podría ser ya la activación de las comisiones de Operación Cataluña y los atentados terroristas del 17-A.
No es un mal escenario para encarar el parón de próxima semana (del 30 de septiembre al 4 de octubre), cuando no hay pleno. PSOE y Junts no tendrán que enfrentarse por otros temas en el Congreso y eso puede favorecer la continuidad de esa voluntad negociadora de unos y otros. La senda de déficit sigue muy cuesta arriba, pero las dos partes más distanciadas de esa mayoría necesaria para sacarla adelante transmiten mejores sensaciones y, sobre todo, declaran su voluntad de allanar el camino. No obstante, en esta legislatura, eso no es garantía de nada. Falta mucho por recorrer.
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