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Rajoy dedica solo un par de minutos a hablar de corrupción y afirma que "hoy se persigue más que nunca"

La "única" alternativa

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El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (c), a su llegada al hemiciclo del Congreso de los Diputados esta tarde para la primera jornada del debate de investidura al que se someterá. EFE/Juan Carlos Hidalgo

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MADRID.- Apenas un par de minutos. Eso es lo que ha durado la alusión de Mariano Rajoy a la corrupción. Una cantidad ínfima dentro de la hora y veinte minutos que duró su discurso de apertura del debate de investidura al que se somete esta semana en el Congreso de los Diputados. 

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Lo mismo ocurrió cuando el todavía presidente del Gobierno en funciones puso encima de la tribuna de la Cámara baja sus propuestas de pactos de Estado por la Educación, contra la Violencia de Género, por la financiación autonómica, la sostenibilidad de las pensiones, contra el terrorismo yihadista o contra el desafío soberanista de Catalunya. 

La "única" alternativa

De otro lado, Rajoy utilizó también el pacto alcanzado entre populares y Ciudadanos y Coalición Canaria -juntos suman 170 escaños- para seguir ejerciendo presión sobre el líder de los socialistas, Pedro Sánchez. Así, volvió a calificar ese acuerdo como "abierto" y dispuesto a recoger más consensos con el fin, dijo, de dar a España el "Gobierno estable, duradero, sólido y tranquilizador, no sometido a vaivenes" que necesita "con urgencia". 

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El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, se dispone a abandonar el estrado tras pronunciar su discurso de investidura, esta tarde en el Congreso de los Diputados. EFE/Juan Carlos Hidalgo

Una vez más, volvió a responsabilizar al PSOE del bloqueo actual y le pidió que, si quieren ser oposición, permita que haya Gobierno. "Estamos ante una responsabilidad compartida ante la que nadie debe mostrarse indiferente. Salvo que alguien exprese lo contrario, todos deseamos evitar terceras elecciones. ¿O es que alguien está pensando en convocar nuevamente a los españoles a las urnas?", acusó Rajoy a Sánchez entre los abucheos de la Cámara que frenó Ana Pastor con su única petición de silencio.

También se presentó como la única opción de Gobierno viable. "No existe una alternativa que atienda a los intereses de los españoles y esté en condiciones de intervenir inmediatamente. Si existiera sería para conformar un Gobierno de mil colores, radical e ineficaz, hipotecado por las exigencias de partidos cuyo objetivo es desafiar a nuestras instituciones y romper unidad territorial", argumentó.

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Sin embargo, su discurso no convenció. No hizo ninguna concesión a sus oponentes y se centró en exponer las bondades alcanzadas por su mayoría absoluta (evitar el rescate, lograr crecimiento y empleo y destinar, dijo, 63 de cada 100 euros a políticas sociales) y alertar de los desafíos que amenazan al país: desde las posibles sanciones si no se aprueban los Presupuestos a tiempo y se incumple con Europa a los riesgos del Bréxit británico, pasando por el terrorismo, el fracaso escolar o la ruptura de la hucha de las pensiones.  

"No existe una alternativa que atienda a los intereses de los españoles. Si existiera, sería para conformar un Gobierno de mil colores, radical e ineficaz", vendió

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Para luchar contra todo ello presumió de sus acuerdos alcanzados con C's y CC e intentó demostrar que ya no está solo recordando también a sus compañeros de filas de Foro Asturias, Partido Aragonés o Unión del Pueblo Navarro. Y vendió las medidas recogidas en los citados pactos como futuro programa de Gobierno: más facilidades a los autónomos, avances en la digitalización del país, un pacto nacional por la I+D+i y un plan de choque contra el desempleo, la futura rebaja del IRPF, la aprobación de un Estatuto Docente o el aumento de plazas de la Formación Profesional Dual. 

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