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Reporteros Sin Fronteras: "El caso de Pablo González es insólito y opaco, no hay precedentes en la UE"

'Público' y el Colegio Vasco de Periodistas, en colaboración con la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y con la participación de la vicepresidenta de RSF, han celebrado una mesa redonda sobre el caso del periodista preso en Polonia.

Conferencia en la UPV
Participantes en la conferencia sobre el caso de Pablo González en la Universidad del País Vasco. PÚBLICO

El auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad del País Vasco ha sido escenario este viernes de una conferencia que sus protagonistas hubiesen preferido no tener que realizar jamás. Periodistas, compañeros y familiares de Pablo González, el periodista preso desde hace un año en Polonia, han contado ante una sala llena las distintas aristas de una auténtica injusticia y de un atropello a la libertad de información.

Ante una sala llena, los distintos ponentes han repasado los distintos puntos que han caracterizado esta tremenda historia, que comenzó con los interrogatorios realizados a González por el servicio secreto ucraniano y a familiares del periodista por parte del CNI español. Luego se produjo su detención en Polonia, de la que se está por cumplir un año. Le acusan, sin pruebas, de espiar para Rusia.

"Mis hijos llevan un año entero sin ver a su padre", dijo ante la mirada atenta de los asistentes –entre los que se encontraba un buen número de estudiantes de periodismo– Oihana Goiriena, esposa de Pablo González y presidenta de la asociación #FreePabloGonzalez. También dejó sobre la mesa otro elemento clave: "Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores no hemos tenido ningún contacto. Nadie se ha puesto en contacto con nosotros", subrayó.

El encuentro de este viernes –organizado por Público y el Colegio Vasco de Periodistas, en colaboración con la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)– ha servido precisamente para dejar al desnudo las mentiras y vulneraciones a los derechos humanos y a la libertad de información que rodean este caso.

Carmen Peñafiel, catedrática de la UPV/EHU en la Facultad de Periodismo, fue la primera voz que alertó al auditorio sobre esta "grave violación de principios y valores que la UE debe defender". También lamentó el "silencio" de las autoridades españolas, un elemento que volvería a estar  sobre la mesa a lo largo de la mañana.

"Lo que permitimos que pase con Pablo es triste y decepcionante para un país que alardea y presume de su carácter democrático", resumió Amaia Goikoetxea, presidenta y decana de la Asociación y el Colegio Vasco de Periodistas, quien atribuyó esa "apatía y desinterés" a una "falta de madurez democrática".

"Lo grave es que nos estamos acostumbrando a todo",  dijo Goikoetxea, quien incidió, primero en euskera y luego en castellano, en otro punto que también se repitió a lo largo de cada una de las intervenciones: "Pedimos verdad y justicia para Pablo".

No fue casual que este encuentro se realizara en la UPV/EHU. Pablo González, además de periodista, es alumno de esta universidad, donde realiza una tesis doctoral adscrita al Departamento de Ciencia Política. Jon Azkune y Asier Blas, profesores de Pablo, intervinieron también para denunciar este atropello y reclamar que su alumno, preso en Polonia, vuelva a casa.

Esther Rebollo, directora adjunta de Público, moderó una de las mesas redondas. Lo hizo como representante de este periódico y como una de las profesionales que trataba con González, colaborador de este medio. 

Nacho Calle, jefe de Investigación de Público, estaba sentado a su lado. "Aunque Pablo no hubiese sido compañero este caso igualmente teníamos que seguirlo, porque va con las banderas de nuestro periódico: estamos ante un problema gravísimo de derechos humanos y de libertad de información", afirmó.

Calle repasó las distintas informaciones elaboradas por Público que demuestran las incongruencias y falsedades sobre este caso. Con ese bagaje, el periodista advirtió que se trata de "un ataque directo a la libertad de información y un aviso a navegantes muy peligroso". ¿El motivo? Pablo González "es uno de los periodistas que más sabe del espacio postsoviético en español –explicó Calle–. Silenciar ese tipo de voces para algunos es muy importante".

El periodista de Público avanzó que este medio continuará dando pruebas "sobre cómo Polonia quiere crear un caso donde no lo hay". De aquellos primeros pasos hacia la criminalización del periodista habló también Juan Teixeira, amigo y compañero de González. 

Llegaron entonces los recuerdos de aquella primera llamada del servicio secreto ucraniano ordenando a Pablo que se presentara en Kiev. La guerra que conocemos hoy no había empezado aún, o quizás sí.

"Pablo es un periodista todoterreno. Hoy falta uno de nuestros miembros por hacer su trabajo periodístico en Polonia", apuntó por su parte Jon Kortazar, profesor del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura y compañero de Pablo González en el grupo de investigación Geopolitikaz.

Edith Rodríguez, vicepresidenta de Reporteros Sin Fronteras (RSF), alertó a la sala sobre otro aspecto de suma gravedad: "Pablo es un periodista de un país miembro de la UE preso en otro país de la UE. En RSF no tenemos precedentes de este tipo", apuntó.

La representante de esta organización internacional de periodistas subrayó la "opacidad" que ha caracterizado el procedimiento contra Pablo González "desde un primer momento". Frente a esa situación, RSF se ha dirigido a las autoridades polacas para reclamar que se respete la presunción de inocencia y se libere al periodista.

"Entiendo la soledad que ha sentido Público", dijo Rodríguez en otro tramo de su intervención, aludiendo así a las trabas y dificultades que poco antes había expuesto Calle al relatar el trabajo efectuado por este periódico desde un primer momento para desnudar las "incongruencias" en torno al caso de González.

La presión, confió la vicepresidenta de RSF, "se irá haciendo cada vez más insoportable conforme pase el tiempo. Los que estábamos solos estaremos acompañados", indicó. En cualquier caso, lamentó "ciertos reparos en algunos medios" a la hora de referirse a este asunto. 

"Inacción"

Ruth Ferrero, profesora de Ciencia Política en la Universidad Complutense y experta en el espacio postsoviético, lamentó también la "inacción de las autoridades españolas", al tiempo que advirtió sobre la desarticulación de las democracias liberales frente a "una amenaza constante al estado de derecho".

Le siguió Iker Bizkarguenaga, periodista del diario Gara, que recordó las vulneraciones registradas en el caso de Euskal Herria, donde guardan en la memoria el cierre del diario Egin o las torturas al director de Egunkaria, Martxelo Otamendi. "Es una mochila que viene de lejos", afirmó. 

Por su parte, Ramón Zallo, catedrático de Comunicación Audiovisual en la Universidad del País Vasco, centró su intervención en elementos tales como "el boom de la desinformación", la represión, el abuso de poder informativo, la mentira o la ausencia de normas, distintos y claros desafíos para la buena información.

"Pablo es víctima de una represión. Polonia hoy es un agujero negro en lo relativo a los derechos ciudadanos y la dependencia del Poder Judicial, controlado por un gobierno de ultraderecha", agregó Zallo. 

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