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Rivas y otras 25 'aldeas irreductibles' contra el tratado con Washington

El partido de Podemos y Ganemos en la capital, Ahora Madrid, también propone formular una moción desde el Ayuntamiento para declarar la ciudad un espacio libre de la influencia del TTIP.

Protestas contra el TTIP en Viena, en junio de 2015. REUTERS/Heinz-Peter Bader

MADRID.- Los interrogantes envuelven el tratado que Bruselas y Washington negocian con sigilo, sin perder un minuto y bajo la atenta mirada de las multinacionales. Aún no está claro qué áreas estarán dentro del polémico acuerdo, pero sus detractores ven en el esqueleto del tratado una amenaza para la soberanía de los estados, un arma más del neoliberalismo económico que, de ser ratificado, será de obligado cumplimiento en los veintiocho y en todos los estados federales de EEUU.

En este escenario, ya hay al menos veintiséis aldeas de irreductibles galos en España, centenares en Francia, Austria o Alemania, y la cifra sigue creciendo. Son municipios que, como decía el cómic de Uderzo, están empeñados en “resistir ahora y siempre al invasor”, que en este caso suelta lanza y armadura para vestirse de un acuerdo que según la Comisión Europea será "beneficioso" para ambas partes.

“El tratado es un atentado contra los derechos fundamentales de las personas que habitamos los territorios”, denuncia a Público Sira Rego, concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid. El municipio madrileño en manos de Izquierda Unida está entre la treintena de ciudades y pueblos españoles que han impulsado mociones contra el polémico TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership). En la lista hay municipios como el mismo número de habitantes que la joya de la corona de IU -80.000- como el barcelonés Rubí, pero también hay pueblos de apenas un millar de habitantes que han dado portazo al acuerdo.

Rego (IU): "El PP siempre pone por delante los intereses de las multinacionales, va en su ADN"

“Vivimos del ganado, y el tratado va a permitir que carne que no cumple las normas europeas cruce nuestras fronteras”, asegura Alberto Cañedo, exregidor de Carcaboso, un pequeño pueblo cacereño. “Hemos apostado por la economía local, porque los alimentos se generen cerca, y el tratado es un torpedo a la línea de flotación de esto”, apunta.

Ambos municipios impulsaron esta moción entre finales de 2014 y principios de 2015, como también hicieron en Rubí. Desde el Consistorio del municipio catalán no ocultan que esta medida es fundamentalmente simbólica, algo que también reconocen en Rivas. “Entendemos que el TTIP vulnera cuestiones de vida básica y creemos que hay que operar también en lo simbólico. La medida tiene un carácter político y simbólico, más que rango de ley, pero sirve para sumar conciencias. Estos pequeños actos sirven para posicionarte, para poner una luz roja sobre el problema”, apunta Rego .“Es una declaración de intenciones”, apostilla el exalcalde de Carcaboso , que fue el único que no debió lidiar con el rechazo o la abstinencia del PP para impulsar esta moción.

En Rubí CIU y PP se abstuvieron, en Carcaboso el rechazo a la moción corrió a cuenta del PSOE, y en Rivas quedó en manos de Ciudadanos y del Partido Popular. “El PP la rechazó, es algo que tiene que ver con su ADN”, explica Rego. “Siempre poniendo por delante de los intereses del pueblo los de las multinacionales, pero no nos sorprendió, es su identidad”, zanja la concejala.

La envergadura del acuerdo es importante: previsiblemente afectará a la agricultura, a la industria, al medio ambiente, a los productos químicos.... Por ello, como las 26 irreductibles aldeas españolas, cientos de municipios en toda Europa –la mayoría en manos de gobiernos progresistas- están dando un paso al frente para mostrar su rechazo a un acuerdo que permitirá a las multinacionales demandar a los estados por cifras millonarias, y que incluso podría sentar a las corporaciones en la misma mesa que los gobiernos a la hora de formular nuevas leyes y revistar las normativas ya vigentes. La oposición contra el TTIP sigue creciendo a ambos lados del Atlántico, y mientras fuerzas políticas como Podemos, IU o Equo llaman a la movilización contra el acuerdo, socialdemócratas, liberales y conservadores pelean por impulsar el TTIP en la Eurocámara.

La Campaña contra el TTIP y organizaciones como ATTAC o Ecologistas en Acción han trabajado codo con codo con estos partidos, y este sábado todos ellos se encontrarán en las calles de más de 360 ciudades de 30 países distintos para clamar contra la paralización del tratado transatlántico, pero también para poner el foco sobre otros acuerdos como el polémico CETA, entre Bruselas y Toronto, el "hermano pequeño" del TTIP, que también tendrá una enorme repercusión.

Los partidos, plataformas y movimientos sociales, el exedil de Carcaboso y la concejala de Rivas reconocen que el camino es largo, pero insisten en que están a tiempo de parar el acuerdo. Ese sendero, asegura Rego, empieza con gestos como declararse contrarios al TTIP. “Es una norma que viene de Europa y probablemente se ponga por encima de las leyes nacionales”, reconoce, antes de hacer suya la metáfora de Susan George, una de las caras más conocidas en la lucha contra el TTIP. “Queríamos ser parte de lo que dice George. El Tratado es un vampiro y queremos llevarlo a la luz para que muera”.

Manuela Carmena lo incluye en su programa

Ahora Madrid, el partido de Podemos, Ganemos, Equo y un sector de IU también ha incluido en su programa su decisión de presentar una moción en el Ayuntamiento para declarar Madrid ciudad libre del TTIP. El "partido instrumental" que comanda Manuela Carmena en la capital se une a la corriente impulsada por IU, Podemos y Equo en nuestro país en contra del acuerdo. No quieren una versión descafeinada, un documento maquillado de democracia: exigen la paralización de un tratado que afectará a todos las administraciones, y que una vez ratificado será casi imposible de tumbar, para satisfacción de las corporaciones.

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