La salida de Podemos al Grupo Mixto pone en más aprietos a un Gobierno que tendrá que negociar también con los de Belarra
Hace unos días Moncloa negaba que fuera a negociar de forma directa los Presupuestos con la formación morada. La situación ahora ha cambiado, reconocen en el PSOE.
Madrid-Actualizado a
El nuevo terremoto a la izquierda del PSOE supone una nueva piedra en el zapato para el Gobierno de Pedro Sánchez. La decisión de los cinco diputados de Podemos de abandonar el grupo parlamentario de Sumar en el Congreso y pasar al Grupo Mixto genera una nueva formación política con la que los socialistas deben negociar cada iniciativa parlamentaria.
El partido que lidera Ione Belarra ya venía avisando que actuarían con autonomía política por las tensiones generadas dentro del espacio de Yolanda Díaz. La ruptura se ha consumado definitivamente este martes. PSOE y Sumar tendrán ahora que negociar con Podemos, ERC, Junts, PNV, EH Bildu, BNG y Coalición Canaria para conseguir los apoyos necesarios.
Uno de los primeros asuntos clave que probará la capacidad negociadora del Ejecutivo serán los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Hace unos días fuentes del ala socialista del Gobierno negaban de forma tajante que fueran a negociar las cuentas públicas directamente con Podemos, como esta fuerza reclamaba.
Pero las mismas fuentes reconocen ahora a Público que la situación ha cambiado. La justificación de esta negativa por parte de Moncloa era que Podemos estaba dentro del grupo parlamentario de Sumar, que eran sus interlocutores y que los problemas internos debían resolverse de forma interna en ese espacio. Todo ha saltado por los aires.
Fuentes socialistas lamentan la decisión de Podemos y que Sumar "no haya sabido gestionar el espacio de la forma más unitaria posible". Confían en que el "resentimiento" creado no perjudique a la estabilidad del Gobierno. Las fuentes consultadas destacan que "no ven a Podemos votando como PP y Vox" y que si eso sucede "lo tendrán que explicar muy bien".
Públicamente, el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, fue la primera voz que reaccionó a la decisión de Podemos. "Nunca es una buena noticia la división de la izquierda. Cuando la izquierda se divide gana más la derecha", señaló. Preguntado sobre si corren riesgo algunas votaciones parlamentarias, López mandó este mensaje: "Estoy convencido de que nadie de la izquierda va a ralentizar ni paralizar la acción de un Gobierno progresista".
En las filas socialistas no ha cogido por sorpresa este anuncio. Algunas voces consultadas ya veían venir esta situación, agravada según consideran, por la forma de despedirse de Belarra e Irene Montero de sus ministerios. En sus intervenciones recalcaron que Sánchez y Díaz los habían echado del Gobierno.
Lo que sí aseguran desde las filas socialistas es que Podemos buscará "la mayor visibilidad posible". El diagnóstico que hacen en el PSOE es que el partido de Belarra quiere llegar con la mayor fuerza posible a las próximas elecciones europeas, en la que dan por descontado que se presentarán en solitario.
Un dirigente socialista consultado por este medio ironiza: "No creo que nos lo pongan más difícil que Junts, aunque nunca se sabe". El PSOE pone en valor su "capacidad negociadora" demostrada estos últimos cuatro años para garantizar la "estabilidad" que pretende Sánchez.
En los meses previos a las elecciones autonómicas y municipales, el PSOE abogaba abiertamente por la unidad de acción hacia su izquierda. Especialmente para que no se perdieran votos que sabían necesarios para conformar muchos gobiernos que luego se perdieron.
Sánchez ha valorado de forma pública que Díaz fuera capaz de aunar a todas las fuerzas parlamentarias bajo el paraguas de Sumar. Pero esa unidad ha durado poco y a Sánchez se le abre un nuevo frente en una legislatura ya de por sí completamente compleja.
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