Este artículo se publicó hace 3 años.
Schleswig-Holstein, el precedente alemán que sobrevuela la detención de Puigdemont en Cerdeña
No es la primera vez que el expresident de la Generalitat es detenido. Existe un antecedente de 2018 en Alemania que podría pesar en la decisión que tomen los jueces italianos.
Barcelona-
La detención en Cerdeña no es la primera que sufre el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont. El 25 de marzo de 2018 fue detenido en Alemania mientras cruzaba el país, con la polémica intervención de los servicios secretos españoles. Pasó 12 días en la cárcel y después de cuatro meses de espera judicial, quedó en libertad. Este precedente de Alemania puede pesar en la decisión de los jueces italianos.
La detención del expresident de la Generalitat en el territorio italiano de Cerdeña es comparable a cuando fue detenido en Alemania a su paso en coche hacia Bruselas, proveniente de un viaje que había realizado a Finlandia. Pero aún así los dos casos mantienen algunas diferencias.
Existe un debate sobre si la euroorden permanecía aún activa o no
En Alemania había una euroorden acabada de formalizar durante la estancia de Puigdemont en Finlandia. En Italia el tema de si la euroorden estaba activa por parte del Tribunal Supremo español o suspendida por el Tribunal General de la Unión Europea genera importantes dudas.
En Alemania se precipitó la detención con la participación de los servicios secretos españoles que venían siguiendo el coche del expresident y que alertaron a la policía que les pareció más conveniente, en este caso, la alemana. En Italia todo parece indicar que no ha habido preparativos y que ha sido detenido al dispararse el automatismo de la euroorden a la policía italiana.
Puigdemont ha realizado en los últimos meses y semanas diversos viajes a Francia —donde esta situación no se ha dado, seguramente por el hecho de viajar en coche—. Y finalmente en Alemania, Puigdemont era un político catalán, importante, pero desposeído oficialmente de cualquier cargo de relevancia. La diferencia ahora es que ha entrado en territorio italiano como eurodiputado.
La gran diferencia con la detención en Alemania es que ahora Puigdemont en eurodiputado
En cualquier caso, el precedente alemán es importante. Fue el 25 de marzo de 2018 cuando saltó la noticia: el ex president Carles Puigdemont había sido detenido poco después de las 11 de la mañana al entrar en Alemania procedente de Dinamarca. Acompañaban a Puigdemont su amigo, el empresario Josep Maria Matamala; el actual jefe de oficina y asesor, Josep Lluís Alay —hoy también acompañándolo en Cerdeña—, junto con dos personas más que eran agentes de los Mossos fuera de servicio.
Servicios secretos españoles y educados policías alemanes
Los servicios secretos españoles avisaron a las autoridades alemanas del itinerario del vehículo que llevaba Puigdemont poco después de cruzar la frontera. Lo seguían con un geolocalizador instalado en su coche, una polémica intervención que causó malestar en Alemania y en Bélgica.
Y así relata el propio Puigdemont en su libro La lucha en el exilio escrito con el director del periódico catalán El Punt Avui, Xevi Xirgo:
Puigdemont estaba siendo seguido por los servicios secretos españoles en su detención de 2018
"'Bueno, ya estamos en Alemania. A ver qué pasa' —dice el presidente a sus acompañantes. Ya llevan 2.054 kilómetros de carretera sin parar. Son las once y diecinueve de la mañana del domingo 25 de marzo. Acaban de entrar en Alemania por la autopista A7, por el municipio de Schuby, el land de Schleswig-Holstein".
"'President, un coche de policía que había en un área de servicio acaba de arrancar justo cuando hemos pasado nosotros' —dice uno de los Mossos que lo acompañan. 'Ya estamos' —piensa—. Si el Mosso me dice esto es que ya está, que nos detendrán. Ellos conocen las tácticas policiales, y si me lo dicen es porque también lo ven venir."
"Y así fue. Los agentes le pidieron el pasaporte o el DNI y le dijeron: 'Supongo que sabe, señor Puigdemont, que hay una orden de detención internacional contra usted. Nos debería acompañar. ¿Le parece bien?' –'Sí, no hay problema', contestó Puigdemont".
Esta conversación se asemeja bastante a la que algunos de los presentes en la detención de este jueves en Cerdeña aseguran se produjo entre Puigdemont y los policías italianos. El relato sigue así:
"La comisaría de Alemania donde llevan a Puigdemont está en un local pequeñísimo cerca de la misma autopista alemana. Los atiende un agente que parece sorprendido de la detención y le dice: 'Mire, lo siento, pero debe entender que nosotros hacemos nuestro trabajo...' -'Por supuesto, lo entiendo perfectamente'. A lo cual el policía alemán añade: 'Escuche. A usted le debe tomar declaración la juez, pero lo hará mañana. En las dependencias donde estamos no hay celdas, y lo tendremos que llevar a una prisión de Neumünster'".
Y allí se quedó ingresado unas semanas Puigdemont hasta el dictamen judicial final. Aunque el 5 de abril, el tribunal lo dejó en libertad provisional con una fianza de 75.000 euros y, de entrada, descartó extraditarlo por rebelión. Pasó doce noches en la pequeña prisión de Neümunster.
En el caso de Italia, la situación ha sido parecida y la cárcel ha sido la de Bancali, en la ciudad de Sasari. Un centro penitenciario mucho mayor que el alemán.
En libertad
Finalmente, el 12 de julio de 2018, el Tribunal Superior de Schleswig-Holstein se pronunció definitivamente sobre el caso dictando que la extradición solo se podría producir para juzgar a Puigdemont por malversación, una acusación menor ante la que afrontaban los líderes independentistas encarcelados en España que finalmente fueron condenados por sedición y algunos por malversación a cerca de cien años de prisión.
El expresident estuvo 12 días en la cárcel y volvió a su domicilio en Bélgica cuatro meses después
Y recientemente fueron indultados por el Gobierno español. La decisión del tribunal alemán provocó que el juez instructor del Tribunal Supremo español, Pablo Llarena, decidiera retirar la euroorden el 19 de julio de 2018 y la justicia alemana archiva el caso.
Puigdemont volvió cuatro meses después de su detención a su domicilio de Waterloo, en Bélgica, siendo libre de moverse por la Unión Europea, excepto en territorio español. Hasta este jueves, en el que al parecer el suelo europeo italiano no es exactamente igual que el de Alemania o Bélgica.
Algunos expertos indican que —al margen de la discusión sobre la validez de las euroórdenes contra un eurodiputado y el dictamen del TGUE— la sentencia judicial alemana será esgrimida en última instancia como antecedente judicial para evitar la extradición, al menos, por el delito de sedición y mantener el tope en la malversación. Pero habrá que esperar la decisión de la Corte de Apelación de Sasari. Porque igual que no todos los territorios europeos son iguales, un juez alemán es un juez alemán y un juez italiano es italiano. Que es parecido pero no lo mismo.
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