El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de nueve años de prisión que impuso la Audiencia de Pontevedra a Miguel Rosendo, fundador de la conocida como secta de los Miguelianos, como autor responsable de un delito de abuso sexual continuado con prevalimiento --aprovechándose de su situación de líder-- y penetración. La víctima es una excongregada de la orden.

Recoge el Tribunal que el condenado mantenía una relación muy cercana con la víctima por su posición de "bastón" en el organigrama de la orden, cuya denominación oficial era asociación privada Grupo San Miguel Arcángel. La víctima era muy próxima al Rosendo, a quien asistía y por quien "sentía una admiración especial, habiéndose convertido en su auténtico padre y su mejor amigo", circunstancia que aprovechó el acusado para satisfacer sus deseos sexuales y en concreto con este ánimo libidinoso.

La Audiencia de Pontevedra descartó que existieran técnicas de adoctrinamiento basadas en la "persuasión coercitiva enfocada al quebranto total o parcial de la personalidad de sus miembros por parte del acusado para conseguir determinados fines". El Supremo confirma este extremo, aunque confirma también la condena por abuso sexual continuado respecto a una de las denunciantes, al entender que su relato es  "convincente".  

La sentencia recurrida por Rosendo no consideró probado un segundo delito de abuso sexual y agresión contra otra congregada, ni tampoco otros cinco de coacciones, tres contra la libertad sexual, doce contra la integridad moral y otro de asociación ilícita; presuntos delitos por los que Miguel Rosendo estuvo en prisión preventiva el plazo máximo de cuatro años. La acusación particular y la Fiscalía habían solicitado para el líder de los 'Miguelianos' 82 y 66 años de prisión respectivamente. Pero finalmente solo fue condenado a nueve años.