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Supera el miedo a mostrar tu cuerpo este verano

Se acerca el verano y se acerca el calor lo que conlleva un cambio en nuestro modo de vestir. Pero, para muchas personas, los atuendos más ligeros, que muestran más cuerpo, son casi una pesadilla. ¿Qué me pongo para estar cómodo… sin mostrar demasiado? Y no es solo el pudor, es el miedo a enseñar el cuerpo por cuestiones estéticas.  

A continuación, os ofrecemos un plan en diez pasos para superar el miedo a mostrar tu cuerpo este verano. Porque nadie debe perderse ninguna experiencia este verano por respetar un denigrante canon estético que, por suerte, cada vez está más superado.  

Diez consejos para superar el miedo a mostrar tu cuerpo 

Una persona en la playa - Fuente: Pexels
Una persona en la playa – Fuente: Pexels

No os vamos a decir que sea un proceso sencillo, que, si has pasado años temiendo la llegada del verano, superes el miedo en dos días. Pero, con paciencia, un poco de sentido común y empoderamiento, todos y todas podemos sonreír al verano sin temor. 

Conócete a ti mismo 

Ya lo decíamos a la hora de hablar del sospechoso tallaje de las firmas de moda: el 41% de las mujeres confesaron que tenían problemas para encontrar una talla adaptada a su cuerpo. Casi una mujer de cada dos no encuentra ropa que le quede bien. Así que empecemos por cambiar la perspectiva del problema. El problema no es tu cuerpo, es la ropa que no está adaptada al mismo

No queremos decir con esto, ni mucho menos, que haya que caer en el exceso de autoindulgencia o en la negligencia. Al contrario, debemos conocer a fondo cuál es nuestra situación física y cuáles son sus supuestos “defectos”, diferenciando, ante todo —y esto es lo más importante— los problemas de salud de los “defectos” físicos, que la mayoría no son tal, sino inadaptaciones a un discriminatorio canon estético que cada día está más cerca de ser derrumbado. 

Pero no se trata de “celebrar” el sobrepeso si este es un problema para tu salud, sino de celebrar la diversidad corporal, que es inevitable: cada cuerpo es diferente. Así que siente orgullo de tus “imperfecciones” porque también definen tu identidad, te hacen único, pero no te olvides de cuidarte, lo cual pasa, ya lo sabemos todos, por una alimentación saludable y un ejercicio físico adaptado a cada situación personal. 

Nadie te juzga, nadie te mira 

Una socorrista en su torre - Fuente: Pexels
Una socorrista en su torre – Fuente: Pexels

El temor a mostrar el cuerpo deriva de ese supuesto juez que se aposta en la oficina, en la playa o en la piscina y nos va a “suspender” por alejarnos del cuerpo canónico. Que todo el mundo en la playa va a estar pendiente de nuestros michelines, nuestras cartucheras, de nuestra falta de musculatura, de no tener culo, de tenerlo demasiado grande o de tener la piel más blanca que Andrés Iniesta. No es así: salvo los socorristas, nadie está pendiente de ti en la playa

Solo piensa en lo que haces tú cuando llegas a la playa. ¿Miras a todo el mundo juzgándolo? Este tiene esto, esta tiene lo otro. ¿A que no? Pues los demás tampoco, que bastante tienen con lo suyo. Así que no sufras porque te miren en la playa: para lo bueno y para lo malo, nadie es tan “importante” en una playa para ser el centro de atención de un supuesto juicio sobre el canon estético.  

Porque no hay mejor escenario para comprobar la diversidad corporal (real) que una playa (real), no esas que salen en los anuncios. O que salían, porque cada vez más las firmas comerciales son más conscientes de su responsabilidad a la hora de difundir patrones estéticos denigrantes y peligrosos a nivel de salud física y mental. Aunque aún queda para que el protagonista del anuncio de cerveza del verano sea alguien con barriga “cervecera”, que realmente bebe cerveza. Pero todo llegará

Piensa en lo que te pierdes 

La suave caricia de las olas del mar, la romántica puesta de sol, el sensual olor a crema solar, las partidas de pala con los niños, el helado de pistacho, el baño desnudo con tu pareja en esa cala escondida o, quién sabe, una inolvidable historia de amor de verano. ¿De verdad te vas a perder todo eso porque tu cuerpo no respeta el dichoso canon estético? 

La vida no es tan corta como nos hacen creer en la publicidad para invitarnos a consumir rápido y vivir experiencias frenéticas, no vaya a ser que nos muramos mañana, pero tampoco es eterna. Eso es evidente. Nunca más vivirás el verano del 2023, nunca más tendrás 19, 28, 45 o 53 años. Piénsalo. ¿Por qué tienes que perderte el verano de tu vida por el miedo a mostrar el cuerpo? ¿Por qué quedarse en casa esperando septiembre cuando la vida está ahí fuera? No te pierdas nada, que la vida no vuelve atrás.

Di ‘no’ a la Operación Bikini 

Una mujer midiendo su contorno corporal - Fuente: Unsplash
Una mujer midiendo su contorno corporal – Fuente: Unsplash

Tanto desde un punto de vista psicológico como físico, las dietas milagro caracterizadas por su objetivo de perder mucho peso en poco tiempo no solo son un fraude, ya que no cumplen sus propósitos a largo plazo, sino que pueden arruinar tu salud física y tu salud mental. Y lo certifican varios estudios científicos. No caigas en la trampa de la Operación Bikini.  

Si realmente consideras que tienes sobrepeso, acude a tu médico para que te oriente sobre los pasos a seguir. Porque ya es hora de dejar de hablar de dietas y comenzar a hablar de cambio de hábitos, tanto a nivel de alimentación saludable como de respeto de la diversidad corporal

Viste con ropa cómoda 

Lo primero, la comodidad. Lo segundo, la estética. Es cierto que, a veces, la estética nos resulta “cómoda” a nivel psicológico, pero si nos sentimos incómodos físicamente, es un mal comienzo. Aunque ya sabemos que el tallaje de las firmas de moda a veces no nos lo pone fácil, siempre tenemos prendas en el armario con las que estamos más cómodos. Los días más delicados, apuesta por la ropa cómoda, la que te hace sentir mejor. Porque no se puede negar que la ropa también contribuye a definir la identidad. 

Empieza por gestos sencillos, pero simbólicos 

Operación Bikini - Fuente: Pixabay
Un hombre se tapa la cara en la playa – Fuente: Pixabay

Una falda un poco más corta, un bañador un poco más ceñido, dejar ese vestido que lo tapa todo… Empieza por cosas sencillas para ir ganando terreno al miedo a mostrar el cuerpo. Cuando compruebas que no es para tanto y que nadie pone una denuncia en el juzgado porque muestres tu cuerpo serrano, te animarás a ir derribando muros hacia el pleno respeto a tu diversidad corporal.  

Sé indulgente con tus retrocesos 

Pero tampoco te vamos a engañar como hemos dicho más arriba. Si has acumulado muchos veranos de temor a mostrar tu cuerpo, no aspires a derribar todos los muros el primer día, y sé consciente de que habrá retrocesos, de que tal vez un día te deprimas o te sientas un poco más cohibido de lo habitual. Es normal, eso no quiere decir que haya que volver a la casilla de salida.  

Todos tenemos días malos en los que nuestros supuestos defectos parecen más graves de lo que realmente son. Te pasará en el trabajo o con los hijos: hay días en los que crees que no vales para esto. Pero son eso, días. Lo mismo ocurre con nuestra autoestima en relación al físico.  

No te aísles 

El gran peligro del verano para los que viven esta época del año como una china en un zapato es el exceso de aislamiento social. Todos a la playa, todos a la piscina, y tú en casa, amarrado a Netflix o haciendo horas extra en el trabajo deseando que llegue el otoño. Al margen de lo que estás perdiendo cuando dejas la vida pasar, el exceso de aislamiento social puede ser la antesala de diversos problemas mentales como la depresión.  

Nadie te obliga a hacer lo que no quieres, por eso debes rodearte de personas que te quieren y te respetan, que todos tenemos algunas, para que te sirvan de apoyo en estas épocas. Y que te saquen de casa y te lleven a donde realmente quieres ir, con quien realmente quieres estar. Y ya verás qué pronto te sientes mejor disfrutando del buen tiempo con la mejor compañía.  

Cuidado con la conducta de evitación 

Operación Bikini - Fuente: Pixabay
El reflejo de una mujer en una playa – Fuente: Pixabay

Cuando estos días de aislamiento se acumulan puede que caigas en la conducta de evitación, el otro gran de enemigo de tu objetivo de superar el miedo a mostrar el cuerpo. La conducta de evitación se caracteriza por evitar a toda costa situaciones sociales o interacciones que impliquen un riesgo de rechazo o crítica.  

En ocasiones, llevamos a cabo esta conducta de forma consciente. Valoramos que es lo mejor para nosotros no acudir a determinado lugar por el riesgo que supone para nuestra salud mental. Dependiendo de cada caso, es una conducta que, manejada con moderación y sentido común, no tiene por qué ser perjudicial. Al contrario. Hay cosas que no nos gustan y preferimos no hacer, aunque la mayoría lo hagan. Punto. 

Pero la conducta de evitación puede transformarse en un problema, incluso en un trastorno si se nos va de las manos, ya que suele asociarse a otros trastornos como la depresión o el propio trastorno dismórfico corporal.  

Si no eres consciente de tu conducta de evitación, si pones excusas inconsistentes para participar en situaciones que conlleven mostrar tu cuerpo, entonces sí que puedes volver a la casilla de salida. O peor. 

Si no puedes solo, busca ayuda 

Si a pesar de todo, compruebas que el problema no se solventa siguiendo los pasos que te hemos mostrado hasta ahora, no tengas ningún reparo en buscar ayuda, tanto en tu círculo íntimo, como entre profesionales psicológicos. Recuerda que cada verano, miles de personas pasan por los mismos temores que pasas tú.

No hay nada excepcional —ni, por supuesto, “incurable”— en tu miedo a mostrar el cuerpo, pero debemos ser responsables y ponerle remedio antes de que este problema pueda derivar en trastornos mentales más serios como los descritos anteriormente. 



1 Comment

  1. Mmmh
    Todos esos consejos y las/os modelos de las fotos… igual acercar las imágenes a la realidad corporal de la mayoría, facilitaría tragar este artículo.
    Saludos cordiales

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