Con la llegada del buen tiempo, nuestra piel queda cada vez más expuesta a los rayos solares. Esto se incrementa en pleno verano, cuando disfrutamos de la playa, los baños de sol y el aire libre, y la exponemos por completo. Así que es necesario seguir una serie de recomendaciones para cuidarla.
Esto resulta más sencillo de lo que podamos pensar, pues solo con estos trucos para preparar la piel antes del sol del verano, podremos disfrutar de esta estación del año sin riesgos para nuestra salud. Así, ni nos quemaremos ni contribuiremos a incrementar el envejecimiento cutáneo, sin olvidar las enfermedades graves de la piel que podemos padecer si no nos protegemos adecuadamente.
Comer más frutas y verduras
La alimentación es una de las primeras recomendaciones que podemos seguir para preparar nuestra piel antes de exponerla al sol. Unos alimentos adecuados no solo contribuirán a que tengamos una dieta mejor y más variada, sino también a que nuestro organismo esté más hidratado y protegido.
Para conseguirlo, es necesario incrementar la ingesta de alimentos que contengan vitamina C, vitamina E, minerales, polifenoles, ácidos grasos omega-3 y betacarotenos. Estos preparan a la piel para la exposición solar, mientras que las vitaminas ayudan a combatir los radicales libres que causan el envejecimiento. Así que no olvides incluir en tu dieta frutas y verduras como tomates, albaricoques, zanahorias, pimientos, calabacines y naranjas, que también son estimulantes sanguíneos, y salmón y nueces, ricos en ácidos omega-3.
Hidratarse por dentro y por fuera
Mantenerse bien hidratado a diario es uno de esos trucos sencillos imprescindibles para cuidar nuestra salud cutánea, el cual también ayudará a que tu piel esté perfecta. La fruta y la verdura te aportarán una buena cantidad de agua, pero no será suficiente, por lo que deberás beber entre un litro y medio y dos litros de agua al día.
Evita el alcohol, las bebidas azucaradas, los alimentos procesados y los productos con alto contenido en grasas saturadas. Y no olvides que, además de hidratarnos por dentro, debemos hacerlo por fuera. Aplica cremas y lociones adecuadas a tu tipo de piel. Lo ideal es hacerlo dos veces al día: por la mañana y por la noche.
Exfoliar la piel
Exfoliar la piel es uno de los métodos más efectivos para poder tenerla perfecta cuando llegue el verano y te expongas al sol. De ese modo, te broncearás más fácil y uniformemente, y tu dermis transpirará mejor. No obstante, no debes abusar de las exfoliaciones o conseguirás el resultado contrario al deseado, puesto que puedes dañar la piel y provocar que pierda su protección natural. No es recomendable hacerlo más de una vez a la semana.
En el rostro puedes utilizar exfoliantes faciales y mascarillas adecuadas para tu tipo de piel, mientras que en el cuerpo son diversos los productos que encontrarás en el mercado. Un exfoliante casero corporal que enseguida prepararás y que da estupendos resultados se consigue mezclando un poco de gel de baño con un puñado de azúcar. Crea una masa espesa con ambos ingredientes y luego extiéndela por todo tu cuerpo frotando con suavidad. Después retira con agua tibia. A continuación, recuerda aplicar una crema corporal nutritiva o hidratante.
Aplicar protectores solares
Si hay algo importante a la hora de preparar la piel para el verano y no llevarnos un disgusto con alergias o quemaduras solares es que la exposición debe hacerse de manera paulatina y con una protección adecuada. El primer día que estés a pleno sol, ya sea en la playa o en la piscina, que sea solo media hora o una hora, y ve incrementando la cantidad de tiempo para acostumbrar la piel.
Las cremas con protección solar deberás empezar a usarlas mucho antes, tanto en rostro como en cuerpo, ya sea que estés al sol o a la sombra, incluso cuando salgas por la calle y vayas de manga corta, pantalón corto o luzcas un escote amplio. Conviértelo ya en una rutina en primavera. Recuerda que cada parte de la piel que esté expuesta debe ser protegida. Esto incluye el rostro, donde resulta adecuado usar maquillajes o cremas faciales, con o sin color, con un factor de protección solar elevado. Ya sea en el cuerpo o en el rostro, procura que el Factor de Protección Solar (FPS) sea como mínimo de 30, y ten especial cuidado con los niños, que debe ser siempre de 50 o total.
Por último, no olvides que la piel de los labios es muy delicada, y también es necesario que apliques un protector solar específico en esa zona. Hidrátalos a menudo con barras con un factor de protección elevado. Y ten en cuenta que, al igual que los corporales y faciales, el protector solar debe aplicarse 30 minutos antes de que se produzca la exposición al sol, y repetir la aplicación con frecuencia mientras dure aquella.
