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Ayuso pretende a dos meses de las elecciones abrir servicios hospitalarios que mantuvo cerrados hasta en pandemia

La Comunidad de Madrid ha anunciado la ampliación del Hospital Universitario Infanta Sofía a cinco días de que empiece el periodo preelectoral, tras 15 años bloqueada por los sucesivos gobiernos del Partido Popular.

Ayuso anuncia la ampliación de Hospital Infanta Sofía en las vísperas de la campaña electoral, tras 15 años bloqueadas por gobiernos del PP
Ayuso anuncia la ampliación de Hospital Infanta Sofía en vísperas de la campaña electoral del 28M, tras 15 años bloqueada por los gobiernos del PP. Cedida por CCOO

En vísperas de la campaña electoral del 28 de mayo, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha anunciado la ampliación del Hospital Universitario Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes, tras 15 años de bloqueo por parte del Partido Popular. A tan sólo dos meses de los comicios y en plena crisis sanitaria, el Ejecutivo madrileño ha aprovechado las últimas horas que permite la ley electoral para retomar viejas promesas incumplidas con la intención de calmar las aguas.

Durante la tarde del pasado viernes 31 de marzo, varios operarios colocaron carteles propagandísticos en la fachada, hall interior y alrededores del centro promocionando la apertura de 216 nuevas camas en su torre número cuatro. Unos servicios que la Comunidad de Madrid mantuvo clausurados en el único hospital de la zona norte durante los peores momentos de la pandemia, a pesar de la insistencia y demanda por parte de los sanitarios

Comisiones Obreras (CCOO), autoridades locales y otros colectivos reclamaron su puesta en marcha, ante la situación extrema de falta de camas para el ingreso de infectados y discriminación de pacientes en su traslado a los hospitales. "Se pidió que se priorizara su apertura ya que era mucho más rápido su acondicionamiento que la construcción de otro centro como el Enfermera Isabel Zendal", denuncian fuentes de CCOO que califican esta medida de "oportunista" e "inmoral". 

Los profesionales explican que el Gobierno regional se negó a que facultativos desplazados al Zendal regresaran al Infanta Sofía para abrir más habitaciones y evitar que los pacientes se amontonaran en las salas de Urgencias. "El centro intentó derivar a pacientes a otros hospitales como La Paz y Cruz Roja, pero estos centros, que sufrían la misma saturación asistencial, los rechazaban", recuerdan desde CCOO. En definitiva, el hospital no disponía de recursos ni espacio para acoger a los enfermos en camas, mientras que la Torre 4 continuaba cerrada. El total de camas de hospitalización que tiene el centro es de 269, 14 menos que en el año 2012. 

Los profesionales no descartan que este anuncio quede en papel mojado, como ocurrió cuando en 2017 el Ejecutivo de Cristina Cifuentes se comprometió a tener esta planta operativa al 100%, o como ha sucedido con otros centros de salud como el Dehesa Vieja cuya construcción también se anunció a pocos meses de las elecciones y todavía sigue sin existir. Pero, si finalmente se amplían esas nuevas camas sin contratar personal acorde a las nuevas necesidades, advierten, el Infanta Sofía se las verá con un problema de falta de plantilla que no hará sino profundizar las dificultades de asistencia del presente. 

Más de 15.000 pacientes en lista de espera

El Infanta Sofía atiende a más de 300.000 ciudadanos y sus listas de espera no hacen más que empeorar: antes de la covid la demora quirúrgica había aumentado un 10% desde junio de 2019 y cerca de 3.500 usuarios esperaban, entonces, para ser operados. Actualmente, esta cifra se eleva a 3.689 pacientes. Si bien el retraso no se limita a los quirófanos y se extiende a las pruebas diagnósticas, donde rozan las 12.000 personas, con una demora media de 107,48 días. Una fase especialmente importante y determinante en enfermedades graves como el cáncer.

Este centro hospitalario fue uno de los seis privatizados por el PP madrileño en pleno despliegue de políticas neoliberales, pero su asistencia sanitaria fue revertida tras una sentencia judicial promovida y ganada por CCOO en 2016. A pesar de que su construcción y coste, externalizadas, quedaron amortizadas en 2015, tal y como explica el sindicato, su gestión sigue perteneciendo a una empresa hasta 2030. Por lo que ha supuesto ocho veces más dinero que si su gestión hubiera sido 100% pública.

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