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Catalunya decreta la excepcionalidad por sequía: ¿qué implica?

En total, la nueva situación afecta a 224 municipios, con una población acumulada de casi seis millones, entre las que están las principales ciudades: Barcelona y su área metropolitana, Terrassa, Sabadell o Girona.

Vista del pantano de Rialb, a 24 de noviembre de 2022, en Barcelona, Catalunya (España).
Vista del pantano de Rialb, a 24 de noviembre de 2022, en Barcelona, Catalunya (España). Lorena Sopêna / Europa Press

La sequía persistente que sufre Catalunya desde hace más de dos años -a pesar de las lluvias insuficientes de los últimos días-, ha comportado que el Govern haya decidido decretar el estado de excepcionalidad en los sistemas Ter-Llobregat -que abastece las zonas más pobladas del territorio- y en el acuífero Fluvià-Muga. La razón es que los embalses de las cuencas internas continúan con reservas a la baja -apenas se encuentran al 27% de su capacidad, la mitad que hace un año- y no hay una previsión de fuertes precipitaciones en las próximas semanas que dé la vuelta al escenario. La excepcionalidad por sequía conlleva nuevas restricciones en el uso del agua, si bien el agua de boca sigue garantizada.

El estadio, que supone un paso más allá de la alerta por sequía que tenían hasta ahora, afecta a un total de 224 municipios, de 15 comarcas, con una población acumulada de 5,9 millones de personas. De hecho, se incluyen los principales núcleos catalanes, como el conjunto del área metropolitana de Barcelona, Sabadell, Terrassa, Mataró o Girona, con las únicas excepciones de Tarragona, Reus y Lleida -esta última se integra en los embalses de la Confederación Hidrográfica del Ebro-. El cambio lo validará el consejo de administración de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) este miércoles y en principio estará vigente a partir del jueves, una vez lo publique el Diari Oficial de la Generalitat (DOGC).

La decisión se ha corroborado este martes en la reunión de la Comisión Interdepartamental de Sequera, formada por los departamentos de Vicepresidència, Acció Climàtica, Interior, Empresa i Treball i Salut. Además, el Govern ha aprobado un decreto ley para proteger los abastecimientos de agua y dar rango jurídico para agilizar trámites para las actuaciones que deban llevarse a cabo y disuadir y penalizar los posibles incumplimientos.

¿Qué cambios comporta el paso a excepcionalidad?

La situación de excepcionalidad es la cuarta más grave en la clasificación de la ACA, solo por debajo de la de emergencia, a la que se llega cuando las reservas caen por debajo del 16%. La entrada en excepcionalidad comporta restricciones como la prohibición del uso de agua para el riego de jardines y zonas verdes sean públicos o privados, el riego de césped -salvo en superficies destinadas a la práctica federada de deporte- y la limpieza de calles, alcantarillado y pavimentos con agua potable.

Se fija una dotación máxima de consumo de 230 litros por habitante y día

También establece la reducción de la dotación de riego agrícola en un 40%; o en un 15% de los consumos de agua de los usuarios industriales; o en los usos recreativos. Además, "solo puede realizarse un llenado parcial de piscinas de agua dulce que dispongan de sistemas de recirculación". Por último, se fija una dotación máxima de consumo de 230 litros por habitante y día, 20 menos que ahora.

Las medidas pueden intensificarse e impactar directamente en el conjunto de los usuarios domésticos si no llueve de forma sostenida en los próximos meses. El domingo, en una entrevista en Rac 1, el director general de la ACA, Samuel Reyes, advirtió que puede haber restricciones al suministro de agua de boca a finales de año si persiste la sequía. "Si no llueve durante la primavera y no llueve durante el otoño, podríamos tener restricciones a final de año para los usuarios".

Activación de nuevos recursos

Aparte de las restricciones en el uso, el Govern también activará una serie de medidas para garantizar el abastecimiento de agua. Así, por ejemplo, se incrementará de forma gradual la producción de agua regenerada, que actualmente ya representa el 20% del consumo de agua potable en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB). Entre mayo y junio se podría activar el reaprovechamiento del conocido como reg Comtal -llega a la zona norte de Barcelona-, que podría aportar unos 200 litros por segundo, y se requerirá a los ayuntamientos que tengan pozos de sequía municipales que los pongan en marcha, lo que podría suponer unos 300 litros de agua por segundo más.

Paralelamente, también se ha confirmado que se incrementa el volumen de agua que se deriva del pantano de Sau hacia el de Susqueda -ambos en el río Ter- para preservar lo máximo posible la calidad de los 25 hm3 que hay en el primero y poder utilizarla para el uso prioritario, que es el abastecimiento de la población. Esto implica que en lugar de desembalsar 0,3 hm3 de agua al día, como se está haciendo hasta ahora, se pasará a 0,5 hm3/día.

El precedente de 2008

Ahora mismo en Sau hay 24,8 hm3 de agua, mientras que en Susqueda se superan los 85. La última vez que se adoptó una medida de este tipo para garantizar la calidad del agua fue durante la gran sequía de 2008. Entonces se inició en enero y se alargó unos tres meses, hasta que las lluvias de primavera lo hicieron innecesario. El trasvase de agua era de aproximadamente 1 hm3 al día.

En aquella ocasión, el pantano de Sau llegó a caer por debajo del 13% de su capacidad -el 11 de abril de 2008 estaba en el 12,8% y apenas contenía 21,08 hm3 de agua-. Ese año las reservas del pantano de Sau cayeron por debajo del 20% el 22 de febrero y superaron ese nivel a partir del 12 de mayo. Una primavera especialmente lluviosa provocaron que en tan sólo un mes, en mayo, se pasara del 16% de la capacidad al 60%. En el actual episodio de sequía el nivel se mantiene por debajo del 20% desde el 19 de octubre del pasado año.

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