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Cerca del 70% de los casos colectivos de sarna en Andalucía se registran en residencias de mayores

Un informe epidemiológico de la Junta revela el elevado contagio con ácaros en centros geriátricos, que en los nueve primeros meses de este año ya han superado a los de todo 2021.

Varios ancianos en una sala de la residencia de de mayores de Carballo.
Varios ancianos en una sala de la residencia de mayores, en una imagen de archivo. EUROPA PRESS

Las personas mayores que viven en centros geriátricos son las principales víctimas de la sarna, una ectoparasitosis causada por la presencia de un ácaro que va en aumento. Un informe de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía revela que el 40% de todos los casos que se han registrado en esta comunidad en los últimos cinco años se ha producido en residencias de mayores.

Los geriátricos aglutinan, además, cerca del 70% de los casos detectados en un ámbito comunitario de convivencia, con una cifra muy superior a las que se dan en residencias de discapacidad, albergues, centros escolares o prisiones.

La escabiosis o sarna está catalogada por la OMS como un problema de salud mundial poco reconocido, pese a que se estima que unos 200 millones de personas pueden sufrirla. La causa un parásito que no llega al medio centímetro y labra un surco en la piel, donde la hembra deposita sus huevos, causando una reacción de hipersensibilidad y fuertes picores.

Se propaga con facilidad entre convivientes y en contactos sexuales, y los colectivos más vulnerables son los niños, ancianos, personas con un sistema inmunitario debilitado y quienes conviven en residencias de mayores, hospitales y centros penitenciarios o escolares.

Un informe del Sistema de Vigilancia Epidemiológico de Andalucía sobre alertas de escabiosis declaradas en esta comunidad entre 2017 y 2022, y publicado este mes, refleja la alta incidencia de brotes de sarna en las residencias de personas mayores, situada muy por encima de la que se da en otro tipo de centros comunitarios.

En los últimos seis años –hasta el pasado 30 de septiembre-, los geriátricos andaluces han tenido 1.058 de los 2.701 casos de sarna en el ámbito familiar o en centros que se han notificado a la Red de Alerta del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía, es decir, casi el 40% del total. Pero esa proporción aumenta hasta el 66% si se tienen en cuenta únicamente los casos detectados en ámbitos colectivos comunitarios, que son la mayoría de los registrados.

Los 1.058 casos de sarna declarados en residencias de mayores de Andalucía multiplican por 22 a los registrados en prisiones (47), por 14 a los de centros de discapacidad (74), por 10 los de otros centros sociosanitarios (102) y por 9 a los de albergues (115) y centros escolares (121). Muy por debajo de la cifra de los geriátricos se sitúan también los hospitales y las residencias de estudiantes, con 39 cada uno.

El informe del Servicio de Vigilancia Epidemiológica constata que el número de casos de sarna en las residencias de mayores de Andalucía ha aumentado progresivamente desde 2019, hasta triplicar en lo que va de 2022 el número de episodios registrados en todo 2017 (74).

Asimismo, refleja que los 228 casos que se han contabilizado en los nueve primeros meses de este año son ya cinco más que los declarados en los doce meses de 2021, incremento que contrasta con el descenso provisional que se ha producido en el recuento general de todos los episodios de escabiosis detectados en la comunidad, que hasta el pasado 30 de septiembre fueron 74 menos que el año pasado.

El estudio de Epidemiología de la Junta concluye que las residencias de mayores "son especialmente sensibles a esta problemática, tanto por las características intrínsecas de las personas institucionalizadas como por los aspectos del propio centro". Y a

Al respecto, señala que algunas características de sus usuarios son "la senectud e inmunosenescencia, que los hace más susceptibles a complicaciones de la identificación de síntomas, retrasando el diagnóstico y notificación de alertas”. Por esa razón, los autores del informe consideran que es "importante poner el foco en la vigilancia epidemiológica de este entorno".

El caso reiterativo de una residencia de Málaga

Los brotes de sarna en residencias de mayores, cuando se conocen, suelen ocupar titulares de noticias en los medios de comunicación. En Andalucía, una de los centros que ha aparecido varias veces en la prensa por ese motivo es el de El Palo, en la ciudad de Málaga, una residencia de titularidad de la Junta con cerca de 200 plazas.

Este geriátrico fue noticia a cuenta de la escabiosis en 2019, en 2020 y en 2021. Y los sindicatos llegaron a presentar demandas ante la Inspección Provincial de Trabajo denunciando la situación, que afectaba también a los empleados encargados de la atención a los residentes.

En la demanda que interpuso Ustea en 2019, este sindicato denunció "graves incumplimientos legales" de la dirección de la residencia y de la Delegación de la Junta competente al no haber establecido, a su entender, medidas concretas para la prevención y erradicación de la escabiosis para evitar así poner en riesgo la seguridad y salud del personal, de sus familiares, de los usuarios y de cuantos tuviesen relación con el centro.

Esa demanda originó la intervención de la Inspección de Trabajo, que requirió a los responsables del centro a "cumplir la normativa vigente en materia de evaluación de riesgos de exposición a agentes biológicos" y formación e información a los trabajadores.

Tras esa notificación, la dirección de la residencia publicó un protocolo "ante sospechas de casos de escabiosis", en el que informaba de las particularidades de la sarna, sus efectos y los métodos para tratarla e impedir su contagio.

En la motivación de la difusión de este protocolo de normas de actuación, la dirección alegó que lo hacía "debido a la incidencia recurrente de sospechas de casos de escabiosis en este centro y ante la afectación, alarma y demanda de información de la Delegación, Servicios Centrales y Salud Pública".

Según el sindicato Ustea, esa denuncia la presentaron porque la dirección negaba la existencia de un brote y no estaba haciendo caso a los trabajadores ni a las quejas de residentes que tenían dificultades para expresarse.

"Nos parece detestable que una residencia de mayores no reúna unas mínimas condiciones de dignidad humana, porque estamos hablando de la integridad física de sus residentes, que en una gran mayoría tienen una gran dependencia o una dependencia severa", dice a Público Alejandro Plasencia, portavoz de Ustea en la representación de trabajadores de la Junta de Andalucía en Málaga.

Cifras "vergonzosas" para la Federación de Mayores

Los datos del Sistema de Epidemiología sobre incidencia de sarna en las residencias han causado "preocupación" en la Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM), una organización que representa a 350.000 personas de 400 asociaciones y que gestiona cinco centros residenciales en esta comunidad.

"No hay ningún motivo para que las residencias de mayores tengan esas cifras de sarna, muy superiores a las de otros centros. Es vergonzoso", subraya su presidente, Martín Durán.

La FOAM tenía constancia de que los casos de sarna estaban aumentando por las llamadas de familiares de residentes, que en los últimos años les habían alertado de la existencia de brotes de escabiosis en varios centros de diferentes provincias. Pero ignoraba el alcance de ese incremento, que es el que ahora revela el informe de Epidemiología y cuyo contenido desconocía hasta que se lo comunicó este periódico.

Según Durán, hace un tiempo informaron de esas llamadas a la consejería que tiene las competencias de las residencias de mayores, la de Inclusión Social, y le trasladaron que sería conveniente hacer unas inspecciones "más rigurosas" en los centros en ese sentido, "porque la mayoría de las veces la inspección no pasa del despacho de la dirección y no hace un recorrido por la residencia", asegura el presidente de la federación de mayores.

Esta organización andaluza sostiene que detrás del incremento de los brotes de sarna puede haber una falta de medidas de higiene en las residencias donde se producen, algo que, a su entender, corresponde atajar al servicio de inspección de la Junta. "Dicen que hacen muchas inspecciones al año, pero lo que importa no es el número, sino la calidad, que se hagan con rigurosidad", recalca su presidente.

La alta incidencia de la sarna en las residencias de mayores se suma, a juicio de la FOAM, a otros datos que sitúan a Andalucía "en la cola de muchas cosas", como ser la única comunidad autónoma que carece de especialistas en geriatría en los hospitales públicos.

En Andalucía, según los últimos datos de la plataforma Envejecimiento en Red, hay 668 residencias de personas mayores, 148 de ellas con capacidad para más de un centenar de residentes. En total, los centros andaluces disponen de 43.585 plazas, de las que el 77,9% son de titularidad privada o están concertadas por la administración. Con estas cifras, la ratio es de tres plazas por cada cien mayores de 65 años, de las más bajas de España e inferior a la media estatal, que se sitúa en 4,2.

Problema de salud creciente con causas socioeconómicas

En el ámbito general, el aumento de los brotes de sarna no es un asunto únicamente andaluz, ya que ha sido detectado por otros estudios de alcance estatal, como el realizado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, entidad española de referencia internacional en materia de salud pública e investigación biomédica.

Su estudio, titulado ¿Sarna en España? Un panorama epidemiológico completo, publicado en noviembre de 2021, analiza la evolución de la escabiosis entre 1997 y 2019 y concluye que se trata de "un problema de salud creciente" en nuestro país, en el que los factores socioeconómicos han podido ser determinantes.

Este estudio refleja que las personas mayores son el colectivo más frecuente entre los pacientes que ingresan en el hospital a causa de la sarna, aunque los niños y adultos jóvenes son los más afectados entre los atendidos en consultas de atención primaria.

A nivel estatal, los establecimientos que registraron más casos en esos años fueron los cuarteles militares, los sanitarios y las residencias de ancianos. Y destaca que la aparición de brotes "está muy influenciada" por las condiciones de vida de los hogares, especialmente viviendas hacinadas, y otros factores socioeconómicos como la pobreza o la falta de acceso a la atención médica.

Según el estudio del Instituto de Salud Carlos III, el primero a nivel nacional que se hace sobre la sarna, en España se observó una tendencia creciente de los ingresos por sarna desde 2014, "probablemente debido a los recortes en los servicios sociales y sanitarios, además del empeoramiento de las condiciones de vida como consecuencia de la crisis económica de 2008, entre otras razones".

"La explicación del cambio de tendencia -añaden los autores del trabajo- no es fácil y probablemente sea multifactorial. Sin embargo, la crisis económica pudo haber jugado un papel principal, ya que resultó en recortes presupuestarios y sociales, que tuvieron un impacto en las instituciones sociales y el sistema de salud".

En el caso concreto de los casos de sarna en las residencias de mayores, el estudio del Instituto Carlos III apunta que resultan "desafiantes", ya que las personas que viven en esos centros sufren a menudo demencia u otros trastornos cognitivos, lo que contribuye, a su entender, a un retraso en el diagnóstico y la implementación de medidas para el control de los brotes.

"De hecho, la sarna ha sido señalada como uno de los patógenos que causa brotes más prolongados en instituciones", precisan.

Afecta a "todas las capas sociales"

Otros especialistas discrepan de las conclusiones de este estudio del Instituto Carlos III, como el coordinador del Grupo de Epidemiología y Promoción de la Salud de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Eliseo Martínez, quien subraya a Público que la sarna está aumentando "en todas las capas sociales y en toda la geografía" del país, especialmente en los dos últimos años.

Por este motivo, a su juicio, no se puede atribuir el incremento de los brotes a causas estrictamente socioeconómicas. "Es falsa la asociación de la sarna con malos hábitos de higiene, con pobreza. Cualquiera es susceptible de contraer esta enfermedad", asegura.

Eliseo Martínez, quien ha dirigido un estudio publicado recientemente sobre la incidencia de la sarna en España, ratifica que la escabiosis es un problema que va en aumento y que "genera preocupación", aunque existen las herramientas necesarias para controlar los brotes cuando se detectan.

Sin embargo, a su entender, todavía no están claras las causas que originan este incremento de los casos, respecto a lo cual hay muchas hipótesis, pero de momento ninguna concluyente.

La suya es que la sarna puede entrar dentro de las enfermedades de transmisión sexual, porque es una de las formas de contagio, y las tasas de esas patologías han aumentado en la última década, tal como revelan las estadísticas sanitarias sobre casos de gonorrea o sífilis.

Por el contrario, el portavoz de la Academia Española de Dermatología y Venereología considera que la crisis económica no puede ser la causante del incremento de brotes de sarna. Su teoría se apoya, en primer lugar, en que los casos han seguido aumentando años después de terminar esa crisis y, en segundo, en que ese episodio de retroceso económico no llegó a limitar el acceso a la sanidad pública, explica.

En cuanto a la alta incidencia de casos de sarna en las residencias de mayores, Eliseo Martínez sostiene que se debe, fundamentalmente, a que en ellas convive un gran número de personas, una convivencia permanente que facilita la transmisión del ácaro, no por la ropa de cama o de vestir, sino a través del contacto directo entre residentes y trabajadores.

Además, al no ser la escabiosis una enfermedad de declaración obligatoria en casos individuales -añade- pueden aflorar más casos en instituciones que sí están obligadas a notificar una alerta, como ocurre con los centros de la tercera edad. 

"La clave está en la detección temprana de los casos. Cuanto antes lo detectes, menos pacientes habrá contagiados. Y cuanto más pase el tiempo, mayor carga de parásitos tendrá la persona contagiada y mayor capacidad de contagio", explica este especialista.

En el informe del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía se apunta como otra posible causa del aumento de casos de sarna la dificultad en el acceso al sistema sanitario durante el confinamiento por la pandemia de la covid-19, que "perpetuó la sintomatología en los casos y la transmisión del ácaro". 

Los autores de este trabajo agregan que los métodos diagnósticos de la escabiosis "tienen limitaciones importantes, ya que se basan en la identificación clínica de las lesiones dérmicas".

Según Vigilancia Epidemiológica, en una tercera parte de los casos no se cumple correctamente el tratamiento, lo que puede deberse a una selección incorrecta del fármaco, a una dosis inadecuada o a una resistencia del paciente a los medicamentos administrados.

Los expertos recomiendan otras medidas no farmacológicas para atajar la escabiosis, que califican como "esenciales", para finalizar una alerta de sarna: la limpieza ambiental, que requiere unas condiciones especiales, entre ellas lavar la ropa a alta temperatura y una limpieza integral de las habitaciones, y una correcta educación sanitaria a las personas afectadas.

Por su parte, en el estudio del Instituto de Salud Carlos III se recomienda "reforzar las medidas de prevención, detección temprana y control, especialmente en entorno sanitarios e instituciones sociales". "Se deben reforzar las precauciones de contacto, la limpieza y desinfección de ropa y material, entre otras medidas de higiene, en los entornos e instituciones de salud, incluyendo sesiones de capacitación entre el personal", continúa.

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