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La crisis climática está detrás del mayor episodio de calor invernal en España en más de 70 años

Dejamos atrás 2021 como el octavo año "cálido" -más caluroso de lo normal- consecutivo en España, el periodo más largo hasta ahora, según afirma la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

Vista general de la playa de la Malvarrosa en València, al principio de este inusual calor para finales de diciembre y principios de enero..
Vista general de la playa de la Malvarrosa en València, al principio de este inusual calor para finales de diciembre y principios de enero.. Kai Försterling / EFE

Ambiente seco, temperaturas altas, fuegos descontrolados en los montes de Asturias y Cantabria... ¿Es normal tener estos calores a principios de enero? "El episodio cálido vivido en los últimos días de 2021 y primeras jornadas de 2022 se puede calificar de 'extraordinario', y se salda con la Nochevieja y el Año Nuevo más cálidos en España desde, al menos, 1950, en el conjunto de España", afirma a Público Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Española de Meteorología (AEMET). Se trata de un fenómeno atípico y extremo que será cada vez más frecuente a causa de la crisis climática

Durante todo el episodio, entre el 27 de diciembre y el 3 de enero, la temperatura media de todo el país ha sido de unos seis grados por encima de lo habitual para estas fechas, aunque se han batido numerosos récords locales tanto en máximas como en mínimas altas.

Por ejemplo, Segovia y Salamanca, en la meseta norte, han pulverizado su tope de temperatura máxima mensual por tres y dos grados más, respectivamente. También es inédito que Bilbao alcanzase por primera vez los 25 grados en un mes de diciembre. O que algunas capitales gallegas, como A Coruña, Pontevedra y Lugo, batiesen su récord de temperatura -tanto de máxima como de mínima alta- el 1 de enero, con un calor propio del inicio del verano.

Desde la AEMET adelantan que probablemente el año que dejamos, 2021, se calificará en general como "cálido, con valores superiores a lo habitual, por octavo año consecutivo". Por primera vez se da un periodo cálido tan largo -ocho años- en España. Curiosamente, Del Campo destaca que durante el pasado año hubo récords de altas temperaturas en 13 jornadas desde 1950, mientras que no hubo ningún récord de temperaturas bajas, ni siquiera durante la ola que siguió a la borrasca Filomena.

Crisis climática

Estos episodios extremos son cada vez más frecuentes; calor intenso y seco en invierno, lluvias torrenciales en verano, temporales de nieve como el que enterró bajo la nieve a media España el pasado año... Aunque es muy complejo relacionar fenómenos puntuales con la crisis climática y el fenómeno del calentamiento global, lo que sí parece haber es "un patrón", comenta a Público Javier Andaluz, ambientólogo y especialista en cambio climático de Ecologistas en Acción.

"Sí podemos afirmar que estamos viendo patrones de cambio de comportamiento climático durante mucho tiempo"

Este experto, que estuvo en la reciente cumbre climática de Glasgow, recuerda que el clima se estudia en periodos largos, en busca de tendencias. "Es difícil relacionar directamente un fenómeno puntual con una tendencia como es el clima, pero sí podemos afirmar que estamos viendo patrones de cambio de comportamiento climático durante mucho tiempo", asevera.

Para Andaluz, "es tan atribuible a la crisis climática global las temperaturas anormalmente altas de ahora en España como lo fue [la borrasca] Filomena". "Parece que al tener una atmósfera más cálida y producirse un incremento global en las temperaturas, la dinámica de la atmósfera cambia", añade, y apunta que existe un "incremento en la energía en la atmósfera" a la que se podrían atribuir estos fenómenos.

Para este experto, estamos viviendo oscilaciones en las corrientes de chorro, que mantienen las bandas climáticas en el planeta, y esas oscilaciones provocan desviaciones de las temperaturas con una frecuencia cada vez mayor: así se podrían explicar los fenómenos atmosféricos extremos que estamos viviendo desde hace años, en un número creciente y en todo el planeta. Eso sí, siempre puntualizando que la medición del cambio climático se hace siempre a largo plazo y no sobre fenómenos ocasionales, como el que vivimos ahora.

Precisamente, uno de los tuits más virales del día lo ha protagonizado este inusual calor en un mensaje del diputado y líder de Más País Íñigo Errejón, que recuerda que estas temperaturas no deberían llamarse "buen tiempo" en los informativos, sino que es consecuencia "de una crisis climática con la que deberían abrirse".

Respecto de los incendios en la vertiente norte de la cordillera cantábrica, son más habituales en esta época del año, que suele ser más seco que en verano. Con más vegetación muerta, algunos agricultores y, sobre todo, ganaderos, queman parte del monte para asegurarse tierras de labranza y pasto. Es una manera de 'limpiar' el bosque e impedir que éste se vuelva a adueñar de esas tierras. En esta ocasión, se ha dado la circunstancia de que el viento del sur ha llegado más seco y cálido de lo habitual, y ésta es una de las razones del número de incendios descontrolados durante los últimos días.

¿Qué está pasando ahora?

Durante el presente episodio cálido, que se inició el pasado 27 de diciembre con una masa de aire subtropical "muy cálida para la época" en una situación anticiclónica. En este caso, el fenómeno caluroso se denomina subsidencia: un descenso de aire desde niveles medios de la troposfera, de modo que se calienta a consecuencia de la presión que aguanta. "Es como cuando hinchamos la rueda de una bicicleta, que podemos notar que la boquilla está más caliente debido a la presión", comenta Del Campo.

Las nieblas persistentes en los valles también tiene su explicación en este contexto, dado que se ha acumulado en ellos masas de aire con temperaturas bajas, en lo que se conoce como inversión térmica: a más altitud ha hecho más calor y viceversa, cuando lo normal es que sea al revés. "Hay que recordar que ambos fenómenos, la subsidencia y la inversión térmica, son relativamente normales en invierno", apunta el portavoz de la AEMET, que reconoce que "lo más destacable es la temperatura anormalmente alta de la masa de aire cálido que nos ha visitado".

"El 31 de diciembre tuvo temperaturas máximas propias de comienzos de mayo"

"En el conjunto del país, las temperaturas han llegado a estar unos 10 grados por encima de lo normal", comenta el portavoz, que añade que durante "el 31 de diciembre hubo temperaturas máximas propias de comienzos de mayo".

No obstante, esta situación se va a terminar en pocas horas: se acerca una "masa de aire polar" (que no significa que llegue desde el Polo Norte, sino que se llama de esta manera a los episodios de frío intenso) que hará que a partir del miércoles el mercurio se desplome a temperaturas más propias de esta época del año, "incluso en la mitad norte ligeramente más fríos", apunta Rubén del Campo a Público. Este descenso también será "extraordinario", es decir, bajadas de temperatura de entre 5 y 10 grados según la zona.

Es decir, volveremos a ver heladas nocturnas y, en general, en la península no se van a registrar temperaturas de más de 15 grados. Y preparemos los paraguas por el norte, porque se acercan varios frentes acompañados de lluvias: para la noche de Reyes Magos se prevén precipitaciones en la mitad septentrional de la península: algunas cabalgatas van a desfilar pasadas por agua.

En todo caso, estas fuertes oscilaciones meteorológicas -que pueden tener relación con la crisis climática en la que estamos sumidos- serán cada vez más frecuentes, sostiene Javier Andaluz desde Ecologistas en Acción: "Lamentablemente, las veremos cada vez más".

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