Este artículo se publicó hace 4 años.
Trabajos de cuidadosCrisis de cuidados:“Querían brazos y vinimos personas”
Las mujeres que realizan trabajo de cuidados no remunerado alzan la voz contra la precariedad y reclaman derechos laborales como cualquier otro trabajador.
Lula Gómez
Madrid-
Con motivo del informe Tiempo para el cuidado que esta semana presentaba Oxfam Intermón en el Foro Económico de Davos para denunciar, entre otras cosas, que los trabajos de cuidados no remunerado sostienen el sistema, la ONG convocó en Madrid una charla titulada Los cuidados, lo que el capitalismo nos dejó. El objetivo: escuchar las voces de esas mujeres cuidadoras que ahorran, a su costa, porque no lo cobran, a las familias, las empresas y el Estado 130 millones de horas diarias en España, según cuenta el estudio.
"Querían brazos y vinimos personas", apuntó Constanza Cisneros, trabajadora del hogar, migrante y activista que reclamó, como todas las participantes convocadas, derechos laborales como cualquier otro trabajador –paro, pensión, sueldos que paguen, por ejemplo, la presencia que se les exige a las internas, bajas laborales, jornadas de ocho horas y derecho a un descanso– ocio, dignidad y el reconocimiento de su labor, casi siempre oculta.
A pesar de que en los últimos años sus voces empiezan a oírse, sus problemas siguen, en parte, invisibilizados, o mejor dicho, sin resolverse. ¿Los motivos? Clasismo, racismo, machismo y un sistema acomodado en estereotipos que no se pregunta quién cuida los hijos de esas mujeres, ni quiénes son ellas, entre otras cosas, apuntaron las ponentes.
Rafaela Pimentel, activista: "No somos unos guantes y un plumero, como se nos caricaturiza. Tenemos vida"
Y hay soluciones, ellas, organizadas desde hace años en distintas plataformas–Territorio Doméstico, Observatorio Jeanneth Beltrán, Senda de Cuidados, Las Kellys– demandan a los partidos políticos de uno y otro color, y al actual Gobierno que se apruebe el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo. "No somos unos guantes y un plumero, como se nos caricaturiza. Tenemos vida", apuntó Rafaela Pimentel, una de las caras más conocidas relacionadas con el activismo y las cuidadoras.
Pero sus demandas van más allá, como feministas, piden que se valore y redistribuyan los cuidados. Hablan también de declarar un estado de emergencia ante la situación de los cuidados, como se ha hecho ante la situación climática. Porque el asunto es grave y se está dejando la sostenibilidad de las vidas en sus manos, unas manos sin derechos y en absoluta precariedad.
Jessica Guzmán, de la organización Malen Etxea, también migrante, denuncia que "son las expulsadas del neoliberalismo, un sistema patriarcal, tirano y que las aleja de sus países". Guzmán pide también una revisión de la Ley de Extranjería. O se cambia esa norma o ellas seguirán forzadas a trabajar y sobrevivir durante años en la clandestinidad donde cabe todo, apunta, también la esclavitud. "Porque en España hay trata laboral, hay mafias que captan mujeres para traerlas aquí en condiciones de esclavitud, donde las más vulnerables dejan a sus familias allá para cuidar a otras acá sin ningún tipo de derecho", espetó a las oyentes.
El feminismo como solución "para una sociedad más igualitaria, bien cuidada con las personas en el centro y donde las mujeres no sean las únicas que cuiden
Por su parte, Rafaela Pimentel, señaló que la solución frente al capitalismo es resistencia, activismo y alianzas. Para ella, los grandes ausentes en esta crisis son dos: el Estado, que ha dejado el cuidado de las personas en manos de las mujeres, y especialmente de las mujeres migrantes, todavía más vulnerables, un asunto que incumbe al bienestar. Los segundos que no están son los hombres, dice, que nunca o casi nunca han querido responsabilizarse de esos cuidados.
Y de nuevo, el feminismo como solución, "para una sociedad más igualitaria, bien cuidada, con respeto, con las personas en el centro y donde las mujeres no sean las únicas que cuiden", coinciden las expertas. Nerea Basterra, de Oxfam Intermón, también puso en falta a las empresas, inmersas en un sistema el [capitalista] que pone en el centro la producción y el capital.
Necesidad de cambiar el discurso
La periodista y experta en comunicación Isabel Muntané intervino también para presentar un estudio en el que se deja en evidencia cómo los medios de comunicación suspenden a la hora de abordar esa crisis de cuidados. Su trabajo Tras la puerta concluye que hay una cobertura escasa del tema. Auque en crecimiento, falta dedicación e interés.
En España se emplearon 130 millones de horas diarias en 2018 en trabajo no remunerado de cuidados
El tema de las mujeres y los cuidados se considera un asunto menor, se profundiza poco. Se analizan la problemática, pero no las causas y se silencian temas como la ausencia de prestación de desempleo, la facilidad de los despidos, el no reconocimiento de las enfermedades profesionales asociadas al sector o las violencias sexuales. Otro problema, según Muntané es la repetición de estereotipos y cómo la prensa las presenta una y otra vez como sumisas, ignorantes y ladronas.
Y sí, algo mal debemos estar haciendo los medios cuando no vemos personas tras cifras como las presentadas. Según la ONG, en España se emplearon 130 millones de horas diarias en 2018 en trabajo de cuidados no remunerado, una cifra que equivale a 16 millones de personas trabajando ocho horas al día sin percibir remuneración alguna. 16 millones de personas, en su mayoría mujeres, que, como afirman ellas "sostienen la vida"
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