El descenso de la mortalidad laboral en Catalunya se estanca en la última década a pesar de las políticas de seguridad laboral
Entre enero y junio, 45 trabajadores catalanes han perdido la vida en el puesto de trabajo, 13 de ellos en el trayecto de ida o vuelta.
Barcelona-
El drama de la siniestralidad laboral en Catalunya se mantiene. A pesar de los esfuerzos en estrategias de prevención de riesgos laborales y en la mejora de las condiciones de trabajo para favorecer los entornos más seguros, los accidentes en el trabajo, especialmente los graves, no dan tregua. De hecho, las cifras, situadas alrededor del centenar de muertes al año, siguen estables durante la última década. Así, según los datos correspondientes al primer semestre de este año del Observatori del Treball i Model Productiu del Departament de Treball, aunque el cómputo global de accidentes se ha rebajado ligeramente, han crecido los más graves y los mortales.
Entre enero y junio de 2024, han perdido la vida 45 trabajadores catalanes en el ámbito laboral. De éstos, 13 iban de camino a su puesto de trabajo. En total, se contabilizaron 104.368 accidentes laborales, lo que supone un descenso del 0,48% respecto al mismo periodo del año 2023. La pequeña rebaja fue posible gracias al descenso de los accidentes leves, ya que los graves se han incrementado y los mortales se han mantenido.
La agricultura y la construcción son los sectores donde más han crecido los accidentes laborales graves en Catalunya
Según el Observatori, la agricultura y la construcción son los sectores donde más han crecido los accidentes laborales graves en Catalunya, mientras que en los servicios se redujeron. Asimismo, en el caso de los siniestros mortales en el trabajo, los dos ámbitos productivos son los que han aportado un mayor incremento. Analizando los índices de incidencia, el número de accidentes por cada 100.000 trabajadores afiliados a la Seguridad Social, se puede comprobar que suben los graves y los mortales.
Con este escenario, la sección laboral del sindicato CCOO Catalunya denuncia que los datos de siniestralidad del primer semestre del año "dejan claro que la gestión de la prevención sigue fallando en las empresas y que las prácticas preventivas no han mejorado significativamente, ni de forma suficiente". Tomando como base la citada incidencia interanual, entre julio de 2023 y junio de 2024, el sindicato muestra cómo ésta cae un 7,61% en los accidentes globales, pero crece un 4% y un 22% en los graves y los mortales, respectivamente.
Deterioro de la seguridad
Con los datos, CCOO Catalunya insiste en que "se siguen produciendo accidentes por causas fácilmente detectables y evitables que muestran el deterioro de las condiciones de seguridad, mientras aumentan los accidentes graves y mortales por causas no traumáticas y relacionados con la presión y las cargas de trabajo, muy vinculadas también a la digitalización y a las nuevas formas de producción".
Aunque la reforma laboral comienza a dar sus frutos en las estadísticas de los accidentes de trabajo en la contratación temporal, los representantes de los trabajadores inciden en la necesidad de profundizar "en las mejoras de las políticas preventivas públicas y en las empresas, y en que se amplíen las competencias y los recursos de la inspección de trabajo". Éstas, tal y como añaden, deberían ir acompañadas de una integración de la prevención de riesgos laborales en las empresas y una mejora sustancial de la actividad ejecutada por los servicios de seguridad. Paralelamente, abogan por instaurar políticas de movilidad, por parte de las empresas y de las administraciones públicas, para evitar los accidentes in itinere y los producidos en los desplazamientos dentro de la jornada laboral.
UGT Catalunya reivindica la importancia de acabar con la tendencia al infraregistro de enfermedades profesionales
Por su parte, UGT Catalunya considera prioritario reforzar la calidad de la gestión de la prevención en las empresas, a través de su internalización, revisando y modificando los sistemas de acreditación y control de las entidades especializadas, como los servicios ajenos. Así como revertir las modificaciones introducidas que han supuesto la simplificación de las actuaciones en riesgos laborales. En un comunicado, el sindicato reivindica la importancia de acabar con la tendencia al infraregistro de enfermedades profesionales, empezando por el cáncer laboral. Según el sindicato, en Catalunya se produjeron 16.917 defunciones por cáncer, de las que 6.815 fueron de mujeres y 10.102 hombres, pero sólo se han notificado dos de enfermedad profesional por agentes cancerígenos.
Otro elemento sobre el que pone el foco UGT Catalunya es el refuerzo del marco normativo para la prevención efectiva de los riesgos psicosociales. Por este motivo, insta a "incluir de forma expresa la obligatoriedad de evaluar los riesgos o para prever los trastornos mentales en el cuadro de enfermedades profesionales y seguir impulsando, en las instituciones europeas, la aprobación de una directiva de riesgos psicosociales que mejore la salud mental y cardiovascular de las personas trabajadoras".
Una muestra de este déficit se ha conocido este verano, en el que los sindicatos han reclamado modificar la jornada laboral del sector de la construcción en el período estival e incluirla en el convenio colectivo para evitar incumplimientos. En concreto, la propuesta implica avanzar la jornada laboral de los trabajadores para reducir las horas de mayor calor y que este horario quede recogido en un calendario de obligatorio cumplimiento por el sector. Desde CCOO Catalunya se admite que la mayoría de las empresas cumplen con las medidas de seguridad durante el verano, pero que el problema radica en las subcontratadas, que es donde existe "más precarización".
La secretaria general de la Federació de l'Hàbitat de CCOO, Isabel Gutiérrez, advierte que, aunque la mayoría de las empresas del sector cumplen con las medidas de seguridad, y que desde el sindicato visitan las obras para garantizarlo, "el problema se encuentra en las empresas subcontratadas, que en algunas actuaciones pueden llegar a ser una cincuentena". Esta situación se produce en un contexto en el que faltan inspectores de trabajo en Catalunya. Actualmente, la plantilla está formada por unos 260 profesionales, lo que representa un inspector por cada 33.000 trabajadores, todavía lejos de la proporción de uno por cada 10.000 que establece la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
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