Después de un verano con temperaturas de récord, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha pronosticado un otoño cálido en el que las lluvias estarán presentes por toda España, dándole un respiro a los cultivos. La llegada de esta estación será el 23 de septiembre a las 8.50 horas en la Península Ibérica, tal y como ha informado el Instituto Geográfico Nacional de España.

El otoño durará aproximadamente 89 días y 21 horas y finalizará el 22 de diciembre para dar paso a la siguiente estación, el invierno. Esto ocurrirá en exclusiva en el hemisferio norte de la Tierra, ya que en el sur empezará la primavera. El inicio de la época otoñal lo marcará un fenómeno denominado equinoccio, que sucede un total de dos veces al año.

¿Qué es el equinoccio de otoño?

En otoño, la oscuridad llega antes y las noches son más largas porque el tiempo del Sol por encima del horizonte se acorta unos tres minutos a medida que van pasando los días; el astro rey sale antes por las mañanas y se esconde más tarde. Esto empieza a ocurrir a partir del equinoccio de otoño, que sucede una vez al año y hace que la noche y el día tengan la misma duración.

Este fenómeno se restringe al momento en el que nuestro planeta orbita por el punto en el que la luz solar cruza el ecuador de la Tierra. Otros fenómenos astronómicos que tendrán lugar este otoño serán dos eclipses, uno solar y otro lunar, que sucederán el 14 y el 28 de octubre, respectivamente, según informaciones de Efe.

Diferencias entre el otoño meteorológico y el astronómico

Escuchamos hablar sobre la llegada del otoño, pero cabe aclarar qué significa esto. El inicio de la estación que se marca en los calendarios y que está previsto para el 23 de septiembre, es el otoño astronómico. Sin embargo, no tiene una fecha de inicio fija que se dé todos los años, sino que esta puede variar entre algunos días de finales del mes de septiembre.

Por otro lado, el otoño meteorológico se refiere al período de tres meses, trascurrido entre el 1 de septiembre y el 30 de noviembre. Esta división estacional, organizada en función de similitudes climáticas, sirve para facilitar el estudio y las predicciones meteorológicas de los expertos, pero no para guiar al resto de la población.