Este artículo se publicó hace 4 años.
HM hospitalesHM Hospitales despide por "motivos disciplinarios" a tres trabajadores que aspiraban a delegados sindicales
Ha tenido lugar en el hospital gallego de La Rosaleda. Las declaraciones de los sindicalistas y uno de los afectados concluyen que los despidos disciplinarios podrían esconder despidos improcedentes. La empresa no ha querido hacer declaraciones mientras el sindicato gallego luchará por el despido nulo.
Madrid-
Manuel Vituabet cumplió 38 años dos días después de que su empresa, HM Hospitales, le despidiera. Ese fue "el regalo", en sus propias palabras, que le hicieron desde la entidad para la que ha estado trabajando a lo largo de once años. Transcurridos apenas tres días de la firma de su finiquito, se percató de que la misma empresa también había despedido por motivos disciplinarios a otros dos compañeros, justificándolo en su bajo rendimiento y la pérdida de confianza por parte de sus superiores.
Ataron cabos y vieron un claro nexo de unión: los tres eran candidatos de la Confederación Intersindical Galega (CIG) en las elecciones que deberían haberse celebrado hace unos meses en el centro de trabajo y se pospusieron a causa del coronavirus. Ana Varela, presidenta del comité de empresa, destapa el entuerto: "En el momento del despido, uno de los supervisores dijo que no estaba justificada la pérdida de confianza y la responsable de recursos humanos alegó que la única forma que actualmente podían utilizar para despedir a un trabajador era mediante la fórmula del despido disciplinario".
El centro sanitario de La Rosaleda es el mismo hospital denunciado por proponer a sus trabajadores a disfrutar de sus vacaciones durante la pandemia
El centro sanitario, llamado La Rosaleda, está ubicado en Santiago de Compostela. Se trata del mismo hospital que ya había sido objeto de denuncia por la central sindicalista debido a su propuesta hacia los trabajadores de disfrutar sus vacaciones durante la pandemia.
"Justo cuando empieza la crisis sanitaria, el hospital echa a unas cuatro personas. Eran profesionales que cubrían bajas, pero los titulares tampoco se incorporaron. De hecho, echaron a la compañera que cubría mi reducción de jornada cuando en ningún momento yo iba a completarla", explicita Varela.
Además, añade que "no fueron despidos como tal, pero sí es gente joven que se fue acongojada y sin denunciar lo sucedido porque la empresa les dijo que les volverían a llamar cuando pasara todo esto", en sus propios términos. Pasaron los días, hasta que el viernes 15 de mayo saltó la chispa. Así relata lo sucedido el mismo Vituabet, fontanero en el hospital y más conocido entre la plantilla como 'Lolo': "Me llamaron para subir al despacho de la directora médica y me dijeron que me echaban con un despido disciplinario. Ellos mismos verbalizaron que lo hacían así porque no podrían echarme de otra forma, dejando mi imagen por el suelo, como si fuera un vago".
Varela, que fue al centro de trabajo tras el aviso del trabajador, avala esta tesis, y añade que un supervisor que estaba presente en la sala alegó que no era cierta la pérdida de confianza en Lolo. Así, hasta tres despidos en dos días laborables.La empresa esgrimió los mimos motivos para echar a una administrativa y un contable en los días posteriores.
"No entendemos esta actuación. Dos de ellos llevan más de diez años trabajando en la empresa, y la otra, tres; sin ningún problema de rendimiento. Además, echaron al único fontanero y contable que hay, imprescindibles para que siga funcionando el hospital", remarca la presidenta del comité. Cuando preguntó los motivos, la respuesta que obtuvo Varela fue escasa: "Son órdenes de la dirección central en Madrid".
En cambio, el fontanero piensa que se debe más a directrices territoriales, e incide en los nombres de Rafael Silva y Sonia Lois, responsables de la gestión de la cadena hospitalaria de HM en Galicia.
La empresa no da información al comité
La opacidad ha sido una constante durante el periodo que ha durado, y dura, la pandemia del coronavirus.
"No me comunican nada desde que estalló la crisis sanitaria, de hecho, si ha habido un ERTE yo no me he enterado", denuncia Varela. Según su testimonio, en ningún momento ha recibido respuesta por parte de la empresa a sus requerimientos: "Solicité que se me informara, como están obligados a hacer, de la situación de la plantilla. Pedí que me dijeran el número y el servicio que prestaban los trabajadores contagiados, y tampoco me lo dijeron".
En este sentido, aproximadamente 265 empleados componen la plantilla del hospital en cuestión, y hasta donde llega la información que posee Varela, 25 de ellos habían presentado sintomatología compatible con la covid-19, llegando a dar 15 positivos.
Ella misma también preside el comité de prevención de riesgos laborales de la empresa, un cauce que utilizó para convocar una reunión telemática con la empresa, ya que de hacerse por esta vía HM Hospitales no puede negarse a ello. Aunque no le dejaron nada claro, la sindicalista asegura que se dijeron "absolutas burradas, e incluso la directora médica del centro aseguró que una mascarilla quirúrgica podía utilizarse durante una semana", relata la militante de la CIG.
La opacidad ha sido una constante durante el periodo que ha durado, y dura, la pandemia del coronavirus
Más tarde, envió el acta de la reunión explicando la necesidad de la firma de los participantes para poder distribuir la información entre los demás trabajadores. "El único que respondió fue el médico de prevención para puntualizar una oración, que corregí sin problema. Nadie ha firmado el documento", añade Varela.
Desde HM Hospitales, entidad que contactada por este medio prefiere no hacer declaraciones al respecto, volvieron a comunicarse con la presidenta del comité de empresa: "Yo solo trabajo martes, jueves y viernes por la mañana. Mi sorpresa fue cuando, sin motivo alguno, abro el lunes 11 de mayo el correo electrónico del comité y veo que me citan para una reunión al día siguiente, el martes. Ese mensaje me lo enviaron por la tarde del viernes anterior, y saben que no lo voy a ver hasta primera hora del martes, cuando empieza mi turno. Al final, ese mismo martes me dicen que ya habían programado otras reuniones y que no se celebraría la mía, y que ya me dirían otra fecha. En fin, todo es un paripé porque nadie me ha vuelto a citar para nada", expresa la sindicalista.
"Sin lamentos y sin quejas"
Desde el punto de vista de Lolo, afectado directo por la situación, la estrategia empresarial se reduce al "divide y vencerás", algo que beneficia a la empresa porque las circunstancias personales de cada trabajador no permiten que se involucren públicamente; "ese es el problema", enfatiza el fontanero.
Él mismo retrotrae lo sucedido a un mensaje enviado por parte de la entidad al principio de la crisis sanitaria en el que animaban a la plantilla al "disfrute de vacaciones de forma rotatoria, posibilidad de permisos o suspensiones de empleo y sueldo, periodos de excedencia temporales, distribución irregular de la jornada con días a recuperar más adelante y reducciones de jornada", tal y como reza una circular distribuida desde HM Hospitales.A su vez, un mensaje enviado por la supervisora de rayos a las trabajadoras del servicio clarividencia la pretensión de la empresa.
En la primera parte del mismo, ya se explicitaba que había que trabajar "sin lamentos, sin quejas y comprendiendo la situación" para no defraudar la confianza que en el personal habían depositado "familias, amigos y pacientes". El segundo párrafo del mensaje ya es otra cuestión: "Os adelanto que iremos programando turnos de siete días de vacaciones para todos y así intentar que no se pase a medidas de más envergadura con respecto al personal. Si alguien no quiere, no está de acuerdo o no está dispuesto a tener en este difícil periodo una semana de vacaciones ruego me lo comunique por privado para ir viendo cómo organizo los turnos".
El fontanero despedido afirma que "acojonaron a la gente con el mensaje de las vacaciones. Cada uno ha salido por donde mejor ha podido, pero una compañera que está sin empleo y sueldo «voluntariamente» advirtió de que la empresa les estaba diciendo que o cogían vacaciones o se iban a la calle".
Así pues, en el finiquito de Lolo tan solo se recogía la cuantía económica de la parte del mes trabajada, las vacaciones no disfrutadas y las pagas proporcionales de las extras de julio, octubre y noviembre, "pero nada más porque al ser disciplinario no tengo derecho a percibir ninguna indemnización por fin de contrato", puntualiza el propio afectado.
La plantilla teme represalias
Xosé Manuel Marcote, responsable de la Federación de Sanidad de la CIG en Santiago de Compostela, entiende que se trata de "represión sindical porque es una manera de que no se alborote el gallinero y nadie se mueva", comenta a Público.
De hecho, "la plantilla teme más represalias porque muchos de nuestros compañeros que también figuran en la candidatura se quieren echar para atrás de la lista al pensar que pueden ser los próximos despedidos, aunque la mayoría sabe que si no estamos ahí como CIG los despidos van a seguirse produciendo", explica un Marcote al mismo tiempo que asegura que "el sindicato irá con los trabajadores despedidos hasta donde ellos quieran".
En este sentido, el burofax remitido por parte de MH Hospitales a los afectados, explicita que se "hace constar a efectos legales" que la entidad no tiene "constancia de que usted se encuentre afiliado a ningún sindicato".
Cuestionado Lolo por la situación, él lo ve bastante claro: "Tenemos que luchar por el despido nulo, y si no llegamos a un acuerdo antes, iremos a juicio. Yo lucho por lo que es mío y para demostrar que los derechos de los trabajadores hay que defenderlos, que mis compañeros vean lo que puede pasar y pierdan el miedo a sindicarse, porque juntos somos más fuertes", concluye este fontanero.
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