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Melilla Hacinados, en condiciones insalubres, entre palizas... así viven los más de 850 menores del centro la Purísima de Melilla

Varias imágenes muestran la deplorable situación del centro de acogida, que acumula multitud de denuncias, algunas de malos tratos e, incluso, de agresiones sexuales.

Imagen del interior del centro La Purísima.
Imagen del interior del centro La Purísima.

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Hacinados, en condiciones insalubres y rodeados de aguas fecales, con escasez de alimentos, malos tratos... así viven los cientos de menores migrantes en la Purísima de Melilla. Un centro que debía ser de acogida, pero que, según denuncian los voluntarios que pueden tratar con los chicos, "funciona como una cárcel".

Un grupo de estos voluntarios ha conseguido varias imágenes del interior del centro que muestran las deplorables condiciones que sufren día a día estos menores. El centro, con una capacidad de 350 plazas, cuenta con más de 850 chavales. Son, como denuncia la Fundación porCausa, "niños tutelados por el Estado, viviendo como ratas".

Situado a las afueras de Melilla, La Purísima da la bienvenida con un reguero de aguas fecales en su entrada. El interior es aún peor: tres o hasta cuatro chicos compartiendo colchón (cuando hay colchón), carencias alimenticias, de abrigo y agua caliente, baños insalubres...

La fundación recuerda en un hilo en Twitter que el centro, que en su origen fue un fuerte militar, acumula un amplio historial de denuncias por las condiciones de las instalaciones y contra algunos de sus empleados, algunas por malos tratos e, incluso, por agresiones sexuales y apuñalamientos.

Aguas residuales en los alrededores del centro La Purísima de Melilla.- JOSÉ PALAZÓN
Aguas residuales en los alrededores del centro La Purísima de Melilla.- JOSÉ PALAZÓN

Tal es la situación que muchos menores deciden dormir en la calle. "Cuando hay problemas médicos, no es fácil conseguir la asistencia", denuncian los voluntarios que atienden a los menores cuando pueden, cuando los encuentran fuera de las instalaciones, ya que los responsables del centro no les dejan acceder al interior.

"Aunque hay personas independientes y autogestionadas que hacen repartos de comida por las noches, no hay un comedor social que pueda acoger a los menores", inciden estos voluntarios, que alertan, además, que a muchos de los chicos tampoco se les escolariza o se hace nada para la gestión de los papeles. "Los centros funcionan como cárceles, con chivatos, represalias..."

Lejos de poder arreglarse, los menores tendrán que aguantar esta situación, al menos, varios meses más, hasta que se conozcan las nuevas condiciones del contrato de gestión que el Gobierno de Melilla pretende sacar a licitación.

Por el momento, el Ejecutivo de la Ciudad Autónoma ha firmado una prórroga con Arquisocial S.L. Esta empresa ha gestionado La Purísima de forma ininterrumpida desde 2006 gracias a la consecución de numerosos contratos prorrogados desde entonces y sin ningún competidor en los concursos públicos posteriores a 2014, según pudo comprobar este diario.

Sin embargo, los problemas pueden alargarse aún más en el tiempo: el cambio de empresa o de condiciones en la gestión del centro de acogida no implica necesariamente la ampliación y mejora de las instalaciones.

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