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Un móvil prepago para tres hermanos: un tercio de los niños de Melilla no tiene recursos para seguir las clases online

El 35 % de los estudiantes no universitarios de la ciudad autónoma tiene dificultades para continuar el curso telemáticamente. La FAMPA, colegios e institutos y varias ONG reparten ordenadores y 'tablets' entre las familias más vulnerables para complementar la ayuda del área de Educación.

Los hijos de Soraya a veces no pueden enviar la tarea al profesor porque se quedan sin datos.-CEDIDA
Los hijos de Soraya a veces no pueden enviar la tarea al profesor porque se quedan sin datos.-CEDIDA

Este domingo 26 de abril estaba previsto el acto central de la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) en Melilla, pero se ha pospuesto dado el estado de alarma por la crisis sanitaria de la covid-19. El coronavirus ha aplazado este evento, pero ha sacado a la luz la precariedad y las carencias que padece una tercera parte de las familias con hijos en edad escolar en la ciudad autónoma.

"Solo tenemos un móvil en casa que compartimos con nuestros tres hijos para que hagan las tareas del colegio", cuenta Soraya Asbai. "Consumen los datos muy rápido porque ven vídeos explicativos, cada semana recargo 10 euros y muchas veces se acaban antes de enviar los deberes al correo del profesor". Habla rápido. Cada minuto que dedica a compartir su historia es tiempo que pierden sus hijos, de tres, diez y trece años, para hacer los deberes a través de la pequeña pantalla del móvil.

Esta situación es común en prácticamente un tercio de las familias con hijos escolarizados en algún nivel entre Educación Infantil, Primaria, Secundaria o Formación Profesional. Al menos así lo señaló el director provincial de Educación en Melilla, Juan Ángel Berbel, quien indicó que entre el 30 y el 35% del alumnado matriculado en alguna de estas etapas educativas pertenecía a familias vulnerables con escasos recursos para seguir el curso de forma virtual.

Medidas insuficientes

Con el fin de minimizar la brecha digital de estas familias, la Consejería de Educación optó por prestar la semana pasada 499 tarjetas SIM (a las que se suman 44 más de la dirección provincial de Educación) y 95 tabletas a las familias más necesitadas, selección que se hizo en base al listado facilitado por la dirección de los veinte centros educativos de Melilla. Sin embargo, el presidente de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA) de Melilla, Guillermo López, cree que "esta medida llega tarde y es insuficiente para cubrir las necesidades de la población".

Según el estudio Datos y Cifras. Curso escolar 2019-2020 del Ministerio de Educación y Formación Profesional, en Melilla hay un total de 20.899 alumnos entre la Educación Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional. "Si el 30-35% de estos casi 21.000 alumnos apenas tienen recursos para seguir las clases telemáticamente como dice el director provincial, significa que entre 6.300 y 7.350 estudiantes difícilmente pueden seguir el curso. Así que 499 tarjetas SIM de Internet y 95 tablets son insuficientes", apunta José Luis Villena, integrante del programa socioeducativo CañadaViva! del AMPA del León Solá.

Sin material de apoyo

Parte de los libros y material escolar se quedó en las clases, dado que el viernes 13 de marzo fue festivo en Melilla por el Día del Estatuto de Autonomía y el sábado 14 se decretó el estado de alarma y el consecuente confinamiento, por lo que el lunes 16 los niños no se incorporaron a las aulas y no pudieron recogerlos. "Con los libros en el centro, sin Internet ni ordenador y con padres que apenas pueden ayudar a sus hijos, seguir el curso es prácticamente imposible para algunos niños", lamenta el presidente de FAMPA Melilla.

Desde este organismo solicitaron a la dirección provincial de Educación autorización para permitir a las familias recoger el material de los centros educativos y, aunque la respuesta fue afirmativa, la ausencia de un protocolo, la dificultad de contactar con algunas familias por no disponer de teléfono o correo electrónico (o ambas) y el miedo a salir a la calle por posibles contagios ha hecho que las más vulnerables tampoco dispongan de estos medios. "Vamos de camino a los 50 días desde el inicio del confinamiento y ¿qué medidas se han implementado? ¿Las insuficientes tabletas y SIM?", cuestiona José Luis Villena.

Familias monoparentales

Latifa Bensiali tiene una hija en primero y un hijo en quinto curso de Educación Primaria. "Solo tenemos mi móvil para hacer los deberes y muchas veces no los entregan a tiempo porque los datos se acaban antes", explica esta mujer desempleada, que cada semana carga 7 GB de Internet por 10 euros. "No puedo comprar un ordenador, por eso la señorita de mi hijo nos ha incluido en un listado para optar a uno de los que presta la Ciudad. De momento, copian las tareas en una libreta", comenta con resignación.

Los hijos de Latifa haciendo los deberes.-CEDIDA
Los hijos de Latifa haciendo los deberes.-CEDIDA

"Mis cuatro hijos (17, 14, 9 y 8 años) comparten mi móvil. Cuando uno acaba sus tareas, empieza el otro. Hay días que nos pueden dar las dos de la madrugada", relata Suad Asbai. Esta melillense está divorciada y no recibe la manutención de su exmarido, trabajaba en un plan de empleo que quedó paralizado al comenzar la crisis. "Tengo ansiedad, no puedo dormir y me cuesta levantarme. No sé cuánto tiempo podremos aguantar esta situación", relata.

Ante la falta de recursos para atender estas necesidades, hay centros educativos que han decidido prestar su propio material informático como iniciativa independiente a la ayuda ofrecida por la Ciudad y el Ministerio de Educación.

Es el caso del instituto Miguel Fernández, que ha repartido 115 mini-pc y 24 tarjetas SIM de Internet entre los estudiantes más vulnerables. El director de este instituto, Antonio Campos, señala que la selección de beneficiarios se hizo a través de los tutores que contactaron con el alumnado para conocer si tenían recursos para seguir las clases online o necesitaban algún tipo de material.

El jefe de estudios del IES Enrique Nieto, Elías Gómez, indica que en su instituto tienen un stock de 60 ordenadores "un tanto antiguos pero funcionales" que han puesto a disposición de los estudiantes con menos recursos y, de momento, han repartido la mitad de ellos. "Hemos priorizado cuarto de ESO y segundo de Bachiller, ya que son cursos finales de etapa que titulan", apunta. Gómez se muestra preocupado por las familias numerosas: "A veces los hermanos coinciden con una clase a la misma hora y no pueden hacerla a la vez".

El CEIP Velázquez ha prestado 68 ordenadores y tabletas entre los alumnos más desfavorecidos de cuarto, quinto y sexto de Primaria. "Se ha optado por los cursos superiores porque los deberes son más complejos y requieren mayor dedicación", detalla Gema Aguilar, profesora de este colegio. Además, considera que por bajas que puedan ser las aportaciones de cada centro escolar, la suma ya es superior a la cantidad facilitada por el Gobierno local.

Las ONG, contra la exclusión

Diversas entidades han distribuido material propio a niños de sus programas educativos. Save the Children Melilla ha prestado 36 tablets y 7 ordenadores a alumnos de sus programas de refuerzo escolar procedentes de institutos como el Enrique Nieto y el Rusadir. La responsable de la ONG en la ciudad, Irene Muñoz de la Nada, afirma que mantienen sus clases de apoyo vía telemática desde el inicio del confinamiento con contenidos adaptados a las circunstancias.

Suad tiene cuatro hijos que se turnan el móvil para hacer los deberes.-CEDIDA
Suad tiene cuatro hijos que se turnan el móvil para hacer los deberes.-CEDIDA

Desde Melilla Acoge optaron por repartir las tareas semanalmente a domicilio, tomando las medidas de seguridad pertinentes. Esta acción alivia a cerca de 20 familias cuya "posibilidad de recargar sus tarjetas de prepago para conectarse diariamente al blog de los centros, ver vídeos y hacer actividades se limitaba aún más" porque "vivían gracias al trabajo del día a día", y no tienen acceso a Internet como a la compra de dispositivos móviles, tablets u ordenadores.

Por su parte, el presidente de la asociación Pro Derechos de la Infancia (Prodein), José Palazón, recuerda que actualmente hay cerca de 80 menores sin escolarizar en Melilla que no tienen ningún tipo de acceso a la educación, ni de forma presencial ni telemática, y critica las trabas documentales que la administración local está imponiendo, además de vulnerar la Convención sobre los Derechos del Niño, en especial, el relativo al acceso a la educación.

Menores acogidos y Derecho a la Educación

Los niños tutelados por la Ciudad menores de 16 años están matriculados en diferentes colegios e institutos, mientras que los mayores de esta edad están inscritos en otros cursos y talleres de formación no reglada. El viceconsejero del Menor, Abderrahim Mohamed Hammú, asegura a este diario que disponen de recursos informáticos y conexión Wifi en sus centros de acogida para seguir con el curso telemáticamente.

Un caso completamente distinto es el de los cerca de 200 niños y adolescentes que residen con sus familiares en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes. La responsable de ACCEM Melilla, María del Águila, explica a Público que desde el inicio del estado de alarma se paralizaron las clases en el CETI para garantizar las medidas de confinamiento y prevenir posibles contagios procedentes del exterior del centro. La sobreocupación del CETI impide instalar una sala con ordenadores para realizar clases virtuales y de ahí que se vieran obligados a parar el programa educativo. No obstante, tienen previsto retomarlo este lunes 27 de abril.

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